Trastorno por estrés agudo
Cuando los síntomas superan el período de 30 días pasa a ser un TEPT.
El trastorno de estrés agudo consiste en una reacción disfuncional desagradable e intensa que ocurre inmediatamente después de un acontecimiento traumático, ante un evento aterrador, que se puede experimentar de forma directa o indirecta.
El estrés agudo es el tipo de estrés más habitual. Se produce por las exigencias y presiones del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro inmediato. Este tipo de estrés agudo puede ser estimulante y atrayente en bajas dosis, pero cuando es excesivo resulta extenuante. Así, por ejemplo, bajar rápidamente por una pendiente de esquí complicada es estimulante si lo hago temprano por la mañana. esta misma bajada a última hora del día resulta muy dura y extenuante. Esquiar más allá de tus límites puede producir caídas y con ello fracturas de huesos. De la misma manera, extremar con el estrés a corto plazo puede llevar al desequilibrio psicológico, dolores de cabeza tensiónales, malestar en el estómago y más síntomas.
Se encuentra clasificado en los relacionados con traumas y factores estresantes, se trata de una forma abreviada del trastorno de estrés postraumático (TEPT), con una duración mínima de tres días y máxima de un mes. Cuando los síntomas superan el período de 30 días pasa a ser un TEPT. Ante este tipo de eventos la persona experimenta amenazas que le generan cambios adversos a nivel cognitivo, que se evidencian mediante comportamientos emocionales que afectan el desenvolvimiento normal de la persona y le impiden realizar sus actividades como de costumbre.
Es un trastorno de ansiedad, donde la persona sufre en un lapso corto de tiempo, pero de manera intensa y aguda, que incluye síntomas fisiológicos ante un suceso estresante que implica un peligro para la integridad física de la persona.
El estrés agudo se presenta como algo común, se origina a partir de las exigencias y presiones del pasado reciente y las presiones del futuro cercano anticipado. Ocurre de una forma tan rápida que no registra daños a largo plazo, las personas vivencian una agonía emocional que implica sentimientos de ansiedad y depresión, problemas musculares derivados de la tensión corporal, problemas estomacales, elevación de la presión sanguínea, etc.
Los factores desencadenantes tienen que ver con desastres naturales, accidentes, atentados, muertes inesperadas, asaltos o delitos, abusos sexuales o físicos, secuestros.
Algunos de los síntomas del trastorno son los siguientes:
Durante o después del suceso estresante la persona suele presentar embotamiento, desapego, o ausencia de reactividad emocional. También, puede que manifieste sensación de desrealización o despersonalización. La desrealización es una alteración pasajera de la percepción o experiencia del mundo exterior el cual se experimenta como irreal o extraño. En la desrealización las personas sienten que las cosas que le rodean no son reales, se sienten que están dentro de una película o un sueño.
Los factores ambientales durante el desarrollo permiten la adopción de mecanismos de afrontamiento distintos, donde se plantean dos vertientes:
- La respuesta ante el estrés se presenta como una búsqueda de adaptación y equilibrio, donde el estrés puede ser físico o psicológico con una respuesta adaptativa o patológica.
- La respuesta al trauma. En el evento traumático se provoca una demanda del organismo en función del contexto de la persona, con mecanismos de adaptación que implican un costo para lograr la estabilidad por un tiempo determinado. Hay que tener en cuenta que la intensidad de la respuesta al trauma está implicada por: la exposición al mismo, donde el sujeto se vuelve vulnerable, a partir de que eventos similares repetidos, rasgos de personalidad, red de apoyo, etc.
El trastorno de estrés agudo se puede presentar con otros factores, con una intensidad elevada que puede cumplir con los síntomas de otros trastornos como el depresivo mayor, con pérdida de interés en las actividades que antes se disfrutaba, alteraciones del sueño y la alimentación, entre otros síntomas depresivos presentes en un tiempo mínimo de dos semanas.
Es posible que las personas se recuperen cuando salen de la situación traumática, a partir de la contención emocional y el relato de lo sucedido. En otros casos los pacientes presentan complicaciones para la recuperación natural y requieren otro tipo de atención prolongada.
Se establece un cronograma de atención para sesiones de terapia, con el objetivo de buscar las herramientas que contribuyan a superar el acontecimiento y disminuir el impacto en la rutina diaria. A partir de la entrevista psicológica y otras técnicas de evaluación se reúne toda la información del caso, tomando en cuenta los antecedentes personales, las variables involucradas y la intensidad de los síntomas.
El trastorno por estrés agudo puede presentarse en la vida de cualquiera persona, y es muy abordable con psicoterapia y manejable.
A medida que avanza el proceso de intervención la persona aprende recursos para disminuir el impacto del hecho traumático, y así progresivamente disminuyen los pensamientos, emociones y estados de ansiedad relacionados con la experiencia traumática vivida.