¿Y ahora qué? 7 cosas que todas podemos hacer para seguir viviendo el 8M
Ha sido un 8 de marzo como ningún otro y desde que en 1975 la ONU estableciera la fecha del 8 de Marzo como Día de la Mujer Trabajadora, muchas cosas han cambiado (hasta su denominación, que ahora es más inclusiva) pero después de toda la emoción, la pregunta que todas tenemos en mente es muy clara: ¿qué va a cambiar ahora? No lo podemos predecir, únicamente somos dueñas de nuestros propios comportamientos, pero tampoco debemos subestimar nuestra capacidad directa para influir y mejorar en nuestro entorno cotidiano. De cada una de nosotras depende todo y éstas son alguna sugerencias para seguir viviendo un día que no olvidaremos con facilidad.
1. Apoya a tus mujeres: ayuda a tu madre, escucha a tu hermana, olvida rivalidades con tus compañeras de trabajo y apóyalas sin esperar nada a cambio. Si en una reunión, una mujer propone una idea que es ignorada y cinco minutos más tarde un hombre la repite y todos le escuchan, señálalo en voz alta: "Eso es exactamente lo que acaba de proponer la compañera".
2. Deja de hablar mal de otras mujeres, sean famosas o desconocidas, sean gordas o demasiado delgadas, tengan ropa fea o lleven el pelo grasiento. No digas algo negativo sobre ellas sólo porque puedes, no aporta nada, no contribuye a nada.
3. Consume de modo más responsable.
La moda low-cost, las multinacionales de comida rápida o las vacaciones con todo incluído, suelen estar costeadas por las condiciones precarias de sus trabajadores y trabajadoras. Documéntate sobre las políticas de igualdad y las estándares éticos del supermercado en los que compras, haz que ese apartado de su web tenga muchos clics para que se planteen si es suficiente llenarlo de palabras grandilocuentes como Responsabilidad Social Corporativa. Tu dinero también es tu voz.
4. No asumas nunca que conoces a una mujer.
Ya sea alguien como tú o alguien de otra raza, religión, nacionalidad o con capacidades diferentes a las tuyas. Escucha, pregunta, acércate e interésate antes de formar y emitir un juicio.
5. Comprométete con tu entorno.
Busca algún colectivo u organización local que apoye a otras mujeres más desfavorecidas a la que puedas donar algo de tu tiempo o dinero. Ya sea como voluntaria, patrocinadora, como mentora o prestando tus conocimientos y tu experiencia profesional. Es una de las cosas más gratificantes que harás jamás.
6. Piensa que llevas en tu mano un relevo que vas a pasarle a la próxima generación, tu propia mentalidad, tus acciones y tu actitud le dan forma al mundo todos los días. Forma parte de un legado.
7. Conoce tus derechos.
Documéntate sobre tus derechos como ciudadana, como mujer y como trabajadora. Identifica los recursos que tienes a tu disposición, infórmate sobre los procedimientos que deberías seguir en caso de que tengas que enfrentarte a una dificultad. Habla de ello con otras mujeres de tu entorno, compara salarios, circunstancias y situaciones abiertamente con tus compañeros hombres. No hay nada que temer.