Seis cosas que NO hacen quienes saben buscar empleo
Todo el mundo puede ver tus redes sociales, no solo tus amigos más cercanos, así que actúa en consecuencia.
El 70% de los empleadores echaron un vistazo en las redes sociales a sus candidatos en 2017, según el último estudio del portal de empleo Career Builder, y más de la mitad de ellos dijeron que descartarían a un candidato interesante si vieran algo que no fuera de su agrado en Instagram, Facebook o Twitter.
Quienes saben buscar empleo son conscientes de ello, evidentemente, así que...:
No tiene nada de malo disfrutar de una bebida alcohólica si eres mayor de edad, pero muchos empresarios rechazan a los candidatos que publican demasiadas cosas que tengan que ver con el alcohol o las drogas, asegura Patrick Ambron, director general y cofundador de BrandYourself, una empresa digital de gestión de la reputación.
"Aunque las sustancias de las fotos sean legales, los empleadores lo ven como una alerta roja, ya que dice mucho del juicio y la capacidad de alguien para asumir sus responsabilidades, sobre todo si opta a un puesto de trabajo de cara al público", explica Ambron a la edición estadounidense del HuffPost.
Sirve de ejemplo el caso de Ashley Payne, una profesora estadounidense de instituto que perdió su trabajo tras subir a Facebook fotos suyas bebiendo alcohol cuando estaba de vacaciones por Europa. Trató de recuperar su empleo y recibir una compensación económica en concepto de daños y perjuicios, pero el tribunal denegó su apelación.
Mantén bien guardado el dedo corazón. Una regla muy sencilla es: no publiques nada que no querrías que vieran tu abuela ni tus hijos. Es mejor pecar de precavidos. Pero ahí está la trampa: conviene que publiques algo. El estudio anterior de Career Builder descubrió que el 60% de los encargados de las contrataciones no le harían una entrevista de trabajo a un candidato que carece de presencia en las redes sociales.
Dicho de otra manera: estar ausente en las redes es ya oficialmente una bandera roja.
Y, para terminar de liarte, hay que tener en cuenta que tampoco están interesados en las personas que publican todo lo que se les viene a la mente. Una de las facetas de un buen profesional es saber comunicar en su justa medida y ser consciente de lo que no conviene dar a conocer. Compartir demasiada información puede provocar que los empleadores se preocupen por si ese candidato difundirá información confidencial o si hablará de forma inapropiada a los clientes.
Algunas personas conciben las redes sociales como si fueran una conversación privada con sus amigos, en un grupo en el que todo el mundo conoce su forma de pensar, su forma de hablar, su tipo de sentido del humor, un espacio donde les comprenden. Y no es una concepción muy sensata.
El mundo volátil y viral de hoy en día se asegura de demostrarte que tu madre tenía razón cuando te decía que no abrieras la boca si no tenías nada bueno que decir. Un tercio de los empleadores han rechazado candidatos por publicar comentarios sexistas, homófobos o intolerantes en otros temas.
Aquí sirve de ejemplo el caso de Justine Sacco, que tiró su carrera profesional a la basura con solo unos tuits. Esta importante directiva de relaciones públicas perdió su trabajo por publicar varios tuits racistas y desconsiderados que posteriormente dijo que simplemente eran comentarios con intención satírica. La moraleja: todo el mundo puede ver tus redes sociales, no solo tus amigos más cercanos, así que actúa en consecuencia.
A nadie le gusta ser el centro de los chismes, ni en el instituto, ni en la universidad, ni mucho menos en el mundo profesional, resume Patrick Ambron. Casi un tercio de los empleadores han rechazado candidatos por hablar abierta y negativamente de sus anteriores empresas. Hablar a espaldas de alguien es una muestra de mala conducta, según Patrick Ambron, así que piénsatelo dos veces antes de poner verdes a tus antiguos jefes, aunque solo sean chistes.
Cuando la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos) contrató en 2001 a George O'Leary como primer entrenador de su equipo de fútbol americano, toda la comunidad universitaria lo celebró. Sin embargo, la alegría duró poco, ya que 24 horas después se descubrió que O'Leary había mentido: no había jugado en New Hampshire ni tampoco tenía un máster por la Universidad de Nueva York. Llevaba 20 años mintiendo y nadie se había dado cuenta. "Nadie comprueba la trayectoria. Simplemente te fías de la palabra de la gente", dijo un directivo de las ligas universitarias, según el Chicago Tribune.
Eso de fiarse de la palabra de la gente ya no sucede. En 2017, con Internet al alcance de nuestras manos, es prácticamente imposible que alguien consiga mantener una mentira así durante tanto tiempo como O'Leary.
"Razón de más para no incluir información falsa sobre nuestra experiencia en Internet. Además, no pasará mucho hasta que tus jefes se den cuenta de que no puedes cumplir lo que prometías", advierte Patrick Ambron.
Prácticamente todo el mundo ha tenido un nombre de usuario y un correo electrónico infantiles (o incluso inadecuados) en el pasado. Al pasar a formar parte del mercado laboral, hay que asegurarse de utilizar una dirección de correo electrónico profesional en todas tus plataformas y redes sociales, sobre todo para la comunicación empresarial. Seguir usando las mismas cuentas que en la adolescencia implica inmadurez y falta de juicio, indica Patrick Ambron.
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.