Un tuitero arrasa al compartir lo que ha tenido que hacer al ir a China y lo compara con lo que se hace en España
Lleva más de 45.000 compartidos.
El tuitero Nyscalo, residente en la ciudad china de Shangái, ha hecho un hilo explicando su vuelta a la ciudad asiática tras pasar unas semanas en Madrid. Su relato se ha hecho viral y en cuestión de horas ha superado los 45.000 me gusta y los 35.000 compartidos.
Para salir de España, ha tenido que presentar en la embajada china una PCR negativa hecha en las 72 horas previas al vuelo. Esta lo devuelve sellado por correo electrónico.
“Es solo el principio de la ODISEA”, ha afirmado. Cuando llegó a Shanghái, los fueron sacando del avión en pequeños grupos alargando el desalojo hasta dos horas.
“Al poner un pie en el aeropuerto, te das cuenta de que has aterrizado en otro planeta. Absolutamente todo el personal del aeropuerto viste con traje protector, capucha y escudo facial incluidos”, ha descrito.
El tuitero también ha adjuntado fotos para documentar gráficamente todo lo que ha ido relatando.
Una vez llegó a la terminal se le asignó un QR. “No hay nada abierto, ni se escuchan anuncios por megafonía. Parece vacío, pero está lleno de gente que, como yo, hace las colas en silencio. Todo está perfectamente organizado, tanto que comienzas a sentirte como una rata en un laboratorio”, ha proseguido.
Después, cuando le llegó el turno le hicieron una segunda PCR y le escanearon el código QR que le habían dado minutos antes para pasar a inmigración. “Es imposible distinguir a los policías que revisan tu pasaporte porque también van de astronautas”, ha explicado.
De ahí le trasladaron a un hotel donde hacer la cuarentena: “Nos van separando por grupos para enviarnos a un hotel, donde haremos la cuarentena. Por si os lo estáis preguntando: sí, el hotel lo paga el viajero. Y no, no lo elije él. Y sí, todo el mundo tiene que hacer cuarentena vigilada, tanto chinos como extranjeros”.
“Se trata de hoteles especialmente acondicionados donde al llegar te dan un termómetro y unas pastillas de lejía para que disuelvas en las heces antes de tirar de la cadena. El mío era decente, pero solo eso. La comida pasable, aunque a lo largo de los días se hacía cuesta arriba”, ha detallado.
Nyscalo ha compartido fotos de la comida que fue recibiendo los distintos días de su estancia en el hotel. En las imágenes se pueden ver distintas verduras, carnes o arroces.
“Vale, la última foto no es la comida del hotel, si no lo que me preparé el primer día que llegué a casa”, ha confesado sobre la imagen de los huevos fritos con patatas y jamón.
Los días de cuarentena en los que está en el hotel, tuvo que enviar a través de otro código QR la temperatura corporal tanto a las 9:00 como a las 14:00.
“Prohibido dejar la habitación bajo ningún concepto. Puede pedir comida fuera: leche, galletas o pan de molde, pero nada que venga cocinado de un restaurante. De vez en cuando se pasan por tu puerta y te hacen tomarte la temperatura delante de ellos. El control es total”, ha añadido sobre las medidas.
Durante esos días teletrabajó, leyó o vio series para entretenerse. Ha confesado que la primera semana se le pasó rápido.
“El trato es aséptico y, a veces, rudo. Pedí un cuchillo para pelar la fruta y, aludiendo motivos de seguridad, me lo denegaron. Otro día vinieron a meterme un bastoncillo en la boca para otra prueba y por poco me hacen una traqueotomía”, ha descrito sobre el trato de los trabajadores del hotel.
La segunda semana, al ser residente de Shangái, le dejaron pasarla en su casa, pero con medidas excepcionales: “El día antes del traslado en furgoneta, mi mujer me llamó para decirme que acababan de instalar un sensor en la puerta y una cámara de seguridad. Comenzaba a sentirme como Al Capone”.
“El traslado fue en una furgoneta. Dos tipos vestidos de astronauta me llevaron hasta mi urbanización. Allí, dos policías me esperaban para leerme lo que serían mis obligaciones (tiene derecho a un abogado, todo lo que diga…). Uno de ellos grababa el proceso con una mini cámara”, ha asegurado.
En su casa la vida ha sido más fácil, ha afirmado. Ya podía pedir comida de fuera que el comité vecinal se encargaba de entregarle, aunque las visitas médicas no cesaban: “Dos veces al día venía un médico a medirme la temperatura. Ni que decir tiene que mi mujer ha tenido que pasar esa semana en casa de una amiga”.
“El día 12 de cuarentena vino un médico a hacerme el último PCR, otras dos banderillas para la saca. Dos días después era por fin libre”, ha sentenciado
El tuitero ha reflexionado acerca de la situación en España comparada con la de China, donde se ha conseguido derrotar la pandemia: “Muchos os preguntáis cómo es posible que un país tan grande haya sido capaz de contener el virus. Esto que acabo de contaros lo hacen con todas las personas que entran a China, nacionales y extranjeros”.
“Cuando a finales de septiembre hice el camino inverso, lo único que tuve que hacer al llegar a Barajas fue rellenar un formulario… a mano. Diferencias”, ha concluido.