Uno de los cientos de vecinos evacuados por la DANA: “Es la primera vez que vivo esto y tengo casi 60 años"
Ciudadanos evacuados que sufren el impacto del temporal relatan cómo están viviendo la situación.
La Dana sigue causando estragos en el sureste peninsular. A los dos fallecidos encontrados en el interior de un vehículo volcado por las inundaciones en Caudete, (Albacete) se suma una nueva muerte en Almería al quedar atrapado su coche en un túnel. El temporal se ha desplazado al sur de la comunidad valenciana, Murcia y Almería, y hay 16 provincias en alerta.
El vendaval ha afectado a cientos de personas que han tenido que evacuar sus viviendas. Uno de los vecinos desalojados anoche de los alrededores de Orihuela por los embolsamientos de agua de lluvia, Juan Reig, ha relatado que “lo peor está por venir” con la crecida del río Segura.
Reig tiene su vivienda en el camino viejo de Callosa, en la pedanía oriolana de Media Legua, a unos 500 metros del cauce del Segura y, en declaraciones a los periodistas, ha explicado que teme los efectos del desbordamiento del río.
Fue evacuado por los bomberos anoche sobre las 21.30 horas cuando su vivienda parecía “una isla” porque estaba completamente rodeada de agua, sin que llegara a entrar dentro porque el inmueble está ligeramente elevado.
Tras pasar la noche en casa de su madre, en el centro de la localidad, donde ahora mismo hay medio metro de agua, Reig ve cómo sigue subiendo alrededor de su casa: “El problema viene ahora con el desbordamiento del río. Lo peor está por venir”, ha asegurado.
No es la primera vez que este vecino ha tenido que enfrentarse a la gota fría, en 2016 también pasó por una situación similar.
En Ontinyent también se muestran preocupados por la situación y aseguran que habrá que ver lo que “todavía les espera”.
Otra de las familias que se ha visto obligada a dejar su hogar por los efectos de la gota fría es la de Suhé. “Tengo cuatro hijos que también están aquí. Tengo uno de 12, uno de 6, uno de 4 y uno de 3”, comentaban a la SER desde Orihuela.
“Tanto mis hijos como yo hemos trabajado para sacar agua pero a las 15.00 horas me han dicho que me viniese aquí, que me vistiese, cogiese ropa de los niños, y saliese de casa. Solo traemos pijamas y pañales”, continuaba Suhé, que mantenía la esperanza de volver a su hogar. “No tengo dónde ir, tengo que volver a esa casa. No me puedo permitir un alquiler superior”, afirmaba.
José, también vecino de la localidad reconocía vivir una situación atípica: “Es la primera que vivo esto y tengo casi 60 años. El río ya baja con bastante fuerza, aunque lo peor se espera en los próximos días”, apuntaba.
“No paran de bajar cañas secas, esto no lo he visto en mi vida”, comentan otros vecinos de la misma localidad, en testimonios recogidos por la SER. “Sale el agua por los baños y los desagües de la calle, esto yo no lo había visto nunca”, coinciden.