¿Qué puede y no puede hacer Boris Johnson antes de marcharse?
Técnicamente no hay nada que impida a Johnson actuar como antes de su dimisión más allá de las convenciones.
Boris Johnson anunció el jueves 7 de julio su decisión de dimitir del cargo de primer ministro sin haber acabado su primer mandato.
Aunque se vio forzado a dimitir después de que más de 50 diputados tories abandonaran su gobierno en 48 horas, se negó a dar un paso a un lado para que un primer ministro provisional ocupara su lugar. De hecho, Johnson permanecerá en el cargo hasta que el Partido Conservador elija a su sucesor, pese a las presiones que recibió para dimitir inmediatamente.
El ex primer ministro tory John Major afirmó que la permanencia de Johnson al frente de Reino Unido es muy preocupante, sobre todo porque durante su mandato no se vio limitado en ningún momento por su gabinete.
El último día de Johnson será el 6 de septiembre, pero ¿qué podría hacer en el mes que le queda en el cargo, teniendo en cuenta su afán por saltarse las convenciones?
Técnicamente no hay nada que impida a Johnson actuar como antes de su dimisión más allá de las convenciones.
Ha nombrado nuevos ministros tras el éxodo masivo de ministros que se produjo la semana anterior a su dimisión, ya que necesita un gobierno en funcionamiento para evitar unas elecciones generales anticipadas.
También puede darle su apoyo público a un sucesor, y aunque se ha abstenido de hacerlo, durante el proceso sí pidió que votaran a cualquier candidato menos a Rishi Sunak. Liz Truss, de la misma cuerda que Johnson, parece la gran favorita al cargo.
La directora del Instituto para el Gobierno Bronwen Maddox señala que el protocolo debe impedir que el primer ministro se pase de la raya.
“Johnson tiene que aceptar que no puede hacer mucho en este mes, y nada que pueda ser polémico”.
La polémica legislación relacionada con el protocolo de Irlanda del Norte seguramente estará paralizada por ahora, ya que la UE “no se molestará en concederle un segundo más de negociación a Johnson”.
No podrá presentarse a la contienda por el cargo de primer ministro, aunque sí podría presentarse a cualquiera posterior, así como Theresa May podría haberse presentado a esta elección si hubiera querido.
El portavoz oficial de Johnson ha asegurado que no tiene previsto salirse del guion.
“El primer ministro está actuando en línea con las convenciones. Sigue siendo el primer ministro hasta que haya un nuevo líder del partido, y las labores del Gobierno continuarán mientras tanto”.
Johnson ha prometido que el Gobierno no tomará ninguna decisión importante durante el tiempo que le queda en el cargo y que dejará las principales decisiones sobre impuestos y gastos al próximo primer ministro.
Su portavoz también ha dicho que el Gobierno “no hará grandes cambios fiscales ni tratará de deshacer la política previamente acordada”.
“No es que el Gobierno no tenga potestad para seguir ocupándose de cuestiones difíciles o con efectos de larga duración; es simplemente la convención de limitarse a seguir cumpliendo las políticas previamente acordadas”.
El primer ministro saliente es conocido por saltarse algunas convenciones, y esa es una de las principales quejas de los diputados tories que le dieron la espalda para forzarle a dimitir.
En mayo, Johnson reescribió partes del código ministerial (las normas que deben cumplir todos los ministros en el Gobierno). Esto fue justo antes de enfrentarse a la comisión de normas parlamentarias por haber engañado presuntamente al Parlamento sobre el Partygate.
También fue multado por infringir las normas del confinamiento y el toque de queda de la Policía durante la pandemia, cesó a dos asesores de ética durante su mandato y puede que no nombre a otro antes de irse.
Uno de los últimos ministros en dimitir antes que Johnson, George Freeman, se refirió también al discurso de dimisión de Johnson, y dijo que no confiaba en que fuera a terminar su tiempo con “humildad y contrición”.
Ese fue el discurso en el que el primer ministro culpó de todo lo que le estaba pasando a la “mentalidad de rebaño” y a la “excéntrica” decisión del Partido Conservador de echarle.
En el mes que ha transcurrido desde el anuncio de su dimisión, Johnson ha sido criticado no tanto por lo que ha hecho, sino por lo que ha dejado de hacer: ha desatendido su cargo para irse de vacaciones antes de tiempo, se ausentó de la final de la Eurocopa de fútbol femenina y de otros eventos y decidió no presentarse a varias reuniones importantes sobre la crisis por la ola de calor.
El miércoles 20 de julio, Johnson presidió su última sesión de control en la cámara baja, donde recibió una ovación de su grupo parlamentario mientras abandonaba la sala por última vez como primer ministro. La anécdota que trascendió fue cuando se despidió parafraseando al personaje de Arnold Schwarzenegger de la película de ciencia ficción Terminator 2, al concluir la sesión con la frase “hasta la vista, baby”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.