Sánchez saca músculo (de izquierdas)
El presidente elabora un discurso dirigido al electorado más progresista durante la presentación de las medidas anticrisis.
Pedro Sánchez tenía dos misiones este sábado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Por un lado, dar respuesta a la acuciante situación económica lastrada por una inflación disparada. Y por otro, dar un golpe sobre la mesa con la mano izquierda.
Y no con otra mano, porque precisamente el presidente del Gobierno ha querido sacar músculo de izquierdas en su larga comparecencia ante los periodistas, donde ha partido su intervención en una primera mitad en la que ha recordado la gestión social de su Ejecutivo y en una segunda en la que, para sorpresa de muchos, ha llegado a decir que sus políticas son “incómodas” para determinados “poderes económicos”.
Nada más comenzar su intervención, Sánchez ha puesto en valor el decreto de medidas anticrisis que el Ejecutivo aprobó en marzo en el que se incluían la bonificación de 20 céntimos en cada litro de combustible, el aumento del 15% del Ingreso Mínimo Vital o la prórroga de la bajada del IVA de la luz al 10%.
Medidas que el Gobierno ha tenido que ampliar este sábado con un “esfuerzo presupuestario” que Sánchez ha cifrado en más de 9.000 millones, de los que 5.500 serán de gasto y 3.600, de pérdida de recaudación por las rebajas fiscales.
Cifras que el jefe del Ejecutivo ha querido recalcar ante los periodistas con silencios entre frases incluidos. Sobre todo cuando ha recordado que, entre las medidas de abril y las aprobadas este sábado, suman un total de 15.000 millones de euros. “Más de un punto del Producto Interior Bruto de España”, ha dicho.
El presidente ha recalcado también que, según sus cálculos, todas estas medidas permitirán contener la inflación en 3,5 puntos y que, si no se hubieran implementado, “la inflación estaría cercana a 14 o 15 puntos”.
Y después de los datos, Sánchez ha comenzado a lanzar su mensaje, dirigido claramente a las clases populares y medias, con las que ganó las elecciones y a las que se ha enfocado durante esta comparecencia tras la dura derrota sufrida por los partidos de izquierdas en las elecciones andaluzas, donde el PP logró mayoría absoluta por primera vez en su historia.
El presidente ha hablado de repartir “de forma justa y equitativa los costes de la guerra” y ha recordado que antes de la invasión de Ucrania, la recuperación económica española “estaba cobrando mucho vigor”.
En este sentido, ha recordado que en sus planes “no figuraba” afrontar una pandemia, la erupción de un volcán “y mucho menos una guerra”, pero ha puesto en valor que, frente a todas estas crisis, su Ejecutivo ha primado una salida “rápida y justa” de las mismas con medidas como los ERTE, el Ingreso Mínimo, los fondos Covid y los créditos ICO.
Músculo de izquierdas para recordar que “este Gobierno” que afronta la crisis derivada de la elevadísima inflación “es el mismo que hizo frente a la crisis del Covid, es el mismo que ha aprobado la reforma laboral, es el mismo que ha defendido en Europa una reforma justa del mercado energético, y es el mismo que ha logrado la excepción ibérica”.
Y tras anunciar la batería de nuevas medidas, Sánchez se ha sacado de la manga el último as: el impuesto a las energéticas.
Ahí, el presidente ha desarrollado un catálogo de frases con las que tratar de reconectar con el electorado de izquierdas.
“Es una medida que va a ser muy importante para garantizar un reparto justo de las cargas económicas y sociales provocadas por la guerra”. “Es una iniciativa que sintoniza con la opinión pública de nuestro país”. “Las cargas de esta situación tan dolorosa deben distribuirse con justicia. Deben aportar más quienes están en mejores condiciones. Lo que no cabe es que algunos resulten beneficiados a costa del perjuicio de las mayorías”. “Somos una comunidad, no una suma de individuos y quienes más obtienen deben contribuir más al sacrificio colectivo”. “En una situación difícil, el interés de las mayorías está por encima de cualquier interés egoísta”.
Por si no quedaba claro, durante su intervención ha repetido insistentemente que el Gobierno “sabe muy bien para quién gobierna”, señalando directamente “a las clases medias y trabajadoras”.
Para pasmo de muchos, ha llegado a decir que “eso molesta a determinados poderes económicos”. “Pero nosotros vamos a seguir esa hoja de ruta porque creemos que es la que necesitan nuestros conciudadanos”, ha agregado en un discurso que a algunos les ha recordado el Sánchez de 2017, cuando recuperó el liderazgo del PSOE enfrentándose al aparato del partido.
Preguntado por esta afirmación, Sánchez no ha podido ser más rotundo:
“Creo que resulta evidente, ¿no? Que este es un Gobierno molesto para determinados intereses económicos que tienen sus terminales mediáticas y sus terminales políticas. Pero bueno, creo que eso es algo que está a pie de calle y que cualquier persona que lo analice con un mínimo de objetividad lo puede ver. Este no es un Gobierno cómodo, es un Gobierno muy incómodo para determinados poderes económicos que tienen sus terminales tanto políticas como mediáticas. Y esto es una realidad. Por cierto, es una realidad que venimos sufriendo desde hace cuatro años a esta parte, primero con la moción de censura y posteriormente con la formación del primer Gobierno de coalición progresista”.
El Gobierno ha tomado nota tras la debacle andaluza y Sánchez quiere afrontar lo que le queda de legislatura presumiendo de logros y de discurso de izquierdas. Habrá que ver si la coyuntura económica le permite acompañar las palabras de políticas igualmente progresistas.