Una rojigualda ultra y gigante para tapar a Cataluña
20.000 simpatizantes de Vox se concentran en Colón para defender la unidad de España tras los disturbios del independentismo.
Vox ha utilizado este sábado en la plaza de Colón de Madrid “la bandera de España más grande” para tapar al independentismo catalán. Unas 20.000 personas, según los organizadores y la delegación del Gobierno, han secundado la llamada del partido de ultraderecha para “defender la unidad de España”. Y han desplegado una enseña de 50 metros de largo y 20 metros de ancho que ha salido desde la calle de Génova.
Minutos antes de que arrancara la concentración, a las 12:00, los simpatizantes han puesto rumbo hacia Colón ataviados con la bandera. Su arma, su España, que, según la líder de Vox Madrid, Roció Monasterio, “ni se acabará hoy, ni se acabará mañana”. Quienes no tuvieran una, podían comprarla a algún vendedor ambulantes que ha intentado sacar partido al acto.
Hasta que ha comenzado el acto, el periodista Cake Minuesa, quien fue detenido al intentar colarse en el Valle de los Caídos, ha incitado los abucheos de los asistentes a los medios de comunicación. Ha dicho que le importaba “una mierda” que sus compañeros pudieran hacer su trabajo.
Los gritos de “Viva España” han interrumpido la intervención de Monasterio, quien ha cargado contra el PSOE “por pactar con quienes quieren romper la nación”. Los asistentes han aplaudido a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que han intervenido en Cataluña durante la semana de disturbios que han protagonizado una parte del independentismo y que han puesto en jaque el orden público. “No estáis solos”, han aireado.
Los simpatizantes de la ultraderecha también se han acordado del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y de la exhumación, este jueves, del dictador fascista Francisco Franco del Valle de los Caídos. “Profanador” han gritado algunos. El líder, Santiago Abascal, ha cogido el guante y ha acusado al presidente en funciones de “sacar a un muerto para azuzar el odio entre españoles”. Le ha llamado “el carroñero de La Moncloa”.
En Colón ha retumbando el grito contra los jueces del Tribunal Supremo que han sentenciado a los líderes independentistas. “La sentencia la hará la Historia y recordará a ese ministro del Interior cobarde [Fernando Grande-Marlaska] y a esos jueces que han prevaricado. Porque sabían lo que pasaba y lo han transformado. Ha habido golpe de Estado y rebelión y esa rebelión sigue en marcha. Al final les venceremos”, ha dicho el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, quien ha terminado su discurso coreando “¡A por ellos! ¡A por ellos!”, el grito que acompañó la salida de los guardias civiles hacia Cataluña en vísperas del referéndum de 2017.
Abascal ha salido envalentonado. Las encuestas sitúan a su partido por delante de Ciudadanos, en tercera posición. Lo sabe y, mientras los suyos le gritaban “presidente”, ha cargado contra sus excompañeros del PP por “haber reído las gracias a los nacionalistas”. El líder de ultraderecha se ha lamentado de que “el ‘marianismo’ se haya impuesto como forma de hacer política”. Todo eso, según Abascal, ha conducido a una “Barcelona en llamas”.
El líder de Vox ha insuflado patriotismo. “Que prenda de nuevo el amor a la herencia de nuestros padres”, ha dicho. Vox no mira a las próximas elecciones del 10-N, dice, sino a las próximas generaciones. La llamada de Abascal interpela a todos, “para que defiendan sin miedo” el país. Un país que ve amenazado por los independentistas que, también este jueves, salen a las calles de Barcelona.
Abascal ha hablado de adoctrinamiento en Cataluña. Con el idioma. Con los medios. Mientras, algunos simpatizantes han impedido a este periodista redactar esta información. ¿Quién impone un pensamiento? El himno ha cerrado el acto. Su España, siempre.