Qué hace Rusia para estar en todas las polémicas internacionales en la actualidad
¿Están persiguiento Putin y Rusia un objetivo concreto al aparecer constantemente en los asuntos internacionales en las últimas semanas?
En los últimos días, Rusia ha aparecido en todo tipo de noticias internacionales, y no solo por la mortífera ola de coronavirus que están viviendo en el país. Ya sea por la destrucción de un satélite cerca de la Estación Espacial Internacional, porque miles de soldados rusos han tomado posiciones en la frontera de Ucrania, por su papel como mediadores en la tregua entre Armenia y Azerbaiyán, o por ser los posibles titiriteros detrás de la crisis migratoria que desgarra a Bielorrusia y Polonia, Rusia y Vladimir Putin están en boca de todo el mundo.
Pero, ¿hay alguna razón para que Rusia esté en el centro de todas las polémicas o es casualidad? ¿Están persiguiento Putin y Rusia un objetivo concreto al aparecer constantemente en los asuntos internacionales en las últimas semanas?
La edición francesa del HuffPost ha estudiado un análisis realizado por Caroline Grimaud Potter, profesora de Geopolítica rusa en la Universidad de Montpellier. Aunque la académica no ve ninguna correlación entre los acontecimientos antes enumerados, hace una clara observación: Rusia y su presidente tienen mucho peso en las relaciones internacionales y, además, gozan de un contexto político propicio en estos momentos, lo que explica sus intereses en dichos asuntos.
Cronológicamente, este es el asunto más reciente. Y quizás el más confuso. Los rusos negaron inicialmente estar detrás del lanzamiento del misil que destruyó un antiguo satélite suyo, un Tselina-D llamado Cosmos-1408, que fue lanzado en 1982 y llevaba años sin funcionar. El impacto creó una nube de basura espacial potencialmente peligrosa para la Estación Espacial Internacional, donde hay siete astronautas, entre ellos dos rusos.
Tras largas horas de rumores y acusaciones frontales de Estados Unidos contra el Kremlin, el ejército ruso admitió haber realizado el lanzamiento del misil como ensayo, aunque negó cualquier riesgo para los ocupantes de la Estación. Para Carole Grimaud Potter, “fue un lanzamiento que debió haberse planificado con más tiempo”, y la comunicación contradictoria por parte de Rusia es probablemente el resultado de la “desorganización interna” entre el poder político, el militar y la agencia espacial nacional.
Todo parece indicar que Rusia quería convertirse en la cuarta potencia mundial capaz de destruir un satélite con un misil lanzado desde la Tierra, después de China, Estados Unidos e India. “Rusia sigue con su agenda”, continúa la académica, “y para ellos fue un éxito porque dieron en el blanco”.
Está claro que los rusos y su presidente no querían posponer semejante hazaña por el simple hecho de que tienen otros asuntos a los que prestar atención en este momento. “Y no tuvieron ningún reparo por el hecho de que este disparo pudiera provocar reacciones internacionales”.
Dado que sus nombres han aparecido en los titulares de todo el mundo en las últimas semanas, Vladimir Putin y Rusia prefieren actuar con discreción. Este es el caso, en particular, de la crisis migratoria que se está produciendo en la frontera entre Bielorrusia —su aliado— y Polonia —miembro de la UE.
Acusado por muchos observadores internacionales de haber maquinado entre bastidores y de ser el verdadero instigador del problema, el presidente ruso ha dejado claro que su país no ha tenido “nada que ver”. Además, Carole Grimaud Potter insiste en que ningún país ha presentado “pruebas” de la culpabilidad rusa y no ha habido “ninguna sanción europea” contra la aerolínea rusa Aeroflot por su presunta implicación en la crisis migratoria.
Así, Rusia se encuentra en el centro del juego geopolítico sin ni siquiera haber sido incriminada. Clément Beaune, secretario de Estado de Asuntos Europeos de Francia, exculpó a Moscú antes de que el presidente francés, Emmanuel Macron, pasara dos horas al teléfono con el jefe del Kremlin para pedirle que desempeñara el papel de mediador en las negociaciones.
“Por el momento, Rusia ha aportado muy poco”, confirma Grimaud Potter. “Ha habido esa conversación con Emmanuel Macron, el viaje a París del ministro de Defensa, Serguéi Choigú, y de su diplomático jefe, Serguéi Lavrov, y otros avances diplomáticos, pero ninguna voluntad real de solucionar el problema”. Esto no ha sido impedimento para que Rusia sea el centro de todos los intentos de mediación y apaciguamiento.
Al mismo tiempo que esta mediación tomaba forma, otro asunto otorgaba aún más protagonismo a Rusia en la geopolítica europea: el movimiento de sus tropas cerca de Ucrania. El Kremlin ha movilizado en la frontera con Ucrania a 100.000 soldados, según las estimaciones, lo que ha generado un clima de sospecha y tensión. Este es uno de los temas que surgieron en la conversación telefónica entre Macron y Putin, y que preocupa a los líderes occidentales.
Siete años después de la anexión de Crimea por los rusos, Occidente teme nuevas aspiraciones expansionistas en una región en la que abundan las zonas prorrusas o apoyadas económicamente por Moscú. Francia y Alemania, en particular, han sido los primeros en pedir al Kremlin que dé muestras de “moderación” y “transparencia” en su actividad militar.
Los rusos justificaron que actuaban así en el contexto de las maniobras militares a gran escala que está realizando la OTAN en el Mar Negro y, por tanto, en las proximidades de Crimea. “Para Rusia, las maniobras realizadas por Estados Unidos y sus aliados están muy cerca y, por tanto, suponen un problema”, explica Grimaud Potter.
“Moscú considera que estas maniobras pretenden crear un escenario que enfrente a Rusia con Ucrania”. Rusia quiere demostrar que está preparada para reaccionar, pero sin dar la impresión de que presta demasiada atención. “No se habla mucho del tema de las tropas en Rusia”, dice Grimaud Potter.
Según resume Grimaud Potter, más allá de una sucesión de acontecimientos que implican de forma más o menos directa a Rusia y a Vladimir Putin, los sucesos actuales son una muestra del peso que ha ganado el país desde 2014. Sobre todo en un momento histórico en que el contexto internacional favorece los intereses rusos. “Rusia es consciente del peso que puede tener con el auge de la extrema derecha y el populismo en Europa, que facilita su agenda porque permite reducir el poder y la cohesión europea”.
“Desde la invasión de Crimea, Rusia sigue ganando protagonismo a nivel internacional. Ya está presente en África, en elecciones extranjeras a través de injerencias digitales, como pasó en Estados Unidos en 2016, juega un papel mediador con Bielorrusia...”. Para Grimaud Potter, “Rusia ocupa una posición mediática importante” y, sobre todo, “es tenida cuenta en las políticas de la UE y de Estados Unidos”. La secuencia de sucesos de la actualidad es una muestra perfecta de ello.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.