Tus buenos vecinos te dan longevidad
Merece la pena darle vida a los años más que tener años de vida.
El ser humano y el cerebro se han desarrollado en la evolución en una amplia gama de formas de comunicación. El afecto, el amor y la autoestima son pilares básicos de nuestra calidad de vida. Por otra parte, el estrés y el aislamiento son basura para el cerebro y lo pueden enfermar. Los últimos estudios demuestran que el entorno socio-ambiental en el que vivamos puede darnos años de vida o por el contrario robarnos salud.
Cuando eres infeliz te mueres antes
Hay varios estudios en diferentes poblaciones que demuestran que las personas que se declaran infelices en su vida suelen tener una menor longevidad.
Uno de los estudios más amplios se hizo en EE UU en el que participaron 32.830 personas. Con independencia de edad, raza, género o nivel económico, a los participantes se les preguntaba si consideraban que eran:
- Very happy (muy felices) que correspondía al 31,4% de los encuestados.
- Pretty happy (bastante felices) que correspondía al 55,9% de los encuestados.
- Not happy (no soy feliz) que correspondía al 11,6% de los encuestados.
Durante 20 años hicieron un seguimiento de estas personas en su vida. Los resultados concluyeron que los que se manifestaban not happy corrían un 20% más de riesgo de morir antes. Todo ello con independencia de que siguieran hábitos de vida saludables o poco saludables.
Es decir, declararse infeliz se podía considerar un factor adicional de muerte prematura.
¿Y en qué se basaba ser más o menos feliz? La mayoría de las personas comentaban que influía enormemente el entorno afectivo. Los que tenían alguien a quien llamar cuando estaban enfermos o simplemente cuando tenemos “el día tonto” se declaraban más felices que aquellos que no podían contar con esa poderosa herramienta de vida.
La cohesión social da años de vida
Somos seres sociales por naturaleza, hasta el punto de que el aislamiento nos enferma. Las personas que cuentan con lazos afectivos fuertes en su entorno social viven más tiempo porque las relaciones sociales amortiguan el estrés y las preocupaciones y tienen efectos protectores.
En muchos estudios se ha definido que cuando la “cohesión social” es más fuerte la longevidad es mayor. La cohesión social tiene varias definiciones que se refieren al bienestar de las personas, la no exclusión, el sentimiento de pertenencia y la confianza en los demás. En definitiva, sentirte importante y significativo en tu contexto social. En ese sentido, tan solo que en tu barrio los vecinos te saluden amablemente es muy gratificante.
Un ejemplo muy estudiado es el de Japón. Las mujeres japonesas son las más longevas del mundo (con una esperanza de vida de 87 años) y los varones están entre los top ten más longevos del mundo. Una de las razones que explican esta longevidad está precisamente en valores de la cohesión social que fomentan la inclusión social, el desarrollo de las personas, la diversidad de culturas y la pertenencia al grupo. La mayoría de los japoneses (casi el 90%) prefieren trabajar un poco más con un jefe o jefa comprensivo aunque a veces pida horas extras frente a otro que sea indiferente aunque nunca te pida nada. Suele también ser el caso de los españoles.
La sociedad japonesa también conserva unos fuertes lazos de pertenencia a su comunidad u organización y guardan el sentimiento de autoestima e importancia del individuo. Este factor contribuye a que incluso los más desfavorecidos tengan sentimientos de ser útiles y significativos para el colectivo, de sensación de pertenencia y lealtad al grupo. De esa manera, la autoestima se ve reforzada y la salud también.
¿Eres viejo o más bien lo pareces?
A nivel individual, las investigaciones han demostrado que las percepciones negativas del envejecimiento dañan la salud y la autoestima. Las personas que tienen una visión negativa al envejecer suelen también interiorizar estereotipos negativos frente a ser más viejo. Esta visión también influencia negativamente la salud, y se abandonan más fácilmente en la búsqueda de su bienestar.
La visión negativa de uno mismo cuando envejece puede ser otro factor que quita años de vida. Algunos estudios han demostrado que las personas con una visión negativa de la vejez viven 7 años y medio menos que afrontan la etapa de la tercera edad con un espíritu optimista y positivo.
En definitiva, merece la pena darle vida a los años más que tener años de vida. Por añadidura, dar vida a los años aumenta las posibilidades de vivir más tiempo. Para este logro, es fundamental tener percepciones positivas y actitudes constructivas en el cotidiano.
No desaproveches la oportunidad de sonreír a los vecinos. Te darás vida y se la darás también a los demás.
Para saber más, visita mi blog: www.raquelmarin.net
Dale vida a tu cerebro. ¡En tercera edición!