La Catalunya empoderada

La Catalunya empoderada

La democracia consiste en permitir que las personas se expresen con libertad sobre los asuntos que les importan. Me preocupa que a los catalanes no les hayan dejado. Cuando la política no da a la gente los mecanismos adecuados para participar, los encuentran. Como hemos visto en esta Catalunya empoderada. Ha llegado el momento de una reforma democrática.

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Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Catalunya/EFE.

Los políticos están acostumbrados a ganar. Siempre lo hacen. Consigan los resultados que consigan, la victoria siempre es suya. Y en Catalunya, mientras se dirime si lo que contaban eran los votos, los escaños o los trending topics, se vuelven a olvidar de la gente. Porque si algo está pasando en Catalunya es que está ganando la gente.

El problema es que hablar de eso no es tan atractivo. Es mejor hablar del discurso de fulanito de tal, si los votos del no son todos del 'no' o son un depende, de si el voto por correo dará un diputado más o menos a Junts pel Sí o de lo que hubiera pasado si los votos de Unió hubieran ido a sus antiguos socios. Pero mientras hacemos eso, nos ponemos las gafas de cerca y perdemos la visión panorámica de cómo hemos llegado hasta aquí.

No esperen de mí un análisis de por qué el independentismo no ha dejado de crecer, de si los independentistas, como la energía, se transforman o si son creados por la testosterona capitalina. Tampoco esperen de mí un comentario sobre la compleja situación que deja en Catalunya el resultado del domingo. Son disquisiciones que sí llevan a alguna parte, pero quiero centrarme en algo que echo en falta en muchos análisis políticos. Catalunya es una -incluya aquí nación, comunidad autónoma, país, sociedad o lo que quiera- empoderada.

La Catalunya empoderada es la que en los últimos cuatro años ha visto manifestaciones con millones de personas en las calles. El vecino de alguien, los padres de la AMPA de un amigo de los hijos de alguien, el compañero de universidad del nieto de otra..., millones de personas que ante una situación, la que consideraron más importante, se movilizaron.

La Catalunya empoderada es aquella en la que una plataforma de afectados por el drama humano de los desahucios empezó a inspirar a miles de personas en todo el país para que no tiraran la toalla e hicieran frente al robo de su dignidad. Tanto se propagó ese movimiento que la gran mayoría de bancos del país dieron marcha atrás ante una sociedad civil vigilante y movilizada.

La Catalunya empoderada es aquella que ha conseguido saltarse la agenda de los medios y los políticos para fijar la suya, defendiendo las causas en las que cree. Uno de cada tres catalanes con acceso a internet inicia y firma peticiones en Change.org todos los días. Los que han creado más de 15.000 peticiones en los últimos cuatro años. Los que han firmado más de 15 millones de veces. Catalunya es, después de Madrid, la comunidad con más usuarios de Change.org en España.

La Catalunya empoderada es la que sale a votar en un referéndum de cartón el 9 de noviembre, porque solo quiere expresar su opinión aunque no les dejen. Y es la que sale en masa cuando se convocan elecciones como las del domingo pasado. Y esa Catalunya, la que participa a las duras y a las maduras, se merece algo más que los análisis de porcentajes, el postureo post electoral y el que se piense más en ciclos electorales que en la vida de la gente.

Si algo nos ha mostrado este camino es que hay una ciudadanía empoderada que está usando todos los mecanismos que tiene a su alcance para que su voz se escuche y se consigan cambios. En la dirección que sea. Y ese torrente de empoderamiento no puede verse parado por el corsé de lo formal. Sigo sin saber si ganaron unos u otros. Más que no saberlo, no me importa. La democracia consiste en permitir que las personas se expresen con libertad sobre los asuntos que les importan. Me preocupa que a los catalanes no les hayan dejado. Cuando la política no da a la gente los mecanismos adecuados para participar, los encuentran. Como hemos visto en esta Catalunya empoderada. Ha llegado el momento de una reforma democrática.