Un 'bulldozer' que trabajaba ilegalmente pudo destapar el pozo de Julen
La investigación se centra ahora en determinar si hay responsabilidades penales relacionadas con el agujero por el que se precipitó el pequeño.
La investigación sobre la muerte de Julen, el menor de dos años cuyo cuerpo fue localizado sin vida casi 13 días después de caer en un pozo de la localidad malagueña de Totalán (Málaga), se centra ahora en determinar si hay responsabilidades penales relacionadas con el agujero por el que se precipitó el pequeño, y las condiciones en las que se encontraba dicho hueco.
Según han apuntado fuentes de la investigación citadas por la Agencia EFE, tras abrir diligencias el pasado 14 de enero —un día después de la caída de Julen—, el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga requirió a la Guardia Civil toda la información de la que dispusiera. El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de dicho cuerpo, remitió un informe que llegó a la instructora el día 17 de enero, con las gestiones realizadas hasta ese momento.
En ese documento, que incluye estudios urbanísticos de la zona, se indicaban las posibles infracciones en cuanto al pozo, como que las obras no contaban con autorización alguna, la ausencia de medidas de seguridad y los movimientos de tierra en el terreno, así como las declaraciones testificales del que hizo la prospección y del dueño de la finca, en las que aparecerían "contradicciones", según las fuentes.
Este martes, El Periódico de Cataluña publica en exclusiva una novedad importante al respecto: sostiene que el terreno ahora pertenecía al novio de la prima de la madre de Julen y que, por el tipo de parcela de que se trata, no tenía permisos ni para abrir pozos ni para hacer movimientos de tierra ni para obrar allí. El pozo estaba hecho desde el el 18 de diciembre, según el testimonio del pocero que aporta el diario, pero como no se encontró agua, fue sellado "con piedras y con un copete", por lo que era imposible que se moviera. Por eso se investiga si pudo ser que el dueño del suelo usase un bulldozer o escavadora para mover escombros de la obra la que dejara el agujero "al descubierto".
Fuentes judiciales han señalado a Europa Press que el pozo está en suelo no urbanizable común, por lo que de haber tenido los permisos correspondientes, hubiera podido realizarse la perforación de manera legal si se hubiese justificado el fin para el que se quería el sondeo.
Según las mismas fuentes, cuando un terreno se encuentra en suelo no urbanizable común, se pueden realizar diversas actuaciones compatibles con uso agrícola, ganadero, industrial e incluso turístico, pero siempre que la obra tenga interés público.
Al tratarse de un suelo rústico que no tiene ningún tipo de protección o afectación —dado que no es un parque natural ni una zona protegida—, en la finca de Totalán se podría haber pedido permiso para excavar el pozo o realizar otra actuación, pero siempre con un informe vinculante favorable. En este caso, se tendría que haber pedido la autorización a la Dirección General de Minas, entidad competente que concede los permisos para realizar prospecciones en busca de agua.
Además, se tendría que haber realizado un segundo trámite en la Dirección General de Dominio Público Hidráulico y Calidad de las Aguas en la Demarcación de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, organismo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente.
Según las primeras pesquisas, el dueño del terreno no lo tramitó en ningún departamento del Gobierno autonómico, por lo que será el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga el que tendrá que dirimir si tales hechos son constitutivos de algún tipo de reproche, de tipo penal o administrativo.
Además, otra de las incógnitas por despejar es por qué el niño tenía encima un tapón de tierra que no se pudo succionar para rescatarlo, como intentaron llevar a cabo los técnicos antes de acometer el túnel verticual paralelo al pozo para, después, acceder a él a través de una galería horizontal.
El cuerpo de Julen fue encontrado a las 01.25 horas de la madrugada del pasado sábado por los equipos de rescate que lo buscaban en el pozo de tan sólo 25 centímetros de diámetro. La posición que tenía "hace determinar que la caída fue libre y rápida hasta la cota en la que se le encontró", que fueron unos 71 metros, según dijo el sábado Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, delegado del Gobierno en Andalucía.
En su rueda de prensa, el delegado dijo que tras la caída el niño se topó con un suelo, precisando que, a partir de esa cota —71 metros— el pozo estaba relleno de tierra y que también tenía por encima "un tapón". Podría tratarse, dice El Periódico, de escombros de la obra que se estaba haciendo en la parcela.
Además, añadió que el aire que pudiera existir era el que había entre los pies y la cabeza del pequeño. Sobre la causa del tapón, dijo que "hay diversas teorías pero ninguna con certeza", añadiendo que hay varias tesis como que en la propia caída fuera albergando arena, ya que, eran paredes "muy imperfectas y arenosas"; aunque Gómez de Celis precisó que se tendrá que investigar.
La autopsia del cuerpo se practicó el mismo sábado 26 de enero por parte de cinco forenses y reveló la presencia de politraumatismos y traumatismos en la cabeza. Así, se tomaron muestras, como se hace habitualmente, que han sido remitidas al Instituto Nacional de Toxicología en Sevilla para ampliar los resultados preliminares de la necropsia.
Fuentes del Instituto Nacional han indicado que no tienen unos tiempos marcados para realizar estos estudios, sino que depende de la complejidad de cada asunto, pero en este caso se intentará hacer a la mayor brevedad posible.