Una novedosa técnica permite en Valencia un cambio de sexo en una única operación
Rafa tiene 29 años y desde hace dos meses lleva una vida normal como hombre, tras someterse a una intervención de 17 horas.
Rafa tiene 29 años y desde hace dos meses lleva una vida normal como hombre, aunque todavía con una limitada vida sexual, tras una única y novedosa operación quirúrgica de 17 horas que puso fin a 15 años de proceso.
El Hospital IMED Valencia ha presentado este martes el caso de este paciente que no quiere revelar su identidad y cuya pionera operación de reasignación de sexo mujer-hombre ha tenido lugar en una sola cirugía, dirigida por el doctor César Noval.
En esta intervención, considerada un hito en la sanidad de la Comunitat Valenciana, se efectuó en un mismo tiempo quirúrgico la faloplastia, la retirada de genitales internos femeninos, la mastectomía y la masculinización facial.
Rafa, según se ha explicado en el encuentro con los medios de comunicación, es de etnia gitana y sufría una problemática social por falta de apoyo familiar en un entorno sociocultural medio-bajo -aunque sí tenía el apoyo de la familia de su mujer- y además se encontraba sin empleo, y ha estado tres años bajo tratamiento hormonal antes de someterse a esta innovadora intervención.
En noviembre del pasado año, el doctor César Noval ya llevó a cabo en el hospital Quirónsalud Valencia una reasignación completa de sexo de hombre a mujer pionera en la Comunitat Valenciana durante la cual se reconstruyeron mamas, vagina, clítoris y feminización facial.
Un trabajo en equipo
En la operación a Rafa de una única cirugía intervino un equipo formado por ginecólogos y urólogos dirigidos por el doctor Noval como cirujano plástico, con la ayuda previa de endocrinos y psicólogos.
En una primera fase se hizo, por parte de los equipos, la elevación del colgajo del antebrazo y la histerectomía, después la mastectomía y el cierre de la zona donante para crear el pene (antebrazo, que se cubrió con piel del muslo).
Posteriormente se acometió la vaginectomía con la trasposición de clítoris, creación de escroto y de uretra membranosa, y la sutura de la mastectomía.
Como último paso se realizó la masculinización facial para marcar la mandíbula, que ha tenido como resultado que el paciente esté satisfecho con su cara.
Este proceso ha proporcionado a Rafa un pene sexualmente funcional sin prótesis y con sensibilidad, testículos a partir de los labios mayores y uretra membranosa con los labios menores, si bien el cirujano ha recomendado al paciente que su vida sexual debe seguir un proceso ordenado y progresivo.
La faloplastia ha resultado un éxito con un pene más grueso y, aunque se manifestó una fístula uretral -uno de los riesgos a los que se enfrentan estos pacientes en el posoperatorio- a los quince días de la operación, ésta se resolvió de forma espontánea.
Si bien lleva una vida normal, por ahora oculta el aspecto del antebrazo, ya que la zona donante presenta una piel más oscura, injertos de 10x4 centímetros y hundimiento.
Un postoperatorio largo
Según Noval, el postoperatorio es un proceso muy largo que pasa por distintas etapas: en la primera semana hay un estado eufórico, pese a que permanece encamado y lleva durante quince días una sonda urinaria, pero en la segunda semana sienten un sentimiento de depresión que puede alargarse durante un mes, para después volver a sentir satisfacción.
Noval ha advertido de que este tipo de cirugía solo se puede hacer a pacientes sanos y jóvenes, que deben entender que se trata de un proceso irreversible y que puede acarrear complicaciones, de ahí que el punto sobre el que pivota la atención médica sea el conformado por el psicólogo y el endocrino.
Esas complicaciones pueden ser la pérdida del falo creado hasta en un 30% de los casos, trombosis (para evitarla llevó medias de compresión neumática con el fin de que la sangre esté en continuo movimiento), necrosis o fístulas.
Noval ha destacado la labor de las asociaciones LGTBI para visibilizar que existen familias en la misma situación y ha asegurado que, sin contar con apoyo familiar y social del círculo cercano, las cirugías de reasignación de sexo no se deben hacer.
En el caso de Rafa, tras la intervención, "vive en el cuerpo que siente" después de haber nacido hombre con cuerpo de mujer, el prisma desde el que se debe entender esta cirugía.