El diabólico juego de la silla… y el precipicio de la política
Sánchez señala directamente a Iglesias como el escollo y el 70% de las bases de Podemos quiere un Gobierno de coalición .
Hay una sala a las afueras de Madrid que concentra todo el poder del país los viernes por la mañana. Las deliberaciones que allí se hacen son secretas y lo que se aprueba cambia la vida de millones de personas. Estar dentro supone haber llegado a lo más alto en la política. Llámese Consejo de Ministros.
Y ahora se vive un peligroso juego de la silla por parte del PSOE y de Unidas Podemos, que amenaza con el precipicio político: no llegar a un acuerdo, bloquear dos meses más la política española, constatar que la izquierda no sabe pactar y tener que ir a elecciones el próximo 10 de noviembre.
Para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hoy por hoy el principal “escollo” tiene nombre y apellidos: Pablo Iglesias Turrión. El líder socialista no había hablado tan claro desde la celebración de las elecciones hace casi tres meses y lo ha hecho en una entrevista con Antonio García Ferreras en Al rojo vivo desde el mismísimo Palacio de La Moncloa, divisándose al fondo las puertas abiertas de la sala del Consejo de Ministros.
Sánchez, directo y a la yugular de Iglesias
Directo a la yugular, sin rodeos y poniendo en su boca lo que se había filtrado ya días antes: no se dan las condiciones para que Iglesias entre en el Gobierno. Toda la presión para el morado: “un paso atrás”, le ha reclamado el socialista. ¿Por qué? El jefe del Ejecutivo en funciones entiende que necesita un vicepresidente que “defienda la democracia” y que no mantenga con él discrepancias en el tema catalán. Para Sánchez, no es admisible tener en su Ejecutivo a otro líder que dice que hay “presos políticos”.
Y el secretario general del PSOE también ha ido más allá hoy: por primera vez ha hecho una oferta delante de las cámaras de un Gobierno de coalición (ya no de cooperación) en el que haya ministros de Unidas Podemos cualificados en sus carteras. Pero la propuesta solo durará hasta la votación de la semana que viene, no quiere pensar en agosto o septiembre.
Todo esto lo ha lanzado como cohetes Sánchez en la entrevista después de haberse conocido que a puerta cerrada el presidente ha informado a la dirección del partido que Iglesias había exigido en las negociaciones una Vicepresidencia Social y ministerios como Hacienda y Trabajo, además de responsabilidades en Comunicación. Y eso que hace apenas tres días el socialista lo había negado en una entrevista con Aimar Bretos en la Ser: “No me lo ha explicitado”, decía entonces.
Y otra dura respuesta de Sánchez: el “99,9%” de las conversaciones con Iglesias han versado siempre sobre los cargos.
El entorno de Iglesias, contra el veto
Pero ese paso atrás no está dispuesto a hacerlo Iglesias. Esa entrevista ha caído como una bomba dentro de la dirección de Unidas Podemos y el líder ha guardado silencio públicamente. La respuesta más clara ha llegado a través de la portavoz parlamentaria, Irene Montero, en Twitter, rechazando el veto a Iglesias: “Sánchez debe rectificar”. “Hoy el presidente del Gobierno ha llegado a decir que Pablo Iglesias no defiende la democracia. No todo vale, y menos entre fuerzas políticas que aspiran a gobernar juntas y, por tanto, a respetarse y entenderse”. Y, en este sentido, se ha pronunciado Pablo Echenique “Vetar a Iglesias es vetarnos a todos”.
Este jueves, que no falte de nada, se ha conocido el resultado de la consulta interna de Podemos que supuso la ruptura de las negociaciones. El 70% de los participantes ha avalado la tesis del líder y ha apoyado investir a Sánchez como presidente si hay un Gobierno de coalición (acuerdo “integral” de programa y equipos) y “sin vetos”. Es decir, el líder ya puede votar ‘no’ al Ejecutivo de Sánchez sin él.
La consulta: el 70% de Podemos a favor de la coalición
Un resultado abrumador a favor de Iglesias… pero también hay que leer detenidamente los datos. La consulta estaba abierta a los 517.484 inscritos de Podemos y han participado 138.488, por lo que se trata de un baja participación, del 26,7%. En el partido suelen tomar como referencia el censo activo, que es de unos 190.000, aquellos que han participado en actividades en el último año. Han intervenido 48.512 personas menos que en el referéndum, por ejemplo, sobre el chalé de Iglesias y Montero.
Empieza ahora un durísimo pulso en el que las posiciones ya están totalmente claras: Sánchez no quiere a Iglesias y el líder de Podemos está avalado por sus bases para pactar solo si hay ministros y “sin vetos”. La jugada definitiva empezará el lunes en la sesión de investidura: Sánchez necesita mayoría absoluta en la primera votación del martes o simple en la del jueves. Lo que parece también descartado es que, a pesar de la presión de Ferraz, el Partido Popular y Cs se vayan abstener.
El PSOE recuerda que ese día decae la candidatura de Sánchez. Empezará un periodo de dos meses para otro intento y si nadie lo logra, se disolverán las Cortes. Cada día se hace más patente el diablo de la repetición electoral el 10 de noviembre.
Y se percibe más el clima cainita de la izquierda de 2016, cuando Pablo Iglesias dijo ‘no’ a la investidura de Pedro Sánchez -que había pactado con Ciudadanos-. Este jueves se ha desnudado el verdadero problema: los cargos. Nada de políticas ni de preocupación por los votantes. Con la brutal guerra por el relato de fondo. Todo esto con la preocupación por los políticos, según el CIS, en máximos históricos desde 1985.
La izquierda vuelve a pelearse en directo delante de toda España. Ya no se trata de si habrá Gobierno de coalición o cooperación, sino de si habrá Ejecutivo.
Pd: Mientras, en La Rioja, Podemos ha tumbado la investidura de la candidata del PSOE. El PP lleva gobernando allí 24 años. El ensayo de una votación anunciada.