Dos Planetas en órbitas distintas
La ganadora del Planeta, Eva García Sáenz de Urturi, y la finalista, Sandra Barneda, tienen un punto en común y muchas diferencias.
Son las ocho de la mañana. Las dos mujeres de las que más se hablado en las últimas horas se preparan para una jornada en la que se limitarán... a hablar. Una está en Barcelona, tiene novela nueva —Aquitania— y un ingreso pendiente en el banco de 601.000 euros tras ganar el Premio Planeta 2020. Se llama Eva García Sáenz de Urturi. Desde hace años es una superventas.
La otra mujer está confinada en casa por Covid y realiza todas las entrevistas por teléfono. “Hay que dar ejemplo”, subraya. Su libro, Un océano para llegar a ti, le ha reportado de salida 150.250 euros como finalista del galardón más valorado en España por repercusión y ventas. Sandra Barneda es la cara popular del tándem que conforma con Sáenz de Urturi. Estas semanas, además, disfruta de su enésimo momento de gloria televisiva como presentadora de La Isla de las Tentaciones.
Eva y Sandra no se conocen personalmente. Su primer contacto se produjo a distancia en la gala donde se dio a conocer el premio, a la que Barneda no pudo acudir. Ambas tienen ganas de mirarse a los ojos, conscientes de que van a pasar buena parte de los próximos meses juntas. A Barneda le encanta la trilogía de La Ciudad Blanca, el exitazo de Sáenz de Urturi. “Además es una de las pocas escritoras a las que sigo en Instagram”, ríe. La ganadora del Planeta, sin embargo, no ha leído todavía nada de su compañera. Promete ponerse al día este fin de semana con la lectura de Las hijas del agua, la novela que la presentadora escribió en 2018 ambientada en Venecia. Una ciudad que, reconoce Sáenz de Urturi, le llevó a sufrir el Síndrome de Stendhal.
Las obras ganadoras y finalistas del Planeta tienen un punto en común y multitud de diferencias. Les une que ambas están escritas por mujeres, algo que sólo ha ocurrido cuatro veces en los 69 años del galardón. Ahí se acaban los puntos de unión. Porque en el resto —temática, trama y vocación de las novelas—, no pueden ser más disímiles.
Aún con los ojos achinados por la falta de sueño, Sáenz de Urturi ataca un café y unos cruasanes mientras se despeja hablando de Aquitania. Y más de lo que es, le interesa recalcar qué no es el libro: “No es una novela histórica. Si se vende así es un gran error”, zanja. Hay un trasfondo histórico real: la región francesa de Aquitania del siglo XII, el viaje de su duque a Santiago como peregrino y su muerte fulminante frente a la catedral, probablemente por envenenamiento.
Su heredera, Leonor de Aquitania, se sitúa al frente del ducado con apenas 13 años y se obsesiona con vengar el asesinato de su padre. “No voy a contar la historia de Leonor porque son 82 años. Como cuente todo…”, aclara Sáenz de Urturi. Lo que sí es Aquitania: un thriller medieval trufado de venganzas, intrigas políticas, asesinatos e incluso amor. Una mezcla entre Juego de Tronos y El nombre de la rosa, presume la autora. Es difícil hacer una mejor campaña de márketing.
Los enigmas que encierra la novela de Sáenz de Urturi se transforman en el libro de Sandra Barneda en introspección y búsqueda de la felicidad. En sus propias palabras: “Un océano para llegar a ti es una novela que deja buen sabor de boca, es optimista, esperanzadora, y cuando la vas leyendo sientes como si estuvieras en un edredón, a gusto, entre algodones, mecido…”. Es una historia que parte de una pérdida “y a medida que lo lees te vas quitando capas de forma invisible”. El libro narra la vida de Gabrielle (nombre neutro en un claro guiño andrógino) tras la muerte de su madre y cómo debe compartir 49 días en el pueblo de Candeleda con su padre, con el que mantiene una relación mala que irá modificándose.
Siglo XII frente al XXI. Ambas novelas con mujeres de protagonistas y una vocación de ventas total. Sáenz de Urturi confía en la fidelidad de su legión de lectores y los nuevos que aún no la hayan descubierto. Tiene muy claro qué tipo de personas se adentran en sus libros: “Son lectores inteligentes. Hay muchos así y otros que, bueno, no lo son tanto. Mis novelas son muy densas, intento hacer varios niveles de lecturas y cada uno se queda con la que más le apetece”. La leen “desde la mujer del antiguo presidente del Gobierno, a alcaldes, políticos… O Karanka, que es entrenador de fútbol. Siempre he pensado que no me gusta escribir cosas simples porque no soy simple, tengo cierta cultura detrás y me gusta que el lector me siga en eso”, señala
Barneda no es una autora que, al ponerse a escribir, piense en un determinado tipo de lector. “Un océano para llegar a ti es una novela de sentimientos universales, a cualquier persona le puede apetecer leer una historia así”. Confía en que su novela atrape por diversos frentes: por la sinopsis, al ver la ilustración de la portada, al leer la primera página.. “Creo que los libros llaman a los lectores y espero que este sea uno de ellos”.
Más diferencias: del ducado del thriller de Sáenz de Urturi al pueblecito en la historia de Barneda. Del mundo exterior de Aquitania a la esfera más intimista de la obra de Barneda. De la acción de Urturi al sentimiento que impregna las páginas escritas por la presentadora.
Dos narradoras que tocan la cima del Premio Planeta después de transitar caminos bien distintos. La televisión abrió las puertas de la literatura a Barneda, mientras que Sáenz de Urturi ha tirado de paciencia y tesón para coronarse como escritora. “Publique Los Longevos sin campañas de promoción, sin contactos en el mundo editorial. Me empezaron a conocer a través del boca oreja en los blogs y foros literarios: gente que sin prejuicios empezó a leer a una autora que no tenía a nadie detrás. Creo que eso tiene mucho mérito”. Pocos años después llegaría su trilogía de la Ciudad Blanca. “En cuatro años he vendido un millón de ejemplares, se ha traducido a 15 idiomas, ha desembarcado en EEUU. ¡Ha sido un fenómeno más grande que la trilogía del Baztán de Dolores Redondo”, se enorgullece mientras remata el café.
Pocos minutos después, Barneda se despide desde el confinamiento de su casa: “Estoy bien, por suerte los síntomas han sido muy leves”, explica para lanzar de inmediato un consejo: “Con el mínimo resfriado la gente debe aislarse para no contagiar a los más vulnerables”. Y si hay algún contagio, que sea el del amor a la literatura a partir de noviembre, cuando Aquitania y Un océano para llegar a ti lleguen a las librerías.