Ya hay nuevos diputados 'hooligans' del PP
Las estrellas nacidas esta mañana en la bancada del PP se llaman Alberto Casero Ávilaa, Juan José Matarí y Mario Garcés.
Cada legislatura tiene sus diputados “hooligans” y habitualmente son los del PP los más broncos, tremendos.
Hay algunos, como Rafael Hernando o Ignacio Gil Lázaro —el perseguidor de Rubalcaba durante legislaturas y hoy en Vox— que hicieron historia y se llevaron la palma a la hora de organizar las escandaleras. Hoy se han entrenado tres señorías, que se van a ganar el sueldo gracias a las voces que lanzan durante las intervenciones de los líderes que no les gustan.
Las estrellas nacidas esta mañana en la bancada del PP se llaman Alberto Casero Ávila (popular diputado por Cáceres) y a su lado, otras dos señorías, Juan José Matarí —el de la frase de hoy, la ”¿de qué se ríe?” dirigida a Pedro Sánchez cuando Casado sacaba a las víctimas de ETA en la tribuna— y Mario Garcés, secretario de programas en el PP y ex secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad con Rajoy. Este diputado de abundante cabellera, estaba tan embalado que cuando ha acabado Casado ha seguido apoyando con sus gestos a Abascal, hasta que Carlos Aragonés con una sonrisa le ha cortado el rollo.
Apuntan modales, y tienen todo el aire de ser de los que se ganan el sueldo de representantes del pueblo como voceros que sueltan exabruptos y dejan ‘huella’ por su capacidad para armar bronca.
Matarí, colega de Rafael Hernando en el PP de Almería, es todo un veterano que había sido diputado en seis legislaturas. Durante la sesión matutina no ha parado de montar jaleo y gritar a pleno pulmón mientras intervenía Pedro Sánchez. Sin embargo, al finalizar la intervención de Abascal se ha evaporado, dando por concluida su misión.
También en las filas de Vox, mucho más moderados por ahora que los expertos alborotadores del PP, ha surgido otra estrella rutilante, que llama “analfabeto” a Sánchez dese el gallinero.
Se trata del ceutí y diputado por Badajoz Victor Manuel Sánchez del Real, un licenciado en Ciencias de la Información que aplaude a rabiar a Santiago Abascal, pero que se dirige diligentemente a hablar con Casado y Teodoro García Egea con toda simpatía y cariño. Nunca se sabe dónde puedes acabar.
Sin embargo, el ruido en exceso que estaba montando no ha gustado a Espinosa de los Monteros que le ha hecho callar desde la distancia que separa a los líderes del partido de extrema derecha de su grupo parlamentario.
Habrá más.