Si tu hijo se queda llorando en el cole o escuela infantil, prueba este truco
Permite transmitir seguridad y confianza al niño de una manera bien fácil.
La actriz Sara Sálamo ha hecho visible un problema que afecta a muchos padres en cada inicio de curso. A través de las redes sociales, la intérprete compartió una publicación de la psicoterapeuta Paola Roig sobre el periodo de adaptación a la escuela infantil o al colegio y contó que su hijo de dos años no va a la escuela infantil porque se quedaba allí llorando.
“No creo que ningún padre o ninguna madre se sienta cómoda dejando a sus hijos en manos de una maestra (desconocida totalmente por nosotros y nuestros bebés) cuando llora de forma desconsolada. Yo no tengo la solución a todo esto. Pero siento la responsabilidad de generar un debate, de hacernos preguntas y quizás, haciendo piña, cambiar las cosas entre todos”, escribió después.
Y, efectivamente, ha generado un gran debate y multitud de padres que viven lo mismo estos días han compartido su angustia. Muchos no tienen la opción de no llevarlos, por lo que les toca afrontar esa ansiedad de separación de los pequeños como buenamente pueden, y confiar en que los lloros cesen pronto.
Algunos padres han encontrado un pequeño salvavidas en el truco que ha compartido en Instagram Sara Noguera, asesora de crianza, maestra de infantil y fundadora de Kimudi.
“Ya que a día de hoy, por motivos laborales y el covid, la adaptación a las escuelas no está siendo la más favorable para los niños, qué mejor que darles un poquito de compañía con algo tan fácil como pintarnos un corazón cada uno en la mano y decir que a través de él, si nos echamos de menos, al tocarlo sentimos a la otra persona”, explica a El HuffPost.
“Es un recurso que he utilizado con mis hijos mucho tiempo y decidí compartirlo porque funciona, realmente se sienten más tranquilos cuando se acuerdan de nosotros en momentos en los que no podemos acompañarles”, añade.
“La mayor, volvía del colegio y decía ’mamá, me lo tienes que repasar porque de tanto que lo he tocado se me está borrando”, cuenta Noguera. En general con sus hijos lo ha utilizado unos cinco días hasta que ya no les era necesario, “pero cada niño es un mundo, habrá unos que lo necesiten un día y otros, todo septiembre”.
Como apunta, es un recurso útil no solo al empezar el curso, sino también por ejemplo cuando se tiene una cena y el niño no quiere que su madre se vaya.
“Se me pone un poco la piel de gallina porque recibo a diario unos 20 mensajes de padres a los que les está funcionando. Siempre hay alguno que dice ’mi hijo pasa’, porque criar no es una plantilla, pero tengo un feedback brutal de este recurso”, admite.
Para quien no le funcione recurrir al corazón, el consejo que le da es “mucha paciencia y empatía” y positivizar la entrada y la salida de la escuela o cole: “Que se ponga a su altura, que le diga muchas cosas buenas que van a pasar, que hable con el profesor de una forma agradable delante del niño para positivizar a ese adulto... y que todo pasa. Ni le estamos abandonando, porque se queda con alguien que le va a querer casi como nosotros, y que sobre todo, que no intenten compensar con regalos o juguetes algo que no hay que compensar, porque no estamos haciendo nada mal”.