¿Puede un católico celebrar Halloween?
La Iglesia no ve con buenos ojos esta festividad pagana y apuesta en cambio por llevar a cabo el 'Hollywins'
Halloween es una fiesta de carácter pagano que se ha consolidado en nuestra cultura de una manera rápida y popular. Gracias a la influencia del cine norteamericano, la costumbre de disfrazarse en la noche de todos los Santos se ha convertido en una celebración social en la que los niños se visten de monstruos y fantasmas, se decoran calabazas y se reparten dulces bajo el famoso soniquete del “truco o trato”.
La mayoría de historiadores coincide en que esta festividad tiene su origen siglos atrás en el “Samhain”, cuando los antiguos celtas celebraban el final de la temporada de cosechas y el inicio del “nuevo año”. El año céltico concluía el 31 de octubre, dividiendo la época de luz (primavera y verano) y otra de oscuridad (otoño e invierno). Según sus creencias, la noche del cambio de año era el momento en el que las fronteras entre este y el Otro Mundo se difuminaban y los espíritus de los difuntos podían caminar entre los vivos.
Cuando los romanos ocuparon los dominios celtas asimilaron la fiesta del Samhein entremezclándola con la fiesta de la cosecha romana en honor a la diosa Pomona. Y después la cultura cristiana intentó transformarla en algo religioso. De hecho, en el año 835, el papa Gregorio IV decidió trasladar oficialmente la celebración del Día de Todos los Santos del 13 de mayo al 1 de noviembre.
Pese a su gran popularidad en España, la fiesta de Halloween no cuenta con el respaldo de la Iglesia católica. Para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo”.
¿Halloween? Mejor ‘Hollywins’
La Iglesia no ve con buenos ojos que los católicos, especialmente los niños, se alejen de la palabra de Dios y conviertan una festividad de honra a los fallecidos en un “show” de máscaras y disfraces. En conversaciones con el HuffPost, varios miembros destacados de la Iglesia española subrayan que es una “contradicción” celebrar esta festividad y ser católico, además de no ser “muy pedagógico” para los niños. ”¿Qué idea de la muerte quieres trasladar a un menor que se disfraza con un trasfondo de ocultismo y de anticristianismo?”, se preguntan.
Varias diócesis y parroquias promueven como contraataque celebrar el 31 de octubre el ‘Hollywins’ (la santidad vence o los santos ganan), una reformulación de Halloween que nació en París a principios de este siglo.
En lugar de disfrazarse de fantasmas o monstruos, la Iglesia aniña a los niños a vestirse de santos. El obispado de Alcalá de Henares fue la precursora de esta iniciativa, que ahora se ha extendido a otras zonas de Espala. La Conferencia Episcopal lo apoya. “Es una manera pura de que los menores se diviertan disfrazándose y acordarnos de los santos para pedir por su intercesión”, explican.
También se anima a los niños a investigar acerca de su nombre y el el santo o santos protectores a los que se refiere; hacer una búsqueda y lectura - e incluso una representación escénica - de la vida del patrono y/o de los santos que están presentes en sus parroquias o dibujar un cómic con la vida del santo protector de cada pequeño.