Una niña fue agredida sexualmente en España cada 26 horas en 2021
El 57,3% de la población femenina en España manifiesta haber sufrido algún tipo de violencia alguna vez en su vida, 11.688.411 mujeres en total.
Un 195,5%. Ese es el porcentaje que muestra el aplastante aumento de delitos contra la libertad sexual de las mujeres y niñas en España entre 2010 y 2021, según los datos del portal estadístico de criminalidad del Ministerio del Interior. Este 25 de noviembre se celebra el día por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pero los datos apuntan a que hay más por hacer que por celebrar.
Entre las menores de cero a 13 años, esos delitos crecieron un 220,6% en ese periodo. El año pasado, 219 en esa franja de edad sufrieron una agresión sexual, y 125 más con penetración, según Interior. Una cada 26 horas.
Pero la realidad va más allá de los juzgados y denuncias registradas. La macroencuesta más reciente realizada por el Ministerio de Igualdad en 2019 muestra que el 57,3% de las mujeres de 16 años o más ha sufrido violenciaalguna vez en sus vidas, y un 13,7% (2.802.914) violencia sexual, entendiéndose por esa desde una mirada o gesto lascivo no deseado hasta sus formas más aberrantes como las violaciones grupales.
En total, 11.688.411 mujeres víctimas de violencia en España. El 99,6% de las que sufrieron violencia sexual identificaron a un hombre como su agresor.
Los delitos contra la libertad sexual de las mujeres registrados en el Ministerio del Interior han crecido en todas las franjas de edad, pero especialmente entre las jóvenes de hasta 30 años.
Este fenómeno podría deberse, según Miguel Lorente, médico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género entre 2008 y 2011, a una mayor concienciación a pesar de las dificultades: “La conciencia ha crecido sin duda, aun cuando la violencia sexual es de las menos denunciadas porque las víctimas no confían muchas veces en el sistema y porque es dañino y produce una victimización secundaria”.
Para fortalecer ese argumento el exdelegado cita un ejemplo de este mismo verano, cuando una mujer de 18 años que fue violada por dos policías locales en Málaga pactó con el agresor para que este evitara entrar en prisión a cambio de comprometerse a hacer un cursillo de reeducación sexual.
Esa desconfianza también se respalda en los datos, en un concepto que en criminalística se define como cifra negra. Carmen León es profesora en el área de Derecho Penal de la Universidad de Castilla La Mancha, y señala que, aunque las mujeres han aprendido a identificar las violencias que sufren, aún hay mucha distancia entre los hechos que se denuncian y los reales.
“La cifra negra se refiere a los hechos que se producen pero que no se denuncian ante las autoridades. Si comparas los datos de Interior, que hacen referencia al numero de denuncias, y las respuestas procedentes de la macroencuesta que dan directamente a las mujeres, encuentras que las cifras son muy distintas”, cuenta León. Según las estimaciones, la cifra negra podría suponer un aumento de entre el 18% y el 20% de los casos.
Sin embargo, el crecimiento de las victimizaciones (hechos delictivos que denuncia haber sufrido una persona) también iría de la mano de un aumento de la violencia.
“Hay un incremento de las violaciones grupales, la sumisión química o los pinchazos... Eso también refleja el cambio, ante el empoderamiento de las mujeres hay una reacción de algunos hombres, sobre todo chicos jóvenes, que entienden que ellos van a seguir tomando decisiones aunque sean ellas las que tienen la voz cantante”, incide Lorente.
Si en 2010 se registraron 1.339 victimizaciones entre las menores de 0 a 13 años, en 2021 esa cifra escaló hasta las 2.954, según los datos de Interior. Las de 14 a 17 años crecieron de 1.334 a 3.925 y las de 18 a 30, de 2.564 a 4.369, siendo este último grupo de edad el que mayor número presenta de todos, con el 29,9% sobre el total de 14.608.
El aumento entre las menores de cero a 13 años y de las jóvenes en general, para León, está ligado a la irrupción de conductas sexuales ligadas a la pornografía: “Si te pasas por las webs encontrarás que los videos más vistos son aquellos que contienen formas de violencia no consentida o donde las mujeres, aunque se supone que son mayores de edad, aparentan tener muchos menos años”.
No en vano, la macroencuesta de Igualdad señala que es precisamente entre los jóvenes donde más crece la violencia “física, sexual, psicológica y de conductas de control”, añade León.
Hay casos que han supuesto “hitos”, como el de La Manada en 2016, que han producido un despertar de la conciencia. Esto, ligado al aumento de la violencia entre las franjas de edad más jóvenes, implica una mayor “probabilidad” de denuncia por parte de las mujeres, explica León.
La tendencia a la judicialización es “positiva”, cree León, aunque admite que a algunos jueces aún les falta aplicar la perspectiva de género para que las víctimas no sean “disuadidas” a la hora de denunciar. “Las mujeres sienten que las van a cuestionar, que no las van a creer o que las van a juzgar a ellas”, explica.
León recuerda que en el mismo caso de La Manada un juez emitió un voto particular porque disentía por completo con el resto del tribunal.
Asesinatos y protección
El goteo de mujeres víctimas de violencia se ha mantenido constante a lo largo de los años. A ese registro se añadió en 2013 el de los menores asesinados por violencia de género, algunos de ellos en la modalidad conocida como violencia vicaria, es decir, aquella que se ejerce sobre los hijos e hijas con el objetivo de causar un daño inimaginable a la madre.
Desde el 2003, cuando empezaron a contabilizarse, el número de mujeres asesinadas a manos de sus agresores se eleva hasta las 1.171, según los datos actualizados del Ministerio de Igualdad, que incluye hasta la última víctima de 2022 a fecha de este reportaje.
La acción del Estado en defensa de las mujeres no ha dejado de evolucionar, y el número de denuncias y mecanismos de protección también han crecido exponencialmente con el paso de los años. En los últimos años, de hecho, los menores, al ser incluidos como víctimas, también pueden acceder a la protección y ayuda del Estado.
El número de llamadas al teléfono de atención a las víctimas, el 016, no ha parado de aumentar desde que se puso en marcha hace 15 años. El número de denuncias por violencia de género también ha crecido, en 2021 fueron 162.848, frente a las 135.539 registradas en 2009, primer año con datos recogidos por Igualdad.
El camino a recorrer es aún largo, y en los últimos años se han interpuesto en él fuerzas políticas de extrema derecha (Vox) que han tratado de minimizar, matizar y quitar peso a la lucha de las mujeres. Es lo que Lorente define como negar “una verdad incómoda” que desplaza a los hombres de una posición de poder que tradicionalmente han ostentado y que da rienda suelta a su reacción.
No hay que irse muy lejos para fijarse en la última polémica. Este miércoles la diputada ultraderechista, Carla Torrado, atacó a la ministra de Igualdad, Irene Montero, diciéndole que “el único mérito que tiene usted es haber estudiando en profundidad a Pablo Iglesias”, en referencia a la relación personal de la ministra con el exvicepresidente.
Montero, lejos de que sus lágrimas la ablandaran, ha respondido este jueves contundente, después de hacerlo el mismo miércoles mientras era arropada por todas las fuerzas políticas del hemiciclo a excepción de la ultraderecha y de un PP que contempló enmudecido la polémica: “Quieren frenar la lucha feminista con violencia política, y no lo van a conseguir”.