¿Qué es la toxina botulínica, la causante de la última alerta sanitaria?
Esta sustancia ha sido detectada en el atún en conserva de la marca Dia.
La sanidad, otra vez en alerta. Ahora por un caso relacionado con el atún en conserva de la marca Dia, que presenta restos de toxina botulínica, un producto habitual en cirugía estética pero muy peligroso si se ingiere.
¿Qué es y qué usos tiene?
La toxina botulínica, popularmente conocida por ‘Botox’ es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Esta sustancia consigue paralizar o disminuir la función del músculo sobre el que se aplica.
Su principal uso se relaciona con la dermatología estética, para actuar en ciertos músculos faciales que, debido a su contracción, producen arrugas dinámicas o de expresión. Con la aplicación de esta toxina, esas arrugas desaparecen o se suavizan en un grado alto.
Junto con los hilos tensores y el ácido hialurónico, el bótox es uno de los tratamientos de estética no quirúrgicos más demandados e indicado especialmente para el rejuvenecimiento facial a fin de corregir la flacidez del rostro y cuello.
Un agente intoxicador muy potente que puede causar botulismo
Sin embargo, en grandes cantidades se convierte en un potente elemento intoxicador, pues se trata de una de las sustancias más venenosas para el ser humano. Su uso en dosis inadecuadas o la ingesta de una sustancia puede llegar a producir el botulismo en casos extremos.
Esta enfermedad se basa en el desarrollo de alteraciones vegetativas y parálisis muscular progresiva que, en casos extremos, puede llegar a causar la muerte al afectar a la función respiratoria. Está causada generalmente por la ingesta de alimentos contaminados con las toxinas botulínicas. De persona a persona no se transmite el botulismo, en cambio.
Algunos de sus síntomas pueden ser fatiga intensa, debilidad y vértigo, seguidos generalmente por visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. También pueden concurrir vómitos, diarrea, constipación e inflamación abdominal. La enfermedad puede dar lugar a debilidad en el cuello y los brazos, y afectar posteriormente los músculos respiratorios y los músculos de la parte inferior del cuerpo. Por contra, no se presentan síntomas febriles o pérdida de consciencia.
Los síntomas no son provocados por la bacteria, sino por la toxina que ella produce. Por lo general se manifiestan entre 12 y 36 horas después de la ingesta (con un plazo mínimo de cuatro horas y un máximo de ocho días).
Tal y como recoge la OMS, la incidencia del botulismo es baja, pero la tasa de mortalidad es alta si no se realiza un diagnóstico precoz y se dispensa sin dilación el tratamiento adecuado (pronta administración de antitoxina y atención respiratoria intensiva). La enfermedad puede ser mortal en el 5 a 10% de los casos.