Zona de exclusión aérea: qué es y por qué occidente no la quiere en Ucrania
Es una reclamación diaria de Zelenski a los aliados, pero los riesgos de escalada y frentes múltiples que conlleva refrenan a la OTAN, EEUU y la UE.
Pese a las continuas demandas del presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, para que se instaure una zona de exclusión aérea en Ucrania que detenga los bombardeos rusos de las ciudades, tanto Estados Unidos como el resto de países de la Alianza Atlántica han rechazado tal posibilidad, por el riesgo de escalada militar que ello conlleva.
El objetivo de la zona de exclusión aérea es evitar que vuelen a través de ella las aeronaves a las que se prohíbe el acceso y para ponerla en marcha es necesario el uso de medios militares, como sistemas de vigilancia, defensas antiaéreas y aviones que neutralicen a las aeronaves que ingresen indebidamente en el área restringida.
En suma, si la Alianza Atlántica estableciera sobre Ucrania una zona de exclusión aérea, tendría que interceptar por medios militares cualquier avión o aparato ruso que la sobrevolara, lo que aumentaría el riesgo de que el conflicto se globalizara.
“Si (los países occidentales) están unidos contra el nazismo y contra este terror, deben cerrar (el espacio aéreo de Ucrania). No esperen a que yo se lo pida tantas veces, millones de veces. Cierren el cielo”, dijo anoche el presidente ucraniano.
Pero no ha habido respuesta positiva por parte de Occidente.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo este miércoles en la Conferencia de Ottawa sobre Seguridad y Defensa que la decisión de la OTAN de no establecer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania fue “dolorosa”, pero busca evitar una “guerra total” con Rusia.
Stoltenberg explicó que imponer una zona de exclusión exigiría la confrontación directa con los aviones rusos y que la OTAN tendría que atacar “de forma masiva” las defensas aéreas rusas situadas en Ucrania, Rusia y Bielorrusia, lo que supondría una “guerra total”.
“Supone una la confrontación directa entre las capacidades aéreas de la OTAN y las de Rusia. Esto intensificará de forma significativa la guerra en Ucrania. Pero también por supuesto, arriesga una guerra total en Europa, con los miembros de la OTAN”, añadió el secretario general de la organización.
La cuestión volvió a ponerse sobre la mesa con la iniciativa polaca de trasladar aviones MIG 29 a las bases de Estados Unidos en Alemania para que luego pudieran ser desplegados en la defensa aérea de Ucrania.
Pero Estados Unidos zanjó la polémica suscitada por la propuesta de Polonia. El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, transmitió este miércoles la negativa a su homólogo polaco, Mariusz Blaszczak, durante una llamada telefónica que mantuvieron.
Con base a los informes de inteligencia de que dispone, EE.UU. considera que la transferencia de los MiG-29 podría ser tomada por Moscú como un paso “escalatorio” y resultar en “una reacción rusa significativa que podría aumentar las perspectivas de una escalada militar con la OTAN”, apuntó luego el portavoz del Pentágono, John Kirby, en una rueda de prensa.
Por tanto, “evaluamos la transferencia de los MiG-29 a Ucrania como de gran riesgo”, sentenció.
¿Qué es una zona de exclusión aérea?
Una zona de exclusión aérea es el territorio o área sobre el que una fuerza militar establece una prohibición para ser sobrevolada por determinadas aeronaves.
El establecimiento de estas zonas de exclusión puede ser ordenado de manera voluntaria por las autoridades de un país con el fin de proteger áreas sensibles, pero en el orden militar su implantación responde a la dinámica de un conflicto bélico y actúa de manera similar a una zona desmilitarizada en la superficie terrestre.
¿Cómo funciona?
Puesto que el objetivo de la zona de exclusión aérea es evitar que vuelen a través de ella las aeronaves a las que se prohíbe el acceso, para ponerla en marcha es necesario el uso de medios militares, como sistemas de vigilancia, defensas antiaéreas y aviones que neutralicen a las aeronaves que ingresen indebidamente en el área restringida.
La estrategia de las zonas de exclusión aérea es un concepto relativamente moderno, que empezó a aplicarse en la década de 1990, tras el final de la Guerra Fría, y que se ha desarrollado en paralelo al avance tecnológico que ha permitido el uso de satélites y aviones radares, herramientas esenciales para garantizar que se cumpla el veto de sobrevolarlas.
Zonas de exclusión área en otros conflictos
Irak: En 1991, tras la primera guerra del Golfo que se desencadenó después de que Irak invadiera Kuwait en el verano de 1990, EEUU, Reino Unido y Francia acordaron, sin una resolución de la ONU, la constitución de una zona de exclusión aérea en Irak, por encima del paralelo 36, para defender al pueblo kurdo.
Un año más tarde, esta decisión se amplió y se delimitó por debajo también del paralelo 32, y luego, en 1993, EEUU extendió la zona hasta el paralelo 33.
El área de restricción se mantuvo en vigor hasta 1996 en el caso de la zona al norte del paralelo 36 y hasta 2003 en el caso del sur del paralelo 33.
Bosnia Herzegovina: En octubre de 1992 el Consejo de Seguridad de la ONU estableció una zona de exclusión aérea en Bosnia-Herzegovina, que se mantuvo hasta 1995 mediante el despliegue de la OTAN, para evitar los ataques de la aviación serbobosnia sobre posiciones del ejército bosnio. La medida no impidió tragedias como el asedio serbio a Sarajevo o la masacre de civiles en Srebrenica.
Libia: La última vez que se estableció una zona de exclusión aérea fue en 2011 en Libia, durante el conflicto civil que acabó con la muerte del líder libio Muamar al Gadafi y el fin de su régimen.
La exclusión, acordada en marzo de ese año por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se prolongó hasta octubre con el objetivo de proteger a la población civil de los ataques de la fuerza aérea de Gadafi.