Uno de los grandes expertos españoles alerta de cuál es el "sitio más fácil para contagiarse"
Llama a evitarlo.
El científico español José Luis Jiménez, profesor de la universidad de Colorado (Estados Unidos) y uno de los grandes expertos mundiales en la transmisión por aerosoles, ha alertado de que el “sitio más fácil para contagiarse” es “un coro en un sitio cerrado”. “O un bar con mucha gente y música muy fuerte donde hay que gritar. Sería buena idea viajar en silencio en los trenes”, ha asegurado.
En una entrevista en El Heraldo, Jiménez insiste en que, pese a que la OMS no lo ha reconocido todavía, el coronavirus “se transmite principalmente por el aire” y asegura que “la mayoría de los contagios (por lo menos el 75%) se producen por inhalación de aerosoles, partículas infectadas que flotan en el aire y que respiramos”.
“Los aerosoles flotan en el aire y te infectan cuando los respiras. Se sabe que, cuando respiramos, salen pocas partículas respiratorias. Lo que realmente hace que salgan muchas es que hablemos, por la vibración de las cuerdas vocales y la pronunciación”, explica en esa misma conversación.
El experto señala que al hablar se expulsan 10 veces más aerosoles que al respirar. Y al gritar o cantar, 50 veces más. Por eso, alerta de que el sitio más fácil para contagiarse es un coro en un sitio cerrado y califica de “error tremendo” y “medida equivocada” cerrar los parques.
“Sería al revés: habría que llevar a los parques todo lo que se hace en interior, las escuelas, los bares…, pero asegurando las distancias. Porque veo imágenes de España de gente en las terrazas sin mascarilla, hablando muy cerca, y el exterior es seguro con distancia y con mascarillas bien ajustadas”, recuerda.
Jiménez asegura que el frío no es excusa y llama a hacer un esfuerzo social por realizar actividades al aire libre todos los días que se pueda. “Es una medida espectacular, mucho mejor y mucho más barata que tomar medidas para tratar de hacer seguras actividades en interiores”, insiste.
“En 1910, en Nueva York y Boston, en una epidemia de tuberculosis, dieron clase al aire libre todo el invierno. Y el cierzo de Zaragoza es de aprendices comparado con el frío de morirse que hace en Boston, donde viví siete años cuando hice el doctorado en el MIT. Ahora tenemos goretex y mejores abrigos que en 1910”, zanja.