Theresa May y Florencia, ¿la última oportunidad para llevar el Brexit a buen cauce?
La primera ministra necesita un discurso que relance las negociaciones y le haga apaciguar las aguas en el seno de su partido.
La bella, impactante e histórica ciudad de Florencia ha sido la elegida por la ministra británica Theresa May para pronunciar su esperado discurso sobre el Brexit. Que May haya optado por este escenario europeo no es casual: ha querido rodearse del lugar perfecto, simbólico para la Unión Europea, para hacer toda una declaración de intenciones.
La premier británica necesita que este 22 de septiembre todo salga bien. No pasa por un buen momento. En realidad no lo pasa prácticamente desde que asumió el cargo, tras la dimisión de su predecesor, David Cameron, una vez Reino Unido dijo 'sí' al Brexit. Tan pronto se convirtió en primera ministra fue cuestionada, contaba con muy poco margen de actuación en su partido, y después, tras el varapalo con la pérdida de la mayoría en las elecciones de junio, la situación fue a peor. Tensiones internas, críticas a sus planes para la ruptura sin base con la UE... Y hasta ministros que van por libre a la hora de presentar planes sobre las negociaciones del Brexit. Véase el reciente caso de Boris Johnson, nada más y nada menos que su ministro de Exteriores, que ha presentado su propia idea sin contar con ella.
Y mientras las negociaciones están estancadas. La cuarta ronda se ha retrasado hasta el próximo 25 de septiembre. Justo después del discurso de May, que mantiene en vilo a la UE. El tiempo corre en contra: la salida tendrá que ser efectiva en marzo de 2019 y los avances son mínimos. La UE rehúsa entrar en una negociación sobre su futura relación comercial con Londres antes de avanzar en los términos del divorcio, especialmente en el delicado tema de la factura del Brexit.
Según la prensa británica, la jefa del Gobierno británico intentará en Florencia tranquilizar a los Estados miembros de la UE diciéndoles que ninguno de ellos deberá aportar más al presupuesto comunitario ni perderá dinero como consecuencia de la retirada del Reino Unido del bloque, prevista para el 29 de marzo de 2019. Según estos medios británicos, May va a dirigirse directamente a los mandatarios europeos, y así intentar obviar a la Comisión europea y a Barnier. Ya se entrevistó May con algunos de ellos en la Asamblea general de Naciones Unidas en Nueva York, entre ellos el presidente francés Emmanuel Macron.
"Las negociaciones están estructuradas en el seno de la UE. El Consejo ha delegado un mandato a la Comisión, que nombró a Michel Barnier, pero la decisión siempre será tomada por los dirigentes", ha dicho May al Daily Telegraph antes de viajar a Nueva York.
Según el Financial Times, May va a proponer la entrega de 20.000 millones de euros para hacer frente a los compromisos resultantes del presupuesto europeo en curso, cuyo ejercicio va hasta 2020. Hasta ahora Londres había rehusado hablar de cifras.
La Unión Europea ya ha anticipado que escuchará "con mucha atención" el "importante" discurso, en palabras del negociador en jefe de la UE, Michel Barnier. Sobre las obligaciones de pago que Reino Unido tiene con el presupuesto comunitario como Estado miembro, el negociador ha asegurado que no es tanto una cuestión de "dinero como de confianza" y ha recalcado que Londres debe "saldar las cuentas" de manera "objetiva", en base a los acuerdos cerrados a 28.
A falta de una cifra oficial, en Bruselas se apunta a una factura de al menos 50.000 millones de euros para cubrir tanto el periodo presupuestario en curso (2020), como los compromisos de pago comprometidos en proyectos más a largo plazo. Cifra que está muy lejos de los 20.000 millones de euros que parece ser que va a proponer May.
Pero la reunión convocada este jueves tiene como objetivo limar las diferencias persistentes en el seno del ejecutivo, entre quienes defienden un "Brexit suave" —como el ministro de Finanzas Philip Hammond— y los partidarios de una clara ruptura con el bloque europeo, como Boris Johnson, ministro de Exteriores.
"May merece el apoyo íntegro de sus ministros, partidarios del Leave (irse) como del Remain (quedarse)", ha opinado Nick Timothy, exjefe de gabinete de la primera ministra, en declaraciones al Daily Telegraph. En esta óptica, May ha acordado una tregua con Johnson, favorable a una franca ruptura con la UE, y que está convencido de que le espera al Reino Unido un "próspero futuro" fuera de la Unión. Johnson ha mantenido perfil bajo, al afirmar que apoyaba la estrategia más prudente de May, y que no pensaba dimitir del gobierno.
Incluso ha vuelto de Nueva York en el mismo avión que la primera ministra, según la prensa británica. May, que desea exhibir una imagen de unidad, ha decidido viajar a Florencia acompañada de Johnson, además de Philip Hammond y al ministro del Brexit, David Davis.
Esta gran prueba para May no lo es sólo de cara a Europa: también a su propio partido. El 1 de octubre empieza en Manchester el congreso anual del Partido Conservador, al que la primera ministra sabe que acude debilitada. Quedar bien en Florencia, ciudad histórica de la UE, será un empuje que le permitirá presentarse con la cabeza bien alta ante sus colegas.