Trump decide retirarse del acuerdo de París sobre el cambio climático
El presidente estadounidense rompe el compromiso firmado por Obama para poner "la industria americana" primero.
Primero se desmarcó del acuerdo del clima del G7, una miguita enorme que le ha guiado por el camino que ha llegado a su final este miércoles: Donald Trump cumple su amenaza y una de sus promesas electorales y se retira del acuerdo del clima de París.
Trump ha argumentado que los compromisos recogidos en ese "mal acuerdo" perjudican a Estados Unidos y, en concreto, al desarrollo de su economía y a la creación de empleo. El objetivo del inquilino de la Casa Blanca para por buscar un documento más favorable y "justo", aunque por el momento no ha aclarado cómo ni cuándo lo hará.
En este sentido, ha explicado que no quiere que nada se "interponga en el camino" del desarrollo de Estados Unidos y ha apelado a su "deber solemne" de proteger los intereses de su país.
El gesto de Trump sitúa a Estados Unidos junto a Siria y Nicaragua, que tampoco se unieron a un acuerdo del que sí forman parte más de 190 países. Obama se había comprometido a que el país norteamericano redujese las emisiones de gases contaminantes entre un 26 y un 28 por ciento para el año 2015.
Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo, sólo por detrás de China. Los expertos estiman que emite a la atmósfera más del 15 por ciento de los gases registrados en todo el mundo.
PROCESO DE SALIDA
El artículo 28.1 del Acuerdo de París contempla la posibilidad de que una de las partes decida dejar de serlo, pero sujeto a determinadas condiciones, por lo que ahora está por ver cómo se lleva a la práctica el cumplimiento de una de las promesas electorales más controvertidas de Trump.
Así, un país podrá solicitar su retirada con una petición escrita que será legalmente efectiva solo un año después de haberla presentado y que, además, no podrá presentar hasta que hayan pasado al menos tres años desde la entrada en vigor del Acuerdo de París.
En la práctica ello implica que aunque Trump haya anunciado el abandono de Estados Unidos, legalmente no podrá solicitarlo hasta noviembre de 2019 (el convenio internacional entró en vigor el 4 de noviembre de 2016) y no se haría efectivo hasta un año después, en noviembre de 2020.
Abandonar el Acuerdo de París es uno de los gestos más efectivos en los que ha pensado el republicano para echar por tierra el legado de su antecesor Barak Obama. Envía así una señal directa al resto del mundo: Estados Unidos no prioriza el cambio climático y amenaza con desentrañar la ambición de todo el acuerdo.
Trump se ha mostrado crítico con el cambio climático y, aunque la Casa Blanca ha aclarado que no es un negacionista, lo cierto es que ha puesto a uno, Scott Pruitt, al frente de la Agencia de Protección del Medio Ambiente. El Gobierno de Barack Obama firmó y ratificó el Acuerdo de París, lo que hace que Estados Unidos sea parte de este tratado internacional.
"RECHAZAN EL FUTURO"
El Acuerdo de París supone un hito en la lucha contra el calentamiento global porque está firmado por 200 países, incluidos la potencia norteamericana y China, dos de las naciones más contaminantes del mundo, lo que aumenta las posibilidades de éxito de este tratado ambiental.
El expresidente estadounidense Barack Obama ha lamentado que con la retirada del Acuerdo de París anunciada por su sucesor, Donald Trump, EEUU se sitúa en "el pequeño puñado de países que rechazan el futuro".
"Aunque este Gobierno se une un pequeño puñado de países que rechazan el futuro, confío en que nuestros Estados, empresas y ciudades darán un paso al frente y harán aún más para liderar el camino" en la lucha contra el cambio climático, indicó Obama en un comunicado poco después de que Trump anunciase la decisión.
La Unión Europea ha lamentado profundamente la decisión del presidente de Estados Unidos, pero ha advertido de que este paso "triste" y "unilateral" no supone el final del acuerdo, que seguirá adelante con otras alianzas.
"El Acuerdo de París perdurará, el mundo puede continuar contando con Europa para un liderazgo global en la lucha contra el cambio climático", ha declarado el comisario de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, en un comunicado difundido al poco de que Trump anunciara su decisión.
El comisario ha admitido que es "un día triste" para la comunidad internacional, pero ha recordado que casi 200 países firmaron el acuerdo de París y ha asegurado que la Unión Europea buscará "nuevas alianzas", incluidas "empresas, comunidades y ciudadanos estadounidenses", para seguir avanzando.
También ha reaccionado el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, para quien la lucha contra el cambio climático es una cuestión "de confianza y liderazgo". "Pacta sunt servanda (lo pactado, obliga)", ha señalado en Twitter, para después afirmar que la decisión de Trump "dañará a Estados Unidos y al planeta".
LA LÍNEA CLIMÁTICA DURA DE LOS REPUBLICANOS
Una carta de 22 senadores republicanos, encabezados por Micht McConnel, pidió el 25 de mayo pasado al presidente estadounidense una salida rápida y efectiva del Acuerdo de París. Los senadores aplauden en la misiva que Trump haya comenzado a desmantelar el Plan de Energía Limpia de Obama, pero advierten de que el objetivo está en peligro de permanecer en el acuerdo climático de París.
"Debido a las disposiciones existentes dentro de la Ley de Aire Limpio y otras incluidas en el Acuerdo de París, permanecer en él sometería a los Estados Unidos a un riesgo de litigio significativo que podría agravar la capacidad de su Administración para cumplir su objetivo de rescindir el Plan de Energía Limpia", señalan los senadores en su carta, que termina con un elocuente: "Le animamos encarecidamente a hacer una ruptura clara con el Acuerdo de París ".
Trump prometió abandonar el Acuerdo del Clima de París durante su campaña a la Presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, muchos de sus colaboradores intentaron convencerle después para que no lo hiciera. Entre estos, figura su hija Ivanka, que perdería la silla de Estados Unidos, también Jared Kushner y el secretario de Estado Rex Tillerson apostaron por la lucha contra el cambio climático. Pero una baza fuerte, Scortt Pruitt, director de la Agencia de Medio Ambiente estadounidense y el estrATega jefa y el asesor de la Casa Blanca, Steve Bannon y Don McGahn, han tirado más de la cuerda e instado la decisión final del presidente Trump.