Una experta en comunicación no verbal se lleva las manos a la cabeza con el mensaje de Felipe VI
"En serio, poco nos pasa".
Patricia Centeno, experta en comunicación no verbal y especialmente en estética política, ha publicado un extenso análisis sobre el mensaje de Navidad del rey Felipe VI, emitido este 24 de diciembre como ya es tradición.
En su blog, Centeno compara el discurso del monarca con la aparición de Kate Middelton, duquesa de Cambridge, en la misa retransmitida por la televisión británica con motivo de la Nochebuena, en la que la mujer del príncipe Guillermo tocó el piano.
“No canta, ni baila y ya no es guapo. ¡Pero no se lo pierdan! Dediquen 13 minutos y 20 segundos de su vida a escuchar a un hombre sentado que no va a decir NADA (por lo menos, interesante)”, dice la experta al inicio de su análisis, en el que pide que “si vamos a tener que tragarnos lo de la Corona, al menos, que aprendan a comunicar”.
Centeno considera que Felipe VI apareció “robotizado”, como ya ha hecho otros años. “Este hombre necesita clases urgentes de interpretación y lenguaje corporal”, se queja.
La experta pone el ejemplo de cuando Felipe VI se llevó “la mano al corazón” al hablar de La Palma. “Pero de un modo tan poco natural que no me extrañaría que lo tuviera escrito en el teleprónter («y ahora, su Majestad, llévese la mano al corazón»)”, ironiza.
“No obstante”, prosigue, “hay gestos que sí le salen de dentro. Por ejemplo, cuando habla de libertad y cierra un puño (hermetismo, fuerza) para representar el concepto”. “En serio, poco nos pasa…”, se lamenta.
De hecho, Centeno reprocha a Felipe VI que haga estos gestos con los puños “a lo ‘Vamos Rafa’”. “No es que esté mal, es coherente, pero queda fatal en un hombre trajeado y sentado en una silla (inactivo) porque se asocia más a lo escatológico que al rendimiento. Además, ya sabe que desde hace años ese gesto concreto es carne de memes (y si no lo sabe ya se lo digo yo)”.
También critica los cambios de plano “girando la cabeza”, algo que considera “un recurso dramático anticuado” que, cuando se realiza en exceso, “pasa a ser cómico y resta seriedad”.
A Centeno le parece, además, que el discurso es muy largo. “A ver, ¿12 minutos y 30 segundos para no decir NADA? La reina Isabel II aborda todas las cuestiones en 4 minutos y encima cede espacio (imagen y discurso) a otros actores sociales y de la familia real. ¿Por qué somos tan carcas?”, compara.
Llama la atención esta experta sobre la decoración de la sala donde se grabó el mensaje y se fija en dos detalles: las banderas (de España y de la UE) y los libros, entre los que se encuentra una compilación de las Constituciones de España. “Si el rey estuviera seguro de qué y a quién representa no le haría falta una bandera ni un libro de la Constitución. Él como símbolo ya sería suficiente”, afirma.
Al final de su análisis, Centeno ironiza con la fotografía que aparece tras el rey, en la que le vemos a él mismo de cuclillas durante un verano en Marivent. Algo que para la experta parece “un caganer”, la figurita de Belén popular en Cataluña. “Felipe VI ha querido tener un pequeño gesto con Cataluña y ha colocado estratégicamente una fotografía de él sentado como en cuclillas que recuerda la postura del caganer”, bromea.