Qué debe decir el rey en su discurso de Nochebuena
Gran expectación entre los partidos y los ciudadanos ante el discurso más delicado y esperado de Felipe VI.
Ha sido un año dificilísimo para Zarzuela. Un país azotado por una pandemia… y una institución en el punto de mira por los escándalos del rey emérito, sobre el que hay tres investigaciones abiertas en la Fiscalía. Las palabras de Felipe VI en el discurso que dará esta Nochebuena son esperadas con máxima expectación por parte de la clase política y los ciudadanos.
Será la segunda vez que Felipe VI se cuele directamente en las televisiones de los españoles este año, después del mensaje que envió tras la declaración del estado de alarma. Una alocución criticada por muchos al llegar tres días después de la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno y en el que no hizo ninguna alusión a la situación de su padre. La casa real emitió un comunicado 24 horas después del estado de alarma en el que anunciaba que se retiraba la asignación a Juan Carlos I y que el actual monarca renunciaba a su herencia.
Pero la situación de Juan Carlos I ha empeorado nueve meses después. El emérito se marchó a Emiratos Árabes y se acaba de conocer que ha llevado a cabo una regularización fiscal con Hacienda pagando más de 600.000 euros por el uso de tarjetas black financiadas por un empresario amigo mexicano. A pesar de su intención de volver por Navidad, ha desistido escudándose en la pandemia. Y evitando así mayor daño al actual monarca y la institución.
En Zarzuela son conscientes de la importancia del discurso de Navidad de Felipe VI y llevan semanas estudiando al milímetro las palabras del monarca, en coordinación con La Moncloa, aunque desde ambas instituciones no se suelta prenda sobre el contenido y cómo abordará esta cuestión el rey. En un clima enrarecido también por los chats de militares jubilados en los que se hablan de golpes de Estado y de que el rey se imponga ante el actual Ejecutivo del PSOE y UP.
En el PSOE no hay una versión oficial como partido de lo que debe decir el rey, pero fuentes socialistas señalan que la decisión de hablar del emérito depende de la casa real y entienden que de hacerlo no puede abordarlo como “hijo y padre”, sino como “institución”. Desde Ferraz muestran su respeto por las investigaciones judiciales y de la Agencia Tributaria.
El discurso de Felipe VI será el primero también con un Gobierno de coalición del PSOE y de Unidas Podemos, que mantienen diferentes posturas sobre la casa real. El presidente, Pedro Sánchez, ha dicho que no está en peligro la monarquía en España y ha dado instrucciones a los miembros socialistas de defender a la institución y Felipe VI. De hecho, estas discrepancias se han visto en el Congreso, donde el PSOE tumbó, junto al PP y Vox, el intento de sus socios de crear una comisión de investigación sobre el emérito argumentando que no es una función del Parlamento.
La línea de coordinación entre Zarzuela y Moncloa pasa por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, una experta en Derecho Constitucional y a la que Sánchez encarga siempre los grandes temas de Estado. La ‘número dos’ del Ejecutivo ha recalcado estos días la normalidad de que se vea y conozca por parte del palacio presidencial el discurso del monarca. En las últimas horas, ha intentado rebajar ese ruido sobre las palabras del rey y ha reconocido que la fórmula será parecida a años anteriores.
“Este año no tiene ninguna especialidad. La monarquía parlamentaria significa que el rey está en una posición de neutralidad y es refrendado en sus actos por el Gobierno, que es lo que dice la Constitución”, dijo la vicepresidenta en la rueda de prensa del Consejo de Ministros del pasado martes. Pero en Moncloa esperan que el discurso llegue a su forma a todas las familias: “El rey sabe leer muy bien nuestro país y estará a la altura”, confesaba días atrás también Calvo.
Esto ha provocado roces con la otra parte del Gobierno, Unidas Podemos, un partido que lleva el republicanismo en su ADN. El propio Pablo Iglesias ha calentado el discurso señalando que como “todos los años” en las casas se abrirá el debate sobre monarquía o república: “Es algo normal, dadas las circunstancias”. Los ‘morados’ tienen la sensación de que le rey pasará de puntillas por la situación de su padre y que se limitará a hablar de términos como “ejemplaridad” de manera genérica. Asimismo, en la cúpula de UP sospechan que Felipe VI a intentar presentarse como una figura de unidad, pero entienden que es difícil porque la derecha y la ulatrderecha se han apropiado de él, los jóvenes ya no conectan y tiene escaso peso en lugares como Euskadi y Cataluña.
Desde el PP ya se respalda el discurso del rey sin saberlo incluso. Fuentes de Génova 13, preguntadas por lo que tendría que decir Felipe VI, subrayan su apoyo al rey y a la monarquía parlamentaria. Y están más preocupados por la actitud del Ejecutivo ante la casa real. De hecho, según fuentes populares, este aspecto fue trasladado por Pablo Casado a Pedro Sánchez en su reciente conversación telefónica.
Casado espera, según ha confesado él mismo, un discurso “oportuno” apelando a la “concordia y a seguir conviviendo en el marco constitucional”, con un compromiso “con la ejemplaridad y la transparencia” y una defensa de la “unidad nacional”. Y “lamentablemente” tendrá que hacer referencias a la dura pandemia que se vive.
“No puede pasar por alto lo que ha ocurrido”
¿Y qué podemos esperar? Carlos Mínguez, que fue responsable de información sobre la casa real en la Agencia Efe, indica: “Felipe VI está actuando como debe actuar, como rey”. “Me imagino que para él tiene que ser muy doloroso, pero no puede actuar como hijo, aunque tenga la tentación. Es lo que está haciendo, lo tengo clarísimo”.
Sobre si hablará sobre Juan Carlos I, Mínguez responde: “No es cuestión de que se atreva o no, es que tiene que hacerlo”. “No puede pasar por alto todo lo que ha ocurrido en esa casa y en esa familia durante este año. No es que quiera o no quiera, es que tiene que hacerlo”, remacha este periodista.
“Los españoles están esperando que diga algo. ¿Qué va a decir? Pues ya lo dijo en el discurso de proclamación ante las Cortes. Ahí está la hoja de ruta de su reinado, y es lo que se está cumpliendo. Con palabras parecidas o repitiendo esas palabras, es lo que tienen que decir”, subraya Mínguez, que insiste: “Eso supone actuar como rey y no como hijo”. “Como ciudadanos es lo que espero”, ahonda.
Y hace esta reflexión: “¿Te imaginas un discurso de Navidad en el que no mencionara para nada todo lo que ha ocurrido en su familia? Ellos hablan de una manera no muy directa, pero se les entiende. Cuando quieren decir una cosa, se entiende. Es lo que estamos esperando”. “Ningún año como este estaremos tan atentos al discurso del rey. Confío en que lo haga bien”, apostilla Mínguez.
Según este informador especializado en casa real, “el discurso se prepara al milímetro y se manda a La Moncloa, que da el ok”. “Tendrá que dejar muy claro, ante esta crisis gravísima de la institución, cuál es su manera de encararla. Si no hace ninguna referencia, sería muy decepcionante y no le beneficiaría”, advierte.
Nacho Corredor, politólogo y socio fundador de BeBartlet, hace este análisis: “No se puede esperar nada. Es un discurso por definición anodino. Tiene voluntad de representar a gente muy distinta y acaba siendo una concatenación de lugares comunes”. “Dicho esto, ¿qué sería necesarios? Hay dos mensajes que tendrían que ser explícitos. Uno es decir que la institución está por encima de las personas. Cosa que lejos de disculpar, lo que hace es asumir las responsabilidades por parte de su padre”, incide.
“Y sería necesario señalar -continúa Corredor- que la casa real debe ser ejemplo de que no caben conductas irregulares. Lo que ha hecho el emérito no es sólo regularizar la situación fiscal, sino, sobre todo, reconocer que ha estado cobrando atendiendo a los intereses de terceros. Esa es la gravedad del asunto. Una institución como la suya no puede tolerarlo”.
Al hilo, comenta: “Si quisiéramos poner las expectativas muy altas, podrías esperar que en algún momento el rey asumiera la necesidad de que la casa real, del mismo modo que hace el CNI, fuera controlada en el Parlamento por la comisión de secretos oficiales”. “En este último año no se ha tomado ninguna medida que pudiera evitar que pasara lo que pasó con el anterior rey. Cuando se dice que la institución está por encima de las personas, tiene sentido, pero si no se somete a mecanismos para que no haya excesos al final será muy difícil distinguir una cosa de la otra”, argumenta el politólogo.
“Probablemente”, añade Corredor, será el discurso más difícil de Felipe VI, y con el antecedente del que hizo el 3-O ante la situación en Cataluña. Pero, a su juicio, “el resto es todavía mayor porque tiene que volver a ser el rey de todos, muchos de esos todos ya no visualizan como rey”. Y cree que sobre los chats de los militares quizá se dejen para el discurso de la Pascual Militar: “Desde luego, convendría que pusiera en valor que en España después de 40 años las instituciones funcionan con normalidad democrática”.
Todos pendientes del discurso del rey.