Trump se acoge a la quinta enmienda y se niega a declarar en la investigación sobre sus negocios
Además sugiere que el FBI pudo colocar pruebas falsas durante el registro en su mansión Mar-a-Lago, de Florida, que es otro de los frentes que tiene abierto el expresidente.
El expresidente Donald Trump se ha negado a responder este miércoles a las preguntas de la fiscal general de Nueva York, encargada de la investigación civil sobre sus prácticas comerciales y el negocio inmobiliario de su familia, la Organización Trump, según informó el magnate en un comunicado.
“Por consejo de mi abogado y por (otras) razones, me negué a responder las preguntas sobre los derechos y privilegios otorgados a todos los ciudadanos en virtud de la Constitución de Estados Unidos”, ha escrito el republicano en el comunicado para defender su inocencia que luego compartió en la red Truth Social.
Trump hizo lo que en el país se conoce habitualmente como invocar la Quinta Enmienda de la Constitución, que permite a un investigado guardar silencio para evitar incriminarse a sí mismo.
“Una vez pregunté: ‘si eres inocente, ¿por qué invocas la Quinta Enmienda?’ Ahora sé la respuesta a esa pregunta”, dijo Trump en su comunicado, apuntando que no le quedaba “otra opción” ante lo que considera un ataque “sin fundamento” y “político” que está afectando a su familia y a sus negocios.
“Muy profesional”
Horas más tarde, ya de madrugada en España describió su comparecencia ante la Fiscalía General de Nueva York como una “reunión muy profesional”. “Acabo de salir de la oficina de la Fiscalía General. Una reunión muy profesional. Tengo una empresa fantástica con grandes activos, muy poca deuda y mucho dinero en efectivo. ¡Sólo en EEUU!”, escribió el exmandatario en su cuenta en la red social Truth.
Trump volvió a defender este miércoles su inocencia y a calificar estas pesquisas como una “caza de brujas políticamente motivada” por parte de la fiscal general (que es negra y demócrata), a la que la noche del martes acusó además de “racista”.
Qué se investiga
La investigación de Nueva York está dirigida por la fiscal general Letitia James, a la cual Trump criticó duramente en su texto, acusándola de desatar una persecución contra él para “propulsar su carrera política” y a la que durante la noche del martes acusó además de “racista”.
La investigación que lidera James lleva ya varios años y, según las últimas señales, podría estar por fin en su fase final.
Tres hijos del expresidente -Eric, Donald Jr. e Ivanka- ya habían sido entrevistados por la oficina de James por su papel en el negocio familiar. En principio, y según lo que ha trascendido durante el proceso, si la Fiscalía presenta una demanda será para acusar a la compañía de Trump de inflar de forma fraudulenta el valor de sus propiedades a la hora de obtener préstamos bancarios.
Aunque esta investigación es por la vía civil, la Fiscalía del distrito de Nueva York tiene abiertas pesquisas penales por los mismos motivos, un proceso que se ha visto frenado en los últimos meses, pero que puede recobrar vida en función de lo que ocurra en este caso.
Hasta ahora, en el marco de esa investigación, los fiscales neoyorquinos han presentado cargos contra la Organización Trump y contra su jefe financiero, Allen Weisselberg, a quienes se acusa de una trama de años para ayudar a los ejecutivos de la firma a evadir impuestos.
Trump haciendo de Trump
El expresidente tiene varios frentes abiertos y lejos de la investigación civil de Nueva York el FBI ha registrado su casa de Florida para investigar si se pudo llevar documentos de Estado. No obstante, en este caso, el expresidente ha sugerido que el FBI pudo colocar pruebas falsas durante el registro de Mar-a-Lago para tratar de incriminarle, aunque no ha ofrecido ningún tipo de evidencia al respecto.
En un mensaje en la plataforma Truth Social, Trump se ha quejado de que los agentes no permitieron a nadie, ni siquiera a sus abogados, acercarse a las estancias en las que entraron durante su redada en Mar-a-Lago.
“Se pidió a todo el mundo que abandonará el lugar, querían que los dejaran solos, sin testigos que vieran lo que estaban haciendo, tomando o, espero que no, ‘sembrando’. ¿Por qué insistieron tato en que nadie los vigilara?”, señaló el político republicano.
Trump ha planteado así dudas sobre la actuación del FBI y las posibles pruebas recolectadas, insistiendo en su argumento de que toda esta actuación está orquestada por el Gobierno de Joe Biden y tiene fines políticos.
En total, el FBI se ha llevado de la mansión una docena de cajas con evidencias, según ha confirmado una de las abogadas del político republicano a medios estadounidenses. Por el momento, ni el FBI ni el Departamento de Justicia han dado aún declaraciones explicando el motivo de la redada. A la espera de conocerse algún detalle o explicación oficial, numerosos dirigentes republicanos, incluida la dirección del partido, han arremetido contra el “abuso de poder” de los demócratas.
La Casa Blanca mantiene su desconocimiento
Ante los señalamientos de Trump, desde la Casa Blanca se mantienen en su postura de desconocimiento. Desde que inició el registro, el Gobierno de Biden ha asegurado que el presidente no estaba avisado del registro y que se ha enterado por los medios de comunicación, al tratarse de una investigación “independiente”.
En su rueda de prensa diaria, la portavoz del presidente, Karine Jean-Pierre, evitó dar detalles “sobre una investigación que se está llevando a cabo” y, preguntada por las acusaciones de persecución política vertidas por los republicanos, respondió que Biden “respeta el Estado de Derecho”.
“El presidente no estaba informado, no estaba al tanto. Nadie en la Casa Blanca recibió un aviso”, dijo la secretaria de Prensa del Gobierno.