El confinamiento dispara las llamadas a los 'cazafantasmas': "La gente está más en casa y nota más actividad paranormal"
Los especialistas de Bélgica explican que tienen su agenda llena para los dos próximos años, ante la avalancha de llamadas.
El coronavirus nos ha obligado a confinarnos y, si pasamos más tiempo en casa, reparamos más en lo que ocurre entre esas cuatro paredes. Ya sabíamos que habían crecido las contrataciones de obreros, carpinteros, electricistas, fontaneros... porque era tiempo de reformas pero es que, además, se han disparado las llamadas a los cazafantasmas. Los especialistas de Bélgica han desvelado que están desbordados por tantas llamadas, porque a más tiempo en casa, más posibilidades de notar cosas raras.
Según Wim Coppens, especializado en la caza de fantasmas entrevistado por el canal de televisión pública VRT, él y sus otros tres Investigadores Paranormales Belgas, que es como se llama el grupo, tienen trabajo para los dos próximos años, de tantos avisos que han recibido.
“En marzo y abril de este año, vimos un pico en la cantidad de solicitudes que recibimos. Muchas más personas, de repente, empezaron a escuchar ruidos extraños e inexplicables en la casa. La gente está más en su hogar ahora, a menudo en momentos en los que antes no estaban en casa. Así que de pronto empiezan a notar otros sonidos o fenómenos de su hogar que de otra manera no habrían notado”, sostiene. Esta realidad se está repitiendo en el segundo confinamiento, iniciado ahora en Bélgica.
El problema no sólo es el volumen de llamadas, sino que precisamente por el coronavirus los especialistas no pueden acudir a las casas a ver lo que pasa. “Es por eso que ahora trato de tranquilizar a la gente por teléfono. Me describen las cosas que ven y que oyen y, por lo general, sé por experiencia cómo se pueden explicar estas cosas”, sostiene.
“A menudo encontramos una explicación perfectamente científica para el extraño sonido o fenómeno. Por ejemplo, viejas tuberías que atraviesan las paredes o extraños puntos de luz en la casa, que pueden explicarse por el reflejo de las luces de los coches en la calle”, añade a Radio 2 Vlaams-Brabant.
Coppens se toma muy en serio lo que hace y, a los que piensen que trata de hacerse de oro con esta crisis, le recuerda que lleva 10 años en esto y que sus servicios y los de sus compañeros son gratuitos.