Trump está al borde de la obesidad... pero su médico dice que tiene una "salud excelente"
Y también ha aclarado que no tiene problemas mentales. Por si acaso.
El presidente estadounidense, Donald Trump, tiene una salud "excelente" y no tiene ningún problema mental, según el médico de la Casa Blanca, Ronny Jackson. Eso sí, está gordo y al borde de la obesidad, por eso quiere perder entre cuatro y siete kilos este año.
"Está en forma para ejercer su deber (de presidente), durante el resto de su mandato e incluso durante el resto de otro mandato si fuera elegido" de nuevo en 2020, ha asegurado en una conferencia de prensa Jackson, médico militar que también supervisó la salud de Barack Obama desde 2013.
Trump, de 71 años, se sometió el viernes al primer examen médico anual de su presidencia, y aunque su doctor no tenía previsto examinar sus habilidades cognitivas, el presidente se lo pidió.
"No tengo ninguna preocupación sobre su capacidad cognitiva", ha asegurado Jackson, que sometió a Trump a un test llamado la Evaluación Cognitiva de Montreal, que permite detectar problemas leves mediante una serie de 30 preguntas, y el millonario las acertó todas.
"No veo ninguna razón en absoluto para pensar que el presidente pueda tener ningún problema en absoluto con su razonamiento (...) Su mente es muy aguda, está intacta", ha añadido el médico.
Trump podría haber querido acallar con ese test (que según Jackson no se había aplicado hasta ahora a ningún otro presidente estadounidense) las especulaciones sobre su estabilidad mental, que han aumentado a raíz de la publicación del libro sobre su presidencia Fire and Fury.
TOMA ASPIRINA PARA EL CORAZÓN Y PROPECIA CONTRA LA CALVICIE
Trump tiene sobrepeso y roza la categoría de obeso, con un índice de masa corporal de 29,9, dado que pesa 108,4 kilos y mide 1,92 metros, por lo que su doctor planea trabajar con él para desarrollar un plan de dieta y ejercicio que le permita perder peso.
"A él le entusiasma más la parte de la dieta que la del ejercicio, pero vamos a hacer las dos cosas", ha indicado Jackson, que planea desarrollar un plan de ejercicio aeróbico "de bajo impacto, que no dañe sus articulaciones".
Su presión sanguínea está en el rango normal, de 122 sobre 74, y su colesterol es algo elevado, con un total de 223, pero el presidente toma un medicamento llamado Crestor para controlar ese problema, y su doctor planea aumentarle la dosis porque hasta ahora era "muy baja".
Trump también toma aspirina para la salud cardíaca, "propecia" para combatir la calvicie, una crema para tratar la rosácea (una enfermedad que enrojece la piel) y el sedante Ambien de forma ocasional, para poder dormir en los aviones.
"TIENE UNOS GENES INCREÍBLEMENTE BUENOS"
De habitual, el magnate duerme solamente de cuatro a cinco horas al día, aunque al médico no le pareció preocupante.
Jackson ha destacado reiteradamente la "excelente salud cardíaca" del presidente, que atribuyó en parte "a una vida entera sin alcohol ni tabaco", y asegura que Trump no tiene ninguna otra adicción.
¿Cómo puede no tener problemas cardíacos una persona con los hábitos alimenticios de Trump, un aficionado a las hamburguesas de cadenas de comida rápida que consume hasta 12 latas de cola light al día? Jackson responde: "Es cuestión de genética. El presidente tiene unos genes increíblemente buenos".