“Hazlo, Mike”: Trump, desatado, presiona a su vicepresidente para que frene la victoria de Biden
Este miércoles, el Congreso de EEUU certifica el triunfo de Joe Biden. Trump trata de impedirlo como sea, cosa que ya es imposible.
Desesperado porque no le quedan más de dos semanas en el cargo, el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a recurrir sin control a Twitter para suplicar a quien haga falta que no se certifique la victoria de su contrincante en las urnas, el demócrata Joe Biden.
Esta vez el objeto de las presiones ha sido su propio vicepresidente, el republicano Mike Pence, a quien ha rogado en un par de tuits que devuelva los votos a los Estados porque, según Trump, estos quieren “corregir” lo ya votado.
En un delirio que parece no tener fin, Donald Trump sigue aludiendo a un supuesto “fraude” y a “irregularidades” en las elecciones del pasado 3 de noviembre, algo que las autoridades de los Estados, e incluso el Tribunal Supremo, han negado.
Como viene ocurriendo desde noviembre, cuando quedó constancia de la victoria de Biden y Trump se negó a aceptarla, la red social Twitter —canal de comunicación habitual del todavía presidente— se ha visto en la necesidad de marcar como erróneos los mensajes de Trump.
Sólo en las últimas nueve horas, Trump ha tuiteado ocho veces, y de esos ocho tuits, seis han sido marcados como falsos. Con un aviso bajo el mensaje, Twitter redirige a sus usuarios a una página de la plataforma en la que se explica que “no hay evidencia de que haya habido un fraude generalizado en las elecciones a la presidencia de EEUU de 2020, tal y como confirman los funcionarios del Gobierno y los expertos electorales”.
Como a Trump no le importa que los medios desmientan sus afirmaciones, él ha seguido tuiteando desbocado, y presionando a su vicepresidente, que este miércoles debe certificar la victoria de Biden, por 306 votos electorales frente a los 232 de Trump.
“Si el vicepresidente Mike Pence no nos falla, ganaremos la presidencia”, escribe Trump en un tuit. “¡Hazlo, Mike! Es hora de demostrar una valentía extrema”, dice en otro.
En realidad, el acto de este miércoles no es más que una formalidad, pues el pasado 14 de diciembre los Estados ya emitieron sus votos electorales, con lo que no hay vuelta de hoja (por más que Trump insista en lo contrario).
Pence no está en posición de dar o quitar votos a los Estados, sino que sólo deberá abrir y leer unos sobres que se envían con los resultados. Lo que sí puede ocurrir, y se espera que pase, es que varios congresistas republicanos objeten los resultados.
De hecho, más de cien legisladores republicanos, incluidos trece senadores, han anunciado que presentarán objeciones a los resultados, que sólo serán válidas si se presentan por escrito y obtienen el apoyo de al menos un senador y un congresista.
Curiosamente, hace cuatro años, cuando Donald Trump ganó las elecciones, se produjo esta escena. Varios congresistas demócratas se negaron a reconocer el triunfo del republicano. En ese momento, fue precisamente Joe Biden, entonces vicepresidente, quien, tras comprobar que ningún senador respaldaba las objeciones, lanzó un rotundo “se acabó”, y certificó la victoria de Trump.
Pence, por su parte, ya ha aclarado que él no tiene “autoridad unilateral para determinar qué votos electorales se deben contar y cuáles no”, contradiciendo así a su jefe en una carta remitida al Congreso. El todavía vicepresidente señala en dicha carta que “la presidencia pertenece sólo al pueblo estadounidense”.
Mientras tanto, Trump ha aparecido por sorpresa esta tarde frente a la Casa Blanca para dirigirse a las masas de manifestantes que se congregaban allí para mostrarle su apoyo y denunciar lo que siguen considerando un “fraude” y un “robo”. “No voy a ceder”, ha asegurado el presidente saliente.
En esos mismos instantes, sus seguidores protagonizaban escenas violentas frente al Capitolio, donde se han enfrentado a la Policía, como demuestran las duras imágenes publicadas en redes sociales.