Hallados restos óseos en la zona del derrumbe del vertedero de Zaldibar
Podrían pertenecer a los dos trabajadores desaparecidos desde el 6 de febrero.
Técnicos han localizado a primeras horas de la tarde restos óseos en la zona del derrumbe del vertedero de Zaldibar, donde se busca a los dos trabajadores que quedaron sepultados el día del accidente, según han informado fuentes cercanas a la investigación.
El hallazgo se ha producido a primera hora de la tarde y se trata de un hueso largo rodeado de tela localizado en la zona B1, donde se ubica la plataforma de la báscula.
En esa zona precisamente es donde se baraja que podían estar sepultados Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, desde que el pasado 6 de febrero se vino abajo el vertedero.
En el transcurso de los trabajos que vienen desarrollando los departamentos de Seguridad y Medio Ambiente se ha localizado ese hueso y se ha dado aviso a los forenses y a la policía científica para confirmar si se trata de restos humanos y a quién pertenecen.
El viceconsejero de Seguridad del Gobierno vasco, Josu Zubiaga, ha explicado que el resto encontrado estaba en la perpendicular de lo que era en su momento la báscula y, para su localización, ha habido que excavar 23 metros, comparable a un edificio de ocho pisos.
Según ha precisado, a partir de ahora, esa área se delimita como “zona más probable de poder encontrar más restos” y se trabajará “de una forma más quirúrgica, con más cuidado, no una excavación de obra como se ha ido haciendo hasta ahora”, y por otro lado se hará el análisis científico del resto encontrado.
Además, Zubiaga ha pedido a las familias un “poquito de paciencia” y ha indicado que estos más de seis meses de trabajo “van dando su resultado”.
A preguntas de los periodistas, ha reconocido que, a partir del hallazgo del hueso humano, los forenses tomarán las muestras de ADN correspondientes para su identificación.
“Hay ADN de origen para cotejar con las familias pero hay que ver cómo se puede obtener del hueso encontrado las muestras suficientes”, ha afirmado, para añadir que el proceso de identificación “no suele ser rápido y se suele tardar varios días”.
En lo que respecta a los restos textiles, ha advertido de que son “absolutamente irreconocibles” tras pasar seis meses enterrados, junto a residuos, y haber estado sometidos en una zona con lixiviados a temperaturas de 70 grados.