Un mundo ‘di merda’
Las portadas de los cada vez menos periódicos que descansan en las barras son una jarra de agua helada.
A las siete de la mañana en los bares de España suena cada cierto tiempo un ruido ensordecedor. Son las cafeteras despertando a un país adormecido con miles de familias que hacen un esfuerzo inhumano para llegar a final de mes.
Las portadas de los cada vez menos periódicos que descansan en las barras son una jarra de agua helada: Ucrania se defiende desde el 24 de febrero de Rusia, que ahora juega con drones iraníes a ver qué central energética convierte en un amasijo de hierros. Mientras tanto, olvidamos otras guerras en el mundo igual de importantes porque, aunque no lo queramos, Siria sigue con su genocidio.
Pasamos a Italia, que ha cambiado a un señor instruido como Draghi de primer ministro, por un trío de trileros (valga el juego ‘di paroli’), Meloni, Berlusconi y Salvini, que no van a tardar en liarla más parda que la famosa socorrista convertida en meme, y hacer de su gobierno una telenovela con un tufo a drama de corte latino.
Estados Unidos no se escapa como siempre, de protagonizar un titular jugoso. Como buen aprendiz de actor de Hollywood es especialista en hacer de farfullero, pero en otros países y para sacar buena tajada del meollo. Por el momento, si Trump y sus secuaces desisten de su intento de golpe de timón a las bravas, parece que no tendrán en casa su propia guerra.
La inflación desbocada (perdonen la expresión mediática y manida) es otro de los platos fuertes, que protagoniza el día a día de nuestras vidas. Esta aprieta sobretodo a los que nos apellidamos García y Gutiérrez y tenemos una cuenta corriente tirando a super corriente. Por el contrario, en aguas revueltas los ricos consiguen ser más ricos y la ganancia de pescadores es ahora una bandada de nuevos ricos en el selecto club de los multimillonarios.
Otro titular, las medidas para luchar contra el cambio climático planeadas antes de la invasión rusa en Ucrania se retrasarán sine die, así que en unos años España disfrutará de un clima como el de nuestros vecinos en Marruecos. Lo que nos faltaba a los que pisamos en verano el sur.
Es hora de cerrar el periódico y pagar por un café un diez por ciento más y como la cosa pinta bastos seguiremos pagando más si el dueño del bar puede aguantar el temporal. Y, mientras tanto, los principales países del mundo con una deuda que supera con muchas creces su PIB y que ni siquiera nuestros tataranietos podrán pagar.
Empieza un nuevo día lleno de noticias dignas de un mundo ‘di merda’. Nota mental: A lo mejor la solución es un nuevo 15-M y darle otra vez al reset.
