Vivir para pintar, pintar para vivir
Hola, me llamo Ariel Gellida y soy pintor artístico.
¿Quién era Ariel Gellida antes de llegar a Ibiza? Antes de llegar a la isla vivía en Buenos Aires. Fueron tiempos muy difíciles ya que a la situación económica de Argentina era tremenda en aquella época. Se unieron problemas familiares. Todo ello hizo que yo fuera un jovencito con muchos problemas y complejos.
¿Cuándo viniste a la isla por primera vez y como te recibió Ibiza? Llegue en el año 90 y me enamoré desde el primer momento de este lugar. La isla me recibió con los brazos abiertos, fui jefe de puerta de Space durante varios años y después, junto con una amigo, cogí el Km5. Fue una etapa dorada pero en el 2000 decidí que necesitaba volver a pintar, así que lo dejé todo y me fui a estudiar a Francia.
¡Pero después te volviste! ¿No serás tú una de esas personas que siempre están diciendo “el año que viene me voy de Ibiza” y luego nunca se van? Qué va, yo directamente digo que no me quiero ir nunca. En todos estos años solo he salido de la isla para estudiar o para realizar algún trabajo, pero siempre he tenido claro que era algo temporal y que tarde o temprano regresaría.
¿De qué manera ha influenciado esta isla tu manera de pintar? Todo en esta isla me inspira y me empuja a pintar. Creo que la culpa es de la luz, la luz de Ibiza es realmente mágica.
Uno de tus últimos trabajos es una serie de retratos de iconos del rock. ¿A cuál de ellos te gustaría regalarle uno de tus cuadros? Sin duda a Mick Jagger, a quién además conozco personalmente ya que he coincidido varias veces con él acá en Ibiza. Él es el gran icono del rock, el gran superviviente. Lo máximo.
Yo soy uno de esos taraos que se levantan los sábados a las 8 de la mañana para ir al hipódromo de Sant Jordi ¿Es ese un buen mercado para vender arte o allí solo va la gente en busca de baratijas? Yo defiendo mucho el mercado de Sant Jordi, me parece un sitio increíble por su mezcla de gente, sobre todo en invierno. Para nada creo que allá sólo se vendan baratijas, yo vendo bastantes cuadros y a un buen precio. Ibiza es Ibiza y cualquier sitio es bueno para la venta de arte.
¿Se puede vivir bien en siendo pintor? Bueno, eso depende de qué sea para ti vivir bien... Yo no me quejo y considero que vivo muuuuuy bien. Además disfruto mucho de lo que hago.
¿Cuantas veces te dijo tu madre aquello de “hijo buscate un laburo de verdad y dejate de hacer el hippie”? La verdad que nunca. Soy hijo de pintora y prácticamente nací en un taller de pintura, así que ella siempre me impulsó a seguir haciendo el hippie y continuar pintando.
¿Qué te gustaría ser de mayor? Tengo 56 años así que creo que ya soy un poco mayor ¡Jajajajaja! Pero bueno, cuando sea aún más mayor me gustaría seguir siendo pintor.
Imagina que te regalan una de esas enormes vallas publicitarias que hay a la salida del aeropuerto y que son lo primero que ven los turista al llegar a Ibiza. ¿Qué pondrías en ellas? Lo tengo claro. Me encantaría subirme a todas esas grandes vallas y en cada una pintar el retrato de un gran disc jockey de la isla. Sería un trabajo maravilloso.
¿A qué personaje te gustaría que entrevistase la próxima vez? A Alfredo Fiorito, el número 1 indiscutible de las cabinas de Ibiza.