Sentimiento castellano y leonés, ¿realidad o ficción?
Para hablar del sentimiento castellano y leonés no se me ocurre una mejor fecha que la que hoy se nos presenta, el 23 de abril, día de la comunidad, y sí, conmemoración de una derrota, la de los Comuneros. Sin embargo, lo característico es que ni para nuestra festividad somos capaces de ponemos de acuerdo. Semánticamente el nombre de Castilla y León ya plantea un problema en tanto que existe una conjunción copulativa que une, en este caso, Castilla con León. Y, para que se de esta conjunción, ha de reconocerse la existencia de un pasado distinto entre Castilla y León. Es aquí donde encontramos gran parte de las discrepancias con respecto a nuestra festividad. Los que actualmente abanderan el regionalismo leonés atacan esta celebración, capitaneada por Villalar de los Comuneros, como una fiesta de castellanos para castellanos.
Esta festividad ya nos pone de manifiesto lo que aquí y ahora se viene a tratar: las divisiones en esta, nuestra comunidad autónoma, entre los diferentes sentimientos; castellano, leonés y castellano y leonés. Desde su constitución como autonomía hace 36 años, Castilla y León se enfrentó a problemas de base, entre ellos, la pretensión leonesa de formar una autonomía propia separada de Castilla. Este hecho prueba la falta de un sentimiento integrador en una de las regiones que acabaría formando Castilla y León.
Para conocer estas divisiones y cruzarlas con variables demográficas serán utilizados como referencia los datos ofrecidos por la Asociación Profesional de Sociología de Castilla y León (SOCYL).
¿Existe el sentimiento castellano y leonés? Sí, existe un sentimiento castellano y leonés, y es mayoritario. Cuando se les pregunta a los ciudadanos de esta comunidad autónoma, un 41,5% dice sentirse castellano y leonés por encima de los sentimientos regionalistas. Este porcentaje está por encima de los que se definen como castellanos, que representan el 28,4% de la población, y de quienes dicen sentirse únicamente leoneses, que representan el 9%.
Ahora bien, la variable demográfica de género nos deja unos caprichosos resultados de los que obtenemos que las mujeres son las que más inclinaciones regionalistas suelen tomar. Un 44,3% representa el regionalismo de Castilla por un lado (33,9%) y el de León por otro (10,4%), en ambos casos mayoritario sobre el género masculino, que representa el 22,7% y 7,8% respectivamente. En el caso de los hombres, el agregado regionalista no llega al 31%, mientras que sus inclinaciones por el sentimiento castellano y leonés superan el 44% (siendo 8 puntos porcentuales por encima de este mismo sentimiento entre las mujeres). Por lo tanto, en esta variable inicial entramos en una primera dicotomía entre mujer regionalista y hombre con sentimiento castellano y leonés.
En una de las comunidades autónomas donde la edad media se sitúa en cotas más altas, la variable de la edad se convierte en vital para el análisis. El sentimiento castellano y leonés es el dominante en la mayoría de las distintas franjas de edad. Sin embargo, donde más se constata este dominio es en la franja que va de los 36 a los 50 años, con más de la mitad de los encuestados (53,85%). Por el contrario, la mayoría de encuestados que superan los 65 años se sienten más castellanos (43,48%).
Además del género y la edad, la ideología juega un papel fundamental en este tipo de análisis sociales. De este modo, podremos extraer conclusiones orientadas a la ubicación, generalista, de los distintos sentimientos en el espectro ideológico. Así, la mayoría de leonesistas se ubican ideológicamente en la izquierda y centro izquierda (23,7%). Por otro lado, el castellanismo es el sentimiento mayoritario en la izquierda (32,7%) y en la derecha (42,9%). Este hecho se entiende mejor cuando observamos la moderación del sentimiento castellano y leonés, que es el mayoritario en el centro (47,8%) y su periferia de centro-izquierda (39,3%) y centro-derecha (45,5%).
Por último, al tratarse de una pregunta en la que se abordan, en gran parte, reivindicaciones regionalistas, la variable geográfica en función de la provincia en la que habitan cobra una gran importancia analítica. Desde un punto de vista macro, la mayoría (5/9) de las provincias de la comunidad tienen como mayoritario el sentimiento castellano y leonés. Sin embargo, Ávila y Segovia se decantan por el castellanismo como sentimiento mayoritario. Mención especial merece Soria, en la que las diferencias porcentuales entre el sentimiento castellano y leonés y castellano son inapreciables. ¿Y el leonesismo? Únicamente en León, y no llega a más del 36,8%, solo 1,3 puntos porcentuales por encima del sentimiento castellano y leonés.
El sentimiento castellano y leonés no es un invento, existe. Es el sentimiento mayoritario de más de las mitad de las provincias de Castilla y León, también es mayoritario en todos los sectores generacionales y también se asienta el torno al centro ideológico. ¿En frente? Un sentimiento castellano abocado a su extinción, tan solo mayoritario en dos provincias y entre los más mayores. Por último, el leonesismo recluido en su provincia y con una representación minoritaria en los diferentes estratos generacionales.
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