Trump pide aplazar las elecciones de 2020 en EEUU por un supuesto fraude
Las encuestas le sitúan por detrás del candidato demócrata, Joe Biden.
Donald Trump ha pedido retrasar las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 en EEUU, en las que se medirá al demócrata Joe Biden, debido a un posible fraude electoral por correo, asegura. Quedan menos de 100 días y las encuestas le sitúan por detrás de su rival.
El presidente ha lanzado este globo sonda (más que un anuncio) en su perfil oficial de Twitter, el medio habitual para sus reflexiones: “Con la votación universal por correo (no la votación en ausencia, lo cual es bueno), 2020 será la elección más INACTIVA Y FRAUDULENTA de la historia. Será una gran vergüenza para los Estados Unidos”. Además, remata con la pregunta clave: ”¿Retrasar las elecciones hasta que las personas puedan votar de manera adecuada y segura?”..
El magnate lleva tiempo sembrando de dudas el proceso electoral vía correo, una opción que podría dispararse por el miedo al contagio del coronavirus. Según la BBC, al menos seis estados planean celebrar los comicios por correo: California, Utah, Hawai, Colorado, Oregón y Washington.
En un tuit previo este mismo jueves Trump había cargado contra este tipo de sufragio, que “ya está demostrando ser un desastre catastrófico”. “Los demócratas hablan de influencia extranjera en la votación, pero saben que la votación por correo es una manera fácil para que los países extranjeros entren en la carrera. ¡Incluso más allá de eso, no hay un conteo exacto!”, cita, en referencia a la posible injerencia de otras naciones.
Precisamente esta cuestión, la supuesta intervención de una nación externa (en su caso Rusia) en su campaña frente a Hillary Clinton en 2016 le llevó a ser investigado por la Justicia, un extremo que él siempre ha negado, acusando a la oposición y a los magistrados de “acoso presidencial”.
Ya lo pronosticó Biden... en abril
Que la intención de líder estadounidense no es nueva lo probó el propio Joe Biden en abril: “Graben mis palabras: creo que va a tratar de retrasar las elecciones de alguna manera, va a llegar a una explicación de por qué no se pueden celebrar”, declaró entonces a la CNN.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha reaccionado limitándose a citar la Carta Magna, demostrando así el nulo poder de Trump para lograr su objetivo: “Artículo 2, sección 1: El Congreso determinará la hora de elegir a los electores y el día en que darán sus votos; qué día será el mismo en todo Estados Unidos”.
La cita prevista, si nada cambia, para el martes 3 de noviembre se ha visto afectada desde hace meses por el coronavirus. La pandemia, que ha golpeado especialmente al país norteamericano, ha supuesto un vuelco en las encuestas electorales, que ahora sitúan a la cabeza al candidato demócrata, Joe Biden. Una de ellas, a nivel nacional, es la de Fox News, de ideología republicana.
Estados Unidos registra casi 4,5 millones de casos y más de 150.000 víctimas mortales, lo que le convierte en la nación más atacada por el virus. Pero los efectos no son únicamente sanitarios. Desde el comienzo de la pandemia el PIB ha caído casi un 33% en el segundo trimestre, el peor dato desde el final de la II Guerra Mundial.
En las elecciones no solo se elegirá al nuevo mandatario para los próximos cuatro años, sino a un tercio del Senado y a la totalidad de la Cámara de Representantes.
¿Pero Trump puede modificar la fecha de las elecciones?
Por él solo, no. La fecha de las presidenciales, el primer martes después del primer lunes de noviembre, está fijada por ley federal desde 1845. Por tanto, para moverlas en el calendario habría que modificar la legislación, algo que podría hacer el Congreso (aunque con la mayoría demócrata, opositora, se antoja del todo impensable) y siempre pendiente del visto bueno de la Justicia.
Pero ni con todos esos factores jugando a favor del actual presidente tendría mucho margen de maniobra. Como apunta el abogado demócrata Marc E. Elias, la Constitución, norma suprema que no podría modificarse con una ley ordinaria, establece que el nuevo Congreso debe jurar el 3 de enero y el nuevo presidente comenzar su mandato el 20 del mismo mes.
Por tanto, sin una reforma constitucional, harto improbable, Trump apenas podría mover las elecciones unos pocos días, si es que lo consigue.
Los ruidos de aplazamiento vienen de lejos. Ya en marzo, con los primeros coletazos del virus en EEUU, Elias aseguró que “si bien los estados pueden establecer sus propias fechas para las primarias, las elecciones generales federales se establecen por estatuto federal el martes siguiente al primer lunes de noviembre. Esta fecha no puede ser cambiada por un estado ni por el Presidente”.