¿Qué es una bomba sucia? La excusa perfecta que hace revivir el miedo nuclear en Ucrania
Tiene como principal elemento explosivos comunes, como la dinamita, pero incluye también perdigones o polvo radioactivo. Su mayor daño es la explosión.
El día en que se cumplen ocho meses de la invasión de Rusia en Ucrania, las acusaciones cruzadas entre Moscú y Kiev tienen una protagonista: la llamada bomba sucia. Primero, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, ha trasladado su preocupación a diversos países occidentales por posibles provocaciones de Ucrania con este armamento, un artefacto que incluye elementos radiactivos; cree que lo usaría en su propio territorio para culpar a Rusia de utilizar armas de destrucción masiva y generar una dura respuesta de Occidente. Y después el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, señaló que es todo un invento, que quien tiene armas nucleares es Moscú y que quien quiera, que vaya a sus almacenes a ver qué guardan.
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de bomba sucia? Pues se le da este nombre a cualquier combinación de un explosivo, como la dinamita, con otros elementos radiactivos en forma de polvo o perdigones con carga radiactiva. Su nombre técnico es, en realidad, dispositivo de dispersión radiológica (RDD, según sus siglas en inglés).
Las bombas sucias no pueden generar una explosión atómica en sentido estricto, como sí lo haría un arma nuclear convencional, de las que Ucrania carece y Moscú tiene uno de los principales arsenales del mundo, explica el Gobierno de Estados Unidos. Como consecuencia de la explosión, los materiales radiactivos contenidos en la bomba sucia se dispersan. Sólo las personas que se encuentren cerca del lugar de la explosión estarían expuestas a cantidades de radiación suficientes para sufrir sus efectos en sus organismo.
Si el polvo y el humo radiactivos se dispersan, pueden causar daños a mas personas si respiran el polvo, consumen alimentos o agua contaminados. La mejor manera de protegerse de la explosión de una bomba sucia es confinarse en un lugar cubierto.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos establecen como “principal peligro” de una bomba sucia la explosión en sí, que puede causas daños en la zona aledaña. La exposición a los materiales radioactivos “probablemente” no supondrían un riesgo de enfermedad grave, a excepción de aquellas personas que estén “muy cerca” de la explosión.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) concluyó hace dos décadas que “el impacto más grave” de un arma radiológica sería “el pánico y las alternaciones sociales” que provocaría la detonación, equiparable en sus efectos a “un acto de terrorismo”.
De hecho, durante las últimas décadas el principal temor de los expertos es que los grupos terroristas puedan utilizar este tipo de armas, como ya quedó de manifiesto en a mediados de la década de los noventa en Chechenia. A esta república rusa corresponden los dos únicos intentos documentados de uso de bombas sucias.
No obstante, su uso sí que puede llevar a Rusia, si lo entiende como un hecho injustificable, a emplear a su vez armas nucleares en respuesta, aunque sea con un empleo táctico.
Recomendaciones médicas
Los CDC advierten, en cualquier caso, de que el polvo y el humo sí puede esparcirse y ser peligroso en caso de inhalación, por lo que las autoridades norteamericanas recomiendan permanecer en lugares cerrados o, en caso de estar en el exterior, cubrirse nariz y boca con algún tipo de prenda. También desaconseja tocar objetos que puedan estar contaminados.
El consumo de yoduro de potasio es recomendable en el caso de contaminación radioactiva -por ejemplo tras un accidente en una central nuclear-, pero los CDC no lo ven como una prioridad en el caso de las bombas sucias, ya que no hay forma de conocer de primeras la composición del artefacto y puede ser contraproducente.
Asimismo, tampoco creen que el consumo de agua o alimentos en el área cercana a la bomba sucia suponga un riesgo. No obstante, por prevención, recomienda no beber ni ingerir nada que hubiese estado expuesto al aire libre.