La batalla en Quebec pasa de la independencia a la inmigración
Coalition Avenir du Quebec gana las elecciones provinciales en esta provincia canadiense.
La (no) independencia de Quebec siempre está ahí. Puesta de ejemplo por unos y otros, tanto por los que quieren independizarse como por los que abogan justo por lo contrario, esta provincia canadiense cada vez se menciona más. Ahora vuelve al foco de la actualidad pero por algo propio, sus elecciones, en las que el partido de centroderecha Coalition Avenir du Québec (CAQ) ha ganado y formará gobierno con mayoría absoluta.
Poco después del cierre de los centros de votación a las 20.00 hora local, los principales medios de comunicación ya anticiparon que el partido liderado por Francois Legault conseguirá la mayoría absoluta en el parlamento provincial, la Asamblea Nacional.
Con el 66,7% de los votos escrutados 90 minutos después del cierre de los centros de voto, Elecciones Quebec, el organismo público encargado de la votación, ha indicado que la CAQ tenía el 38,5% de los votos y 75 de los 125 diputados de la Asamblea Nacional.
Este resultado permitirá, por primera vez en la historia del partido fundado en 2011, que la CAQ forme Gobierno y convertirá a Legault en el próximo primer ministro de la provincia.
En segundo lugar queda el actual partido en el Gobierno, el federalista Partido Liberal de Quebec (PLQ) del primer ministro provincial, Philippe Couillard. El PLQ quedaría reducido a unos 31 diputados con el 24,7% de los votos.
La opción independentista
El gran perdedor de la jornada electoral parece ser el soberanista Partido Quebequés (PQ), que parece destinado a perder su grupo parlamentario al no obtener el mínimo de 12 diputados necesario para mantener el estatus.
El recuento reflejaba a las 21.30 hora local 10 diputados para el PQ y el 17,65% de los votos.
Por contra, la otra formación independentista de la provincia, la izquierdista Quebec Solidaire (QS), habría conseguido su mejor resultado, con nueve diputados y el 15% de los votos.
La derrota del PLQ y la estrepitosa caída del PQ, que habría perdido más de 20 diputados con respecto a las elecciones de 2014 y cosecharía el peor resultado de toda su historia, cristalizan la principal renovación de la política quebequesa desde hace generaciones.
El federalista PLQ y el soberanista PQ han dominado el mundo político de la provincia francófona desde la década de los años setenta.
Fueron gobiernos del PQ, en 1980 y 1995, los que convocaron los dos referendos independentistas que se han celebrado en la provincia. En el último, los partidarios del sí estuvieron a punto de conseguir la victoria al obtener el 49,42% de los votos.
Pero desde entonces, el PQ ha sufrido un creciente declive que ha sido aprovechado por la derecha por formaciones como CAQ y por la izquierda por grupos como Quebec Solidaire.
Las pérdidas electorales del PQ han ido paralelas a la relegación a un segundo plano del interés en la provincia por la opción independentista.
Durante la campaña electoral que culminó en la elección de hoy, los cuatro principales partidos quebequeses prácticamente ignoraron la posible secesión de Quebec en favor de temas como el control de la inmigración, los recortes de impuestos o la marcha de la economía provincial.
Sólo hoy, tras el anuncio de que Canadá y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a cambio de abrir el sector lácteo canadiense a las exportaciones estadounidenses, los líderes políticos se refirieron a la opción de un Quebec independiente.
Al conocerse los detalles del acuerdo, que afecta especialmente a los productores quebequeses, el líder del PQ, Jean-François Lisée, afirmó que esta cesión no se habría producido si Quebec fuese un país independiente.
Pero aunque la posibilidad de un tercer referendo independentista no ha estado presenta en la campaña, el tema de la identidad, la supervivencia de la cultura quebequesa y el lenguaje francés si han jugado un papel importante en los mensajes de los partidos.
La CAQ se hará con el Gobierno con un programa que incluye la controvertida propuesta de reducir el número de inmigrantes que llega a la provincia y establecer un test de valores quebequeses y lenguaje francés a los que todos los inmigrantes se tendrán que someter tras tres años.