Un hombre que intentó entrar en el Capitolio con 500 balas dice que se perdió
Según él, fue "un error inocente".
La Policía del Capitolio arrestó el viernes a un hombre que intentó entrar en el perímetro cercado del centro de Washington con al menos un arma y más de 500 balas, pero el detenido aseguró este sábado que se había perdido y que no era su intención llevar munición a la capital.
El arresto se produjo en un momento de alta tensión en todo el país, pero especialmente en la capital estadounidense, cuyo centro se ha convertido en una fortaleza blindada ante el riesgo de nuevos ataques armados en los días previos a la investidura el miércoles del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.
La detención se produjo pasadas las 18:30 del viernes (23:30 GMT), cuando el hombre, identificado como Wesley Allen Beeler, se aproximó a un punto de control policial situado cerca del Capitolio, uno de los muchos ubicados alrededor del perímetro de seguridad que impide entrar en el centro de la capital.
Beeler, de 31 años y residente en Front Royal (Virginia), presentó a los policías una acreditación aparentemente falsa para acceder al perímetro con motivo de la investidura, y reveló que tenía en el vehículo una pistola semiautomática Glock, que resultó estar cargada con 17 balas, según fuentes policiales.
Después del arresto, la Policía se hizo con el arma, con otras 509 balas, 21 cartuchos de escopeta y un cargador para la pistola, indica un informe del Departamento de Policía de Washington al que tuvieron acceso CNN y el diario The New York Times.
Beeler fue arrestado por posesión de un arma no registrada y de munición no registrada, y compareció este sábado ante un juez de Washington, que le concedió la libertad provisional y le ordenó no volver a la ciudad excepto para las audiencias judiciales del caso.
En una entrevista este sábado con el diario The Washington Post, Beeler afirmó que había llegado a la capital para trabajar como agente de seguridad privado para una empresa durante la investidura, y que la acreditación que mostró a los policías era la que le había dado esa compañía.
“Fue un error inocente”, aseguró Beeler, quien dijo que se acercó a los agentes tras haberse “perdido” en la ciudad, que sí tiene licencia para llevar armas, pero la había olvidado en casa, y que no es cierto que llevara más de 500 balas en el automóvil, como afirma la Policía.
Washington y las capitales de los 50 estados del país se encuentran en alerta máxima este fin de semana, después de que un boletín del FBI indicara que tenía información sobre “protestas armadas” previstas en toda la nación entre este sábado y el miércoles 20.
Esas pistas en las redes sociales apuntaban a la posibilidad de un segundo asalto al Congreso tras el registrado el pasado 6 de enero, así como a edificios de capitolios estatales en las capitales de cada estado.
Como consecuencia, todos los estados del país han tomado medidas: Texas clausuró su capitolio estatal durante varios días, Michigan activó su Guardia Nacional y California ordenó erigir una cerca de alambre en torno a su congreso estatal en la ciudad de Sacramento.
A última hora de la tarde de este sábado no se habían producido incidentes importantes, aunque sí hubo pequeñas protestas de seguidores del presidente saliente Donald Trump en al menos dos estados: Texas y Minnesota.
En Austin, la capital de Texas, un grupo reducido de manifestantes armados se congregaron frente al Capitolio sin que se produjera ningún enfrentamiento; mientras que en Minnesota, unos 50 seguidores de Trump se presentaron ante un congreso estatal rodeado por cientos de agentes de seguridad.
Mientras, la red social Facebook anunció este sábado que prohibirá temporalmente, hasta después de la investidura de Biden, aquellos anuncios que promocionen accesorios para armas y otros objetos militares.
Se espera que hasta 25.000 militares de la Guardia Nacional estén activos en Washington para el miércoles —el quíntuple de los soldados desplegados ahora en Afganistán e Irak—, lo que convertirá la investidura de Biden en la que cuenta con mayor despliegue de seguridad de la historia de Estados Unidos.