Rusia acepta "en principio" que Cruz Roja y la ONU participen en las evacuaciones de Mariupol
Lo único bueno del encuentro entre Putin y Guterres, que discrepan radicalmente respecto a Ucrania.
Rusia ha aceptado “en principio” la participación de la ONU en la evacuación de ciudadanos de la ciudad ucraniana de Mariupol, tras la reunión que celebraron ayer en Moscú el secretario general de la organización, António Guterres, y el presidente del país, Vladimir Putin.
El titular de la ONU, que se encontraba en la capital rusa para mantener conversaciones sobre la guerra en Ucrania, también se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores del país, Serguéi Lavrov.
Durante su reunión tête-a-tête con el presidente Putin, Guterres reiteró la posición de la ONU sobre Ucrania, según un comunicado emitido por su portavoz, Stephane Dujarric.
También discutieron las propuestas de ayuda humanitaria y evacuación de civiles de las zonas de conflicto, concretamente en relación con la situación en la ciudad portuaria asediada de Mariupol, donde miles de civiles y tropas ucranianas permanecen encerrados en la acería Azovstal.
“El presidente (Putin) aceptó, en principio, la participación de las Naciones Unidas y del Comité Internacional de la Cruz Roja en la evacuación de civiles de la planta de Azovstal en Mariúpol”, señaló Dujarric. Añadió que se mantendrán conversaciones posteriores entre la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y el Ministerio de Defensa ruso.
Anteriormente, el titular de la ONU había explicado a los periodistas su propuesta, según la cual las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y las fuerzas ucranianas y rusas coordinarían su labor para permitir la evacuación segura de los civiles que deseen abandonar Mariupol.
Discrepancia radical
Guterres dijo a los periodistas que había mantenido “una discusión muy franca” con Lavrov y añadió que “está claro que hay dos posiciones diferentes sobre lo que está sucediendo en Ucrania”. Radicalmente diferentes, de hecho, desde el momento en que uno habla de invasión y el otro, de operación militar especial.
Guterres, que vivió momentos de tensión en sus consultas con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, constató que Rusia define el actual conflicto como “una operación militar especial”, mientras, “según la ONU (...), la invasión rusa en Ucrania es una violación de la integridad territorial de un país que contradice los estatutos de la ONU”.
Una preocupación que se ahonda debido a las “persistentes informaciones de violaciones del derecho humanitario internacional y de posibles crímenes de guerra”, señaló, al recalcar que estos hechos “requieren una investigación independiente”. “Consideramos que el territorio de Ucrania fue invadido”, reiteró durante su reunión con Putin en el Kremlin.
Esta visión fue rechazada por el presidente, quien defendió la legitimidad de la “operación especial militar” en Ucrania al apelar al derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Putin puso como ejemplo el precedente de Kosovo y destacó que había leído “personalmente todos los documentos del Tribunal Internacional de la ONU”.
“Recuerdo perfectamente el veredicto del Tribunal Internacional, que afirmó que determinado territorio de un Estado no está obligado a pedir permiso para declarar su soberanía a las autoridades centrales del país”, indicó.
Por ello, aseguró Putin, “si este precedente existe, las repúblicas del Donbás también podían hacerlo. Por nuestra parte, recibimos el derecho a reconocerlos como Estados independientes” y posteriormente darles la ayuda militar “contra el Estado que llevaba a cabo una operación militar contra ellas” desde 2014.
“Teníamos derecho el derecho a hacerlo en total correspondencia del artículo 51 de los estatutos de la ONU”, concluyó el presidente ruso.
Grupo de contacto
No obstante, pese a estas profundas diferencias, las partes también tendieron lazos de posibles contactos sobre Ucrania. Guterres propuso la creación de un Grupo de Contacto con Rusia y Ucrania para “la búsqueda de las posibilidades de abrir corredores humanitarios seguros con un cese al fuego para garantizar que sean realmente efectivos” en las zonas de Ucrania afectadas por los combates.
El secretario general de la ONU reconoció la existencia de “una crisis dentro de una crisis” en la sitiada ciudad portuaria de Mariupol, “donde cientos de miles de civiles requieren ayuda humanitaria, muchos necesitan ser evacuados”. Señaló que actualmente la falta de coordinación entre Moscú y Kiev frustra estas iniciativas.
“La ONU está dispuesta a movilizar la totalidad de sus recursos humanos y logísticos para salvar a la gente en Mariupol”, aseguró. Ahí es donde entra la posibilidad de acceder a evacuaciones, junto con Cruz Roja.
Putin calificó la situación en esta urbe de “difícil e incluso trágica”, pero insistió en que la ciudad ya “no hay acciones bélicas” y Azovstal, donde están refugiados un millar de civiles y un número indeterminado de combatientes ucranianos, “está totalmente aislada”.
Una posición que horas antes había expresado a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, a quien señaló respecto a los militares ucranianos bloqueados en las ruinas del complejo industrial que “las autoridades de Kiev deben asumir su responsabilidad política y, por motivos humanitarios, darles la orden de deponer las armas”.
Sobre los civiles que según las autoridades ucranianas permanecen en estas instalaciones, aseguró a Guterres que “los militares ucranianos están obligados a liberarlos, porque de lo contrario, estarían actuando como los terroristas del Estado Islámico”.
Además, el mandatario ruso defendió que los corredores rusos en Mariúpol “sí funcionan” y aseguró que han sido utilizados por miles de ucranianos para abandonar la ciudad tanto en dirección a Rusia como hacia las zonas controladas por Kiev.
“Usted dice que los corredores humanitarios de Rusia no funcionan. Señor secretario general, le han informado mal. Funcionan”, dijo , al destacar que de Mariúpol han salido entre 130.000 y 140.000 civiles, que “se pueden ir a donde quieran”.
Salvar vidas y prevenir el hambre
Aunque llegó con críticas a Moscú, Guterres insistió en que su visita está “vinculada exclusivamente con la salvación de vidas y el alivio del sufrimiento”.
Es por ello, aseguró, que “mientras más rápido llegue la paz, mejor. Esto va en el interés de Ucrania, Rusia, y del resto del mundo”.
Guterres, quien se presentó en esta visita “como mensajero de paz”, señaló que este conflicto trasciende de Ucrania, “ya que se observan ecos en otras partes del mundo”.
“La aceleración catastrófica de los precios de los alimentos y combustibles que ya tenía lugar durante el transcurso del último año, genera sufrimientos considerables entre cientos de millones de las personas más vulnerables de todo el mundo”, alertó.