"Tremenda corrupción": lo que hay detrás de la acusación de Trump a Biden sobre sus negocios en Ucrania
Una información sin confirmar, filtrada por el abogado del republicano, sirve para acusar al candidato demócrata, a dos semanas de las elecciones.
En 2016, Donald Trump se quedó afónico pidiendo que metieran en la cárcel a su rival, Hillary Clinton, por la polémica de sus correos electrónicos privados con información confidencial. Aquella estrategia le salió bien y, ahora, vuelve a lanzar acusaciones gruesas contra su rival, Joe Biden, tachándolo de corrupto tras la publicación de un artículo sin mucho fundamento, filtrado desde su gabinete de abogados. Ahora pide que actué hasta la fiscalía.
¿De qué va la enésima polémica de la campaña estadounidense, a falta de dos semanas para las elecciones? El New York Post es un tabloide que ha publicado desde el 14 de octubre unos artículos que se basan en correos electrónicos y otros materiales digitales recuperados de un ordenador portátil que supuestamente pertenecía a Hunter Biden, el hijo del aspirante demócrata a la Casa Blanca. Una copia de ese material fue facilitada al diario neoyorquino por el exalcalde de Nueva York y abogado de Trump, Rudy Giuliani.
Según esas noticias, cuando Biden padre era aún era vicepresidente de EEUU en la Administración Obama, Hunter le presentó a un ejecutivo de la firma de gas natural ucraniana Burisma Holdings, que estaba siendo investigada por el entonces fiscal general de Ucrania, Víktor Shokin (2015-2016). Un encuentro que data en 2015. El entorno de Trump siempre ha sostenido que Joe Biden forzó la destitución de Shokin mediante una llamada telefónica con el expresidente del país, Petró Poroshenko, para proteger a su hijo, que asesoraba a la empresa.
Un correo electrónico de abril de 2015, según el diario, fue enviado a Hunter Biden por Vadym Pozharskyi, un asesor de Burisma. “Estimado Hunter, gracias por invitarme a DC y darme la oportunidad de conocer a su padre y pasar un tiempo juntos”, se lee.
Por eso ahora Trump escribe en Twitter cosas como estas: “Muy orgullo del New York Post, mi antiguo periódico en casa. Han dicho y mostrado lo que todo el mundo sabe sobre Joe Biden el Adormilado. ¡¡¡Es un POLÍTICO CORRUPTO!!!”. O “Joe Biden es un político corrupto y todo el mundo lo sabe. Ahora tienen la prueba, puede que como nunca lo haya habido contra ningún político de alto nivel. Con ordenador portátil incluido. ¡Este es el segundo mayor escándalo político de nuestra historia!”.
En sus tuits, el presidente consideró que “el portátil de Hunter Biden es un desastre para toda la familia Biden, pero especialmente para su padre, Joe. Ahora es un hecho probado, y no puede ser negado, que toda esta información es un ASUNTO REAL. ¡Eso hace imposible en un 50 % o 10 % que Joe asuma algún día el cargo de presidente”.
Esta madrugada, ha vuelto a la carga: “Creo que está implosionando. Ves toda esa corrupción en su familia, tremenda corrupción (…). Esa computadora (donde están los correos electrónicos) se ha escondido, nunca se ha visto algo así”, dijo Trump en entrevista para Fox News.
El presidente Trump pidió que el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, intervenga en este asunto. “Tenemos que hacer que el fiscal general actúe y él tiene que actuar rápido, tiene que nombrar a alguien”, dijo Trump.
Incluso, el presidente aludió que la excandidata a la presidencia, Hillary Clinton, también estaba “manchada” por otros correos electrónicos en los que se sugiere que el partido demócrata saboteó la campaña de Bernie Sanders para favorecer su candidatura en 2016.
Información robada
Tras la publicación del primero de los artículos de New York Post, Twitter decidió esta semana retirar la historia por completo al alegar que violaba su política interna contra la publicación de material digital robado, dado que los contenidos del ordenador se habrían logrado sin el consentimiento de su supuesto dueño, Hunter Biden.
Facebook, por su parte, no la eliminó completamente de la plataforma, pero limitó su distribución de forma preventiva mientras sus verificadores independientes la revisan.
Sin embargo, el viernes, Twitter dio marcha atrás y permitió que los internautas compartieran el artículo del New York Post, horas después de que su consejero delegado, Jack Dorsey, señalara que había sido un error eliminarlo y anunciara un cambio en sus políticas internas para evitar que se repita.
La decisión original de Twitter de prohibir el artículo y suspender las cuentas que lo compartiesen fue calificada directamente de censura por gran parte de los políticos y medios conservadores de EEUU y senadores republicanos ya han anunciado que llamarán a declarar a Dorsey al Congreso por este episodio.