Yolanda no estaba muerta, que no, que estaba pegando palmas
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Yolanda no estaba muerta, que no, que estaba pegando palmas

La vicepresidenta segunda del Gobierno está más viva que nunca tras los ataques de Pablo del domingo.

Yolanda Díaz.Europa Press News via Getty Images

“La decisión no está tomada, pero la vicepresidenta la tomará cuando sea oportuno, no cuando Pablo Iglesias dicte”. Así de rotundo es un colaborador de Yolanda Díaz ante el envite del líder de Podemos. Como en La maté porque era mía, la comedia de tinte machista de Patrice Leconte, Pablo Iglesias ha querido laminar a Díaz —a quien él designó su heredera— desde el escenario y desde la tertulia de la SER; pero las fuerzas de la izquierda atomizada son más de Peret, —que no estaba muerta, que no— o eso es lo que expresan ante un Iglesias al que sienten como cada día más tóxico.

El sentimiento es que el Podemos de Pablo se ha hecho tan antipático, conspiranoico e irrespirable, que no suma a ninguna fuerza. Pero sí tiene la capacidad de destruir. Lo que Yolanda Díaz no va a hacer es saltar al ruedo cuando Iglesias dicte, para luchar cuerpo a cuerpo y si llega el caso, culparla de los malos resultados de autonómicas y municipales de mayo y arrastrarla con él.

“¿Qué pensaría Ione Belarra en ese escenario, ella, secretaria general, cuando Pablo la arrolla como secretario general in pectore, se arroga todo el protagonismo y se lanza contra Yolanda, la líder que él designó, como a la propia Ione?”, se pregunta una excompañera de Iglesias, de las que le conocieron antes del 2015, en cenas, debates y largas noche de presuntas sesudas conclusiones. Hoy milita en otro partido, quizá el que saca más de quicio a Pablo, el de Más País de Iñigo Errejón. “Yolanda se le ha ido de las manos y Belarra no ha podido o no ha sabido. Pablo es feminista mientras le obedeces, pero su narcisismo le puede, le convierte en un macho Alfa y es una vergüenza para nosotras”.

Lo que tiene claro esta antigua compañera de Iglesias es que Yolanda está más viva que nunca tras los ataques de Pablo del domingo y luego, del lunes por la noche, en la tertulia de Aimar Bretos en la Cadena SER. “Yolanda está en la estrategia de ampliar territorios, de escuchar sin prisas. Sabe que Podemos está en descomposición en muchísimos lugares de este país; tiene que recoger todo, pero debe no lanzarse. Todos los que hemos trabajado con Pablo sabemos que en estos momentos, lo que quiere es que Yolanda no se presente o se precipite en la presentación y caiga”.

Esa sensación de que Iglesias no ha hecho sino reforzar a Yolanda con un ataque tan descarado, fuera de lugar se extiende también a otros ámbitos, como en Valencia

Esa sensación de que Iglesias no ha hecho sino reforzar a Yolanda con un ataque tan descarado, fuera de lugar —”¿cuando hemos faltado nosotras al respeto a la militancia de Podemos? Que nos dé un ejemplo” señalan en el entorno de la vicepresidenta— se extiende también a otros ámbitos, como en Valencia. “Iglesias ha matado a la vicepresidenta, pero solo entre los suyos, los podemitas-pablistas. Pero lo que no ha medido es que con ese asesinato, incluso necesario, Yolanda va a volar más libre y va a aguantar el envite. Pablo está cavando su propia fosa y la de Podemos; mientras él siga mandando, solo generará antipatía y aislamiento. Es un riesgo ir con ellos a ningún sitio, no genera ilusión, sino miedo. Todos tenemos muy claro Andalucía”, apunta la misma fuente nacionalista valenciana.

Que la vicepresidenta no se va a rendir lo defienden también en Cataluña, donde cuenta con grandes y experimentados amigos. El problema es que “la gente de Pablo, aunque no tantos como parecen, hacen daño por la capacidad que tienen de hacer ruido y acaparar titulares, pero los bots no votan. Él no se detiene ante nada ni nadie; ni ante rivales políticos ni viejos amigos —recordar la foto de quienes empezaron con él y ya no queda ni uno a su lado, es ya un clásico— ni ante periodistas, por más influyentes que sean y que durante años le han reído las gracias. Cuando Pablo Iglesias señala a alguien con el dedo —desde la tribuna, en declaraciones o desde su programa, La Base— lanza contra el señalado una jauría de bots que hacen la vida imposible al crucificado. Mucho ruido vía redes. Y eso resta en la izquierda. No olvidéis que Podemos es un partido con una estructura orgánica leninista, centralizada, donde Pablo —por superposición, claro— decide todo”.

El juicio de este antiguo amigo de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo coincide con el sentir de otros cuantos consultados: a Iglesias no le queda ningúna fuerza para unir, pero si para destruir y “no parará. Por eso Yolanda no debe dejar que le marque los tiempos. La vicepresidenta tiene tomada la decisión de que se va a presentar, salvo catástrofe mayor claro que no esté en nuestras manos”, apunta una persona muy cercana, que la conoce desde la infancia. “Lo que no va a hacer ella es anunciar su candidatura para que Iglesias se dé el placer de pelear cuerpo a cuerpo y arrastrarla hasta el borde del abismo. En el momento en que Pablo está, no le importaría que cayeran los dos y gobernará la derecha con la extrema derecha. No, Pablo no va a marcar los tiempos, aunque está muy nervioso con las municipales y autonómicas”, insiste este analista, que además conoce muy bien los partidos, los sindicatos y las coaliciones y por eso es escuchado por la ministra de Trabajo.

Como otras fuentes, destaca “la presencia en todos nosotros de lo que ha sucedido en Andalucía. No vamos a construir la unidad a martillazos, como Iglesias hizo allí. Con dureza, arrasando y haciendo el ridículo en el último momento, porque la ciudadanía no es boba y mira lo que sucedió. No se ganaron votos, se perdieron”. Todo menos precipitación, “porque Yolanda, como Xavier Trías en Barcelona, no tiene prisa en anunciar su candidatura. No tiene rival y adelantarse solo ocasionará problemas, como que Pablo Iglesias la quiera cargar con todas las culpas de los malos resultados de Podemos que se avecinan y él lo sabe”.

Y mientras tanto, ¿qué se dice la vicepresidenta segunda del Gobierno cada día? Por supuesto, que está dispuesta a resistir; cada mañana se enfrenta a la realidad de sus 50 años, a los tiempos que ha militado en CCOO, PCE e IU —partido que por cierto abandonó para apoyar a Iglesias y Podemos en su entrada en el Gobierno— y que ella no pidió ser nombrada la heredera de Pablo Iglesias; ni siquiera pidió la cartera de Trabajo ni la vicepresidencia; le fue dada, pero a su medio siglo bien cumplido, con mucha militancia a sus espaldas y carrera política peleada, tiene derecho a marcar los tiempos de su proyecto, a elegir a los equipos que ella quiere —como hizo el propio Iglesias— e incluso tiene derecho a aspirar a una cierta elegancia y decencia por parte de su mentor aunque a la vista de los acontecimientos, ese es otro cantar.

“La vicepresidenta fue al acto de Valencia, que ella no convocó, fue invitada por Compromís, con Ada, Oltra o Hamed. ¿Por qué sale Pablo, un año después, en defensa de Belarra y de Montero, ellas no saben defenderse? Lo saben ambas perfectamente”, explica una compañera de Yolanda Díaz, quien también le pide a Iglesias que señale en qué momento ha faltado al respeto a los militantes de Podemos la ministra.

Más Madrid, IU Y el PCE y Valencia y Madrid

Quedan seis meses hasta las elecciones municipales y autonómicas, están las cartas barajadas —Yolanda no va a entrar a los trapos de Pablo, dicen quienes la conocen— pero sí que hay flecos graves, de otro estilo, que preocupan. Y están vinculados a las elecciones municipales y autonómicas.

En Valencia, con Compromís como fuerza, el asunto está negro tras el caso Oltra y las divisiones pueden llevarse por delante hasta el pacto del Botánico; en Madrid, las cosas están más claras, pero lo que sí que temen es que Podemos destruya con esta actitud, mientras los Más Madrid (Más País) o Compromís no se acercan suficiente a IU y al PCE, dos fuerzas que ya se han decantado por Yolanda Díaz. Pero si Alberto Garzón y Enrique Santiago —IU y PCE— no son aceptados por los de Errejón en Más País, Más Madrid, tendrán que ¿girar hacía Pablo y Podemos? Aunque nadie tampoco olvida el batacazo de Iglesias, que se quedó en un 7% penoso en la capital. ¿Será eso suficiente o a Errejón le perderá el personalismo frente a su viejo mentor y amigo?

Esas son las otras cuitas que hay en la sopa de letras que trata de mover Iglesias y donde ya no le quieren. Parece que cuanto más remueve la marmita buscando la poción para matar a su exheredera, la canción de fondo se impone: que no estaba muerta, que no… que estaba pegando palmas (con los otros), lerelelerele o ¡cuchiveré, cuchiveré!

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero