Los rebrotes políticos
Una historia de confinamientos parciales, reyes de salida, el socio europeo y la sombra de Feijóo.
Julio ya se ha adentrado en su segunda quincena. Pero lejos del estío veraniego. El calor de la pandemia nunca se olvidará. Y nada de aburrimiento en la política española durante estos días. ¿Quieren un tráiler?
Confinamientos parciales, la nueva normalidad gestionada por las comunidades, un rey Juan Carlos I mirando al exilio, unos socios europeos peleando pacíficamente (pero duramente) por el fondo de financiación, un Podemos al que las urnas ya no quieren y que está atrapado en el caso Dina y un PP en el que se ha demostrado que el alma moderada de Alberto Núñez Feijóo es más atractiva que la hiperbólica de Pablo Casado. Nada de próximamente, ya en las mejores pantallas.
“Este año nos quedamos sin vacaciones. Solo unos días. Nos han dicho que estemos por aquí”, confiesa un asesor de La Moncloa. A pesar de acabar el estado de estado de alarma, el Gobierno no baja la guardia. Preocupan (y mucho) los rebrotes que se están dando a lo largo y ancho del país. Especialmente en Cataluña y Aragón.
La máxima del Ejecutivo central es que son las comunidades las que deben gestionar ahora estos episodios, pero estarán a su lado. El estilo Salvador Illa: no van a entrar en polémicas con las autonomías, aunque esperan medidas contundentes de las regiones. Una apelación constante además a la responsabilidad de todos los ciudadanos. El 45% de los nuevos contagios se deben a encuentros y fiestas de tipo familiar.
El Ejecutivo sigue apostando por no aplicar el estado de alarma y un nuevo confinamiento general. Ha preparado un plan consensuado con todas las autonomías para estos rebrotes y no se quiere bloquear la economía durante esta temporada de verano. No ha habido palabras duras en público, pero se ha comentado mucho lo que ha pasado con la Generalitat de Cataluña y la zona de Lleida, con momentos que han desconcertado a toda la población que no sabía si las medidas estaban vigentes o no y con jueces tumbando las restricciones más severas. Ahora Torra siente la presión que él ejercía antes, pero desde los ayuntamientos catalanes. Las imágenes de Barcelona este fin de semana ponen de manifiesto una desafortunada gestión desde Palau.
En La Moncloa tienen varios frentes que preocupan. Además de este de corte sanitario, ahora se libra la gran batalla del fondo europeo. Pedro Sánchez ha retomado su agenda internacional, una de las cosas que más aprecia de ser presidente, para intentar cautivar a sus colegas. Paradas en La Haya, París, Estocolmo y Berlín, con el consecuente agotador Consejo Europeo de este fin de semana.
Es un combate muy difícil, donde los frugales no quieren tanta flexibilidad con los países del sur y exigen contrapartidas. Sánchez sabe que tendrá que hacer concesiones y ha perdido el trampolín de colocar a Nadia Calviño al frente del Eurogrupo. De ese reparto europeo depende mucho la España de los próximos años y será vital para la elaboración de los presupuestos, que el Gobierno quiere llevar al Congreso en septiembre u octubre contando con el apoyo del PNV y de Cs si ERC se resiste.
En Moncloa y en Ferraz se analizan también mucho estos días las encuestas. La sensación es que no se sale tan quemado como se podía esperar después de gestionar una pandemia. El CIS hacía pública la suya esta semana, con un PSOE venciendo con diez puntos más que el PP, en tanto que Unidas Podemos superaría a Vox en la tercera posición. Es decir, la coalición se vería reforzada después del estado de alarma. Sobre la mesa también se ha analizado la publicada por ABC, encargada a GAD3, en la que el PSOE tiene mayor porcentaje de voto, pero Casado gozaría de más escaños. Vox sería tercero y UP, cuarto.
Moncloa también está muy pendiente de la situación de Juan Carlos I, azotado por una serie de informaciones “perturbadoras” e “inquietantes” sobre sus negocios y supuestas comisiones con Arabia Saudí. Regalos de hasta 65 millones de euros a su amante Corinna. La casa real, en el punto de mira. En el Gobierno no dejan de señalar que el actual monarca está poniendo distancia, pero “celebraría” la toma de nuevas decisiones. Una de las posibilidades es que Felipe VI de otro puñetazo en la mesa, saque al emérito de Zarzuela y se le envíe al extranjero.
Todo esto con la resaca electoral de las gallegas y de las vascas. El gran ganador Alberto Núñez Feijóo no cabe por las puertas, así se le veía después del homenaje de Estado a las víctimas del Covid en el Palacio Real el pasado jueves. En las otras puertas de Génova un día antes decía a los suyos que el PP ganador es el moderado, un mensaje que escuchaba Pablo Casado, quien comenta defender lo mismo. Pero en la práctica sigue con su política agresiva secundada por Isabel Díaz Ayuso.
En público Génova 13 hace suya la victoria de Feijóo pero en privado en la dirección del PP no tienen tan claro que el modelo sirva para todo el conjunto nacional. Galicia es una comunidad muy específica, tiene sus propios parámetros electorales. No es Madrid ni la Comunidad Valenciana, donde el discurso duro gusta más. Las dos alma del PP son más evidentes que nunca, pero hasta que no llegue otra gran cita electoral a nivel nacional no se acabará esta batalla. El gallego ya está listo para lo que sea después de sus cuatro mayorías absolutas.
Otra de las resacas que duran es la de Podemos. Los de Pablo Iglesias han desaparecido del Parlamento gallego, a pesar de tener a un potente candidato (Antón Gómez Reino), y han perdido la mitad de sus votos en Euskadi. El análisis que hace la dirección es que no han sabido capitalizar la presencia en el Gobierno por la escasa implantación territorial, pero los pocoscríticos que quedan y ex dirigentes miran a Iglesias, su hiperliderazgo y sus decisiones de descabezar dirección territoriales simplemente para controlarlas con afines.
El Consejo de Coordinación de los morados se reunía este viernes y de ahí salieron dos ideas. La primera, hay que reavivar el debate sobre la monarquía después de los escándalos publicados sobre Juan Carlos I.”Hay un análisis compartido sobre la crisis actual de la monarquía debido a los numerosos escándalos de corrupción que están apareciendo, que cuestionan su utilidad y la necesidad de llevar a cabo aportaciones en clave propositiva, abriendo espacio al debate para avanzar hacia una democracia más fuerte”, según fuentes de UP.
En la dirección, además, constatan “la debilidad organizativa en los territorios debido a las peleas internas de la etapa anterior”. “La conclusión a la que ha llegado el Secretariado, es la necesidad de poner en marcha cuanto antes lo aprobado en la Asamblea Ciudadana para poner el partido en dirección al próximo ciclo electoral. Estamos a tiempo de recuperarnos sobre los resultados actuales”, resumen las fuentes.
España, a golpe de rebrote políticos.