La pandemia dispara algunos retoques estéticos hasta un 30%

La pandemia dispara algunos retoques estéticos hasta un 30%

Demi Moore no es la única que siente presión por verse bien.

Getty Images

Demi Moore ha estado en boca de todos en las últimas semanas por su cambio de aspecto. La actriz desfiló para Fendi en la semana de Alta Costura en París y medios de comunicación, usuarios de redes sociales y curiosos se hicieron la misma pregunta: ¿es el cambio radical fruto de la cirugía estética o del maquillaje?

Independientemente de la respuesta, Demi Moore no es la única que siente presión por mejorar su aspecto, desde que comenzó la pandemia algunas cirugías y los tratamientos estéticos han subido como la espuma. En un primer momento las videollamadas fueron como un tortazo a la autoestima. Según un estudio de Highfive, el 39% de las personas no se ven bien en la pantalla y un 49% pasa más tiempo analizando su aspecto que atendiendo a la conversación. Luego llegó la mascarilla, y cambió todo.

Imprescindible en el día a día desde la pasada primavera, la mascarilla tiene mucho que ver en el tipo de retoques que se están demandando ahora mismo, la mayoría centrados en mejorar la mirada. El tratamiento estrella según la doctora Conchita Pinilla, especialista en cirugía plástica, es la blefaroplastia, que consiste en rejuvenecer los párpados superior e inferior tensando la piel a través de la extirpación.

Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) esta ya era la tercera intervención más demandada antes de la pandemia, pero desde la llegada del coronavirus ha aumentado un 30%. “La mascarilla deja al descubierto el tercio superior del rostro, por lo que nos centramos visualmente en la mirada. Si como técnica de medicina estética es el bótox, la estrella, en cirugía plástica es la blefaroplastia”, explica la doctora Pinilla.

Rejuvenecer la mirada se ha convertido en el objetivo de los españoles. Desde la Clínica Trevi, en Madrid, explican que uno de los retoques más demandados actualmente es el tratamiento de las ojeras con ácido hialurónico, tanto en hombres como en mujeres. Este ‘pinchazo’ recupera el volumen, unifica el tono y rellena la ojera para conseguir una mirada más descansada.

Para cambiar el aspecto de la mirada los llamados ‘foxy eyes’ también son tendencia. Fueron las famosas quienes los pusieron de moda para agrandar y rasgar los ojos. Ahora, la clínica Trevi confirma que triunfan en España.

  La modelo Bella Hadid, una de las responsables de poner de moda los 'Foxy Eyes'GETTY

Esta mirada rasgada se consigue con hilos tensores que se colocan en las sienes consiguiendo una tracción que permite levantar la ceja y la parte superior del párpado. Son reabsorbibles y el efecto dura entre seis meses y un año. También existe la posibilidad de combinar este procedimiento con ácido hilaurónico y bótox, también logrando un resultado temporal. Desde clínicas Dorsia informan que el pinchazo se hace “debajo del tercio externo de la ceja”.

El teletrabajo y la falta de actividad pasan factura

Además de Zoom y mascarillas, el teletrabajo también ha hecho que algunos tratamientos vivan un momento dorado. Es el caso de los masajes reductores, la presoterapia y la radiofrecuencia.

En el salón de belleza madrileño The Secret Lab también han visto un aumento de tratamientos corporales de este tipo, por encima de los faciales, algo poco habitual en invierno, además de atender a nuevos clientes que antes ni se planteaban acudir a un centro de estética.

“Normalmente, la temporada de los tratamientos remodeladores y reductores suele comenzar en marzo (para estar listos en verano), pero este año se ha adelantado bastante y el motivo es que, al llevar una vida más ‘sedentaria’.  Debido a los confinamientos y el teletrabajo la gente  siente su abdomen, sus piernas o sus glúteos más hinchados, con más volumen y celulitis, un aumento de la grasa en zonas localizadas... Estamos realizando muchísimos tratamientos con T-Shape, LPG, Indiba, así como masajes activos (un protocolo que combina media hora de masaje manual para estimular la circulación y mejorar el funcionamiento linfático, y media hora de presoterapia para favorecer el drenaje de piernas y abdomen) y masajes reductores”, explican Marta Barrero y Elena Ramos, farmacéuticas, expertas en dermocosmética y directoras de The Secret Lab.

Un postoperatorio más fácil

La doctora Pinilla explica que algunos de los pacientes que acuden a su clínica lo hacen motivados por un postoperatorio más sencillo. “Mucha gente todavía está teletrabajando y tiene más tiempo y privacidad para recuperarse. Ahora es más fácil pasar desapercibido y entonces la gente se agobia menos, socialmente estamos muy expuestos”.

Pinilla cuenta que la mayoría de las cirugías que hacen en su clínica requieren un período posterior de descanso, por eso muchos se han animado a hacerlo ahora. La doctora confiesa que tanto a ella como a otros profesionales del sector les ha sorprendido la actividad constante que tienen a pesar de la complicada situación y de los PCR obligatorios para pasar por el quirófano. “Nos extraña que estemos trabajando muchísimo, y más si lo comparas con otras actividades”, explica.

El acceso a la medicina y a la cirugía estética en España está democratizado y, como explica, la cirujana, “no son precios elitistas y se ofrece financiación”. Por eso muchas personas no dudan en someterse a algún tratamiento.

A su consulta acuden personas de todas las edades, y se mantiene la tendencia de que cada vez más gente joven decida hacerse retoques. “Hace tiempo que sucede, vivimos en una cultura de la imagen”, explica Pinilla. Una imagen que este año ha tenido que adaptarse a una nueva forma de mirarnos: lo que antes se llamaba cara selfie, podría cambiarse ahora por cara de Zoom.

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Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es