Yo no les voy a desear un feliz año
No les voy a desear que no tengan malos momentos en este nuevo 2021.
Yo no les voy a desear feliz año. Eso sería una falta de respeto por mi parte, y yo a ustedes los respeto.
Siendo objetivos y realistas, felicidad absoluta constante durante un año entero no es fácil lograr, y ese deseo sería demasiado típico.
Yo les deseo que logren tener la iniciativa para cambiar lo que no les gusta de sus vidas. Que tengan toda la voluntad necesaria para luchar por eso que les encantaría tener o eso otro que les gustaría que formara parte de sus vidas.
Les deseo que conozcan o que conserven a gente que diariamente les motive a ser mejores y que las cuiden, porque esas compañías son quienes mantienen los pilares externos de la vida de un@.
Ojalá que este año den con personas que piensen lo opuesto a ustedes y que puedan debatir largo y tendido sobre esos temas que en sus cabezas ven inamovibles. Ojalá que fomenten el enriquecimiento del debate y construyan opiniones basadas en hechos y consistencia, pero que también puedan ver la otra cara de la moneda y la sepan respetar y apreciar. Ojalá también que este año te quieras el doble para que la vida te sorprenda el triple.
Yo no les voy a desear que no tengan malos momentos en este nuevo año. Más bien les deseo que aprendan a gestionarlos de la mejor forma posible, y que aún de esos malos momentos, saquen algún aprendizaje vital, que siempre lo hay. Y que crezcan, que crezcan mucho.
Ojalá que expriman los momentos de la forma más rentable posible, tanto que a posteriori formen recuerdos en sus mentes que les hagan sonreír y decir “qué gran momento aquel”. Pero para construir esos momentos, estoy segura de que tenemos que desconectar y esforzarnos en conectar de verdad.
Les deseo también que este nuevo año sean más just@s y equitativ@s, que la empatía pase a un primer plano para ustedes. Y que el feminismo les haga entender que no siempre las cosas tienen que ser de la forma que nos hemos acostumbrado a que sean. Que costumbre no es sinónimo de justo ni mucho menos de “normalidad”.
Les deseo que lean buenos libros. De esos que hacen que te olvides de una insistente pesadilla o te alejes del murmullo repetitivo de las conversaciones que tienen los pájaros en tu cabeza.
Ojalá que puedas afrontar y superar esos “sin vivir” y que mandes a callar todos esos “no puedo”.
Y lo último que les deseo, es que recuerden que sólo el hecho de estar aquí celebrando un año nuevo, es sinónimo de que estamos viv@s, y ya eso, por sí sólo, es motivo para dejar el drama innecesario.
Ojalá que en este 2021, por unanimidad, entendamos que el único sistema posible es “eco” y es “lógico”. Que no tiene colores políticos, y que debería ser un derecho fundamental del planeta que hay que respetar como la más importante Constitución.
Ojalá que de este 2020, la lectura que hemos sacado sea aprender que los verdaderos influencers son el personal sanitario, el personal docente y que I+D+I no es un color de temporada.
Ojalá que aprendamos...
Por un 2021 de consciencia.
Ahora sí, ¡feliz 2021!