Qué ver en Sídney, Australia, en una visita de dos días
Luis Cicerone">
Enclavada en una serie de penínsulas rocosas y bañada por el Mar de Tasmania, Sídney (o Sydney en inglés) es una de las ciudades más impresionantes del Hemisferio Sur. Capital del estado de Nueva Gales del Sur, Sídney es la ciudad más poblada de Oceanía y la principal puerta de acceso a Australia.
Desde el punto de vista histórico, Sídney es la ciudad de asentamiento occidental más antigua del país, con una historia que se remonta a 1788, año de la fundación de la ciudad como colonia penitenciaria de Inglaterra.
Mucho ha llovido desde la creación de esta colonia penal, y las historias de convictos y piratas que protagonizaron el establecimiento de Sídney aún generan polémica en una ciudad que, en dos siglos y poco, se transformó de una cárcel de ultramar a un centro político, cultural, turístico y de negocios de fama mundial.
Muchos viajeros empiezan sus aventuras australianas en esta ciudad, y no es de extrañar, teniendo en cuenta la importancia de su aeropuerto internacional, su pujanza económica y la belleza de sus monumentos (arquitectónicos, culturales y naturales).
Una de las ventajas de Sídney es que la mayoría de sus atractivos principales pueden visitarse en un par de días. La ciudad cuenta con un sistema de metro bien desarrollado y que conecta los principales puntos de interés.
Una de las mejores zonas para empezar cualquier visita a Sídney es su CBD o Central Business District (Distrito Central de Negocios). Esta zona es el corazón comercial y financiero de la ciudad, el distrito histórico por excelencia y la mejor zona para dormir en Sídney y estar cerca de la mayoría de las atracciones.
Día 1
Desde la estación de metro de Circular Quay se está a poca distancia de los dos iconos de la ciudad, el Puente de la Bahía de Sídney y la Casa de la Ópera. Aunque el primer instinto de cualquier viajero sería dirigirse a esta última como primera opción, lo más recomendable es tomar un ferry en dirección este (Kirribilli) desde la misma estación de Circular Quay para empezar la visita de forma espectacular: con las mejores vistas de Sídney. Y es que, por muy espectacular que sea la Sydney Opera House, la mejor forma de disfrutarla es desde la distancia y con el mar y el skyline urbano de fondo.
Una vez en Kirribilli, que es la primera parada al otro lado de la Bahía, simplemente hay que caminar hacia el oeste, siguiendo los atisbos del Sydney Harbour Bridge entre los árboles y edificios.
Los inmensos pilares que sostienen el puente en el lado norte están rodeados por un agradable parque ideal para descansar, hacer un picnic o simplemente disfrutar de las espectaculares vistas del CBD. Para matar el hambre, esta zona está repleta de cafés alternativos y restaurantes de pescado y marisco.
Una vez saciada el hambre y hechas las fotos, se puede volver a la ciudad mediante el puente, bien sea en metro, bus o a pie.
Del lado sur del puente está la zona de The Rocks, un área de carácter europeo y multitud de bares, tiendas y restaurantes que fue además el primer lugar de asentamiento inglés de Sídney. El área incluye la antigua aduana, las barracas en las que se encerraban los convictos y el fantástico Observatory Park.
Una vez de vuelta en Circular Quay, y tras apreciar las vistas del puente desde buena parte del recorrido, lo más recomendable es, ahora sí, caminar hacia el edificio más emblemático de Australia, la Casa de la Ópera.
Este característico edificio, famoso por sus bóvedas en forma de parábolas, conchas u olas, se considera una obra maestra de la arquitectura vanguardista. Diseñada por el danés Jørn Utzon, la Opera House empujó la arquitectura y la ingeniería a nuevos límites antes insospechados y ha tenido una influencia duradera en la arquitectura contemporánea.
Hoy en día, la Ópera de Sydney es uno de los centros de artes escénicas más visitados del mundo, organiza cada año hasta 2.500 espectáculos y eventos y atrae a alrededor de 1,5 millones de espectadores y 4,5 millones de visitantes.
La Sydney Opera House fue inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2007.
La Casa de la Ópera está rodeada por una serie de parques que incluyen los Royal Botanical Gardens, el Sydney Domain y el Hyde Park. En las inmediaciones del Domain y el Hyde Park encontramos las principales instituciones culturales de Sídney, como la State Library, la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur o el Australian Museum.
Ten en cuenta que, para visitar estos museos, necesitarás al menos 2 horas para cada uno.
En esta zona también se encuentra la neogótica Catedral de Santa María, que data 1868, si bien ha sido reformada y ampliada constantemente hasta nuestros días.
Desde aquí puedes finalizar tu día perdiéndote por el creativo barrio de Surry Hills, adyacente a la estación central de trenes.
Día 2
Volvemos al Hyde Park para explorar a fondo el CBD.
La primera parada de la ruta es la Sydney Tower, una torre de telecomunicaciones y atracción turística de un distintivo color dorado en el centro de Sídney.
Yo soy muy de subir a miradores cuando viajo a grandes ciudades. Lo hice en las Torres Petronas de Kuala Lumpur, el Burj Khalifa de Dubái o la Torre de la TV de Berlín. Si bien subir a este tipo de miradores panorámicos es una genial idea para ver la ciudad desde otro punto de vista, con la Sydney Tower debo admitir que tengo dudas para recomendarla como un "imperdible de Sídney". Sí, las vistas de los rascacielos y los barrios de la ciudad son fantásticas, pero el hecho de que la Casa de la Ópera sea apenas visible le resta puntos.
Sin embargo, en mi opinión valió la pena la visita por las vistas del Harbour Bridge, envuelto en las bruma de la mañana.
Muy cerca de la torre se encuentra el Queen Victoria Building. Considerado el primer centro comercial de la ciudad, este elegante edificio ofrece opciones de shopping en un ambiente refinado.
La ruta prosigue hacia el edificio del Ayuntamiento de Sídney, ubicado en una concurrida intersección en las calles Park y York.
A medida que nos dirigimos al sur, entramos en el Chinatown de Sídney, con sus características puertas orientales y algunos de los mejores restaurantes chinos al sur del Ecuador. El Chinese Garden of Friendship es un magnífico parque de estilo chino con pagodas y un pequeño lago ubicado junto a Chinatown. Hay que pagar entrada para acceder pero bien vale la pena.
Dirección sur encontramos el Powerhouse Museum, que pertenece al Sydney Museum Of Applied Arts And Sciences y tiene una colección diversa que cubre toda clase de tecnología, como artes decorativas, ciencia, comunicación, transporte, traje, muebles, medios, tecnología informática, tecnología espacial y máquinas de vapor.
Después de un paseo por el encantador barrio de Ultimo, llegamos a la joya de la corona del turismo en Sídney: Darling Harbour.
Este puerto se ha converido en el principal punto turístico de Sídney gracias a la presencia de infinidad de atracciones turísticas que incluyen el Museo Marítimo, el acuario Sea Life, la exposición Wild Life perteneciente al Zoo de Sídney y el museo de la cera Madame Tusseauds. El Darling Harbour también ofrece fantásticas vistas del skyline de Sídney e infinidad de bares, cafés y restaurantes.
Para acabar el día, lo más recomendable es volver a subirse al metro para explorar el colorido y alternativo barrio de Newtown, en el oeste de Sídney.
Llegar a Sídney desde España: desde España no hay conexiones directas a Sídney, las opciones con escala incluyen Emirates y Qatar Airlines desde Madrid o Barcelona.
Llegar a Sídney desde Latinoamérica: existen vuelos directos entre Santiago y Sídney con Latam Airlines y entre Buenos Aires y Sídney con Qantas.
Dormir en Sídney: el Travelogde Sydney es un hotel sencillo en el CBD desde 122 AUD. Si buscas algo más lujoso, el Intercontinental Sydney ofrece todo el lujo que quieras y más desde 340 AUD.
Más información sobre Sídney: en la página oficial del Destino NSW.