"Practicaban sexo a gritos debajo de mi casa y mi hijo se despertó asustado"

El turismo de borrachera está causando estragos en Baleares. Una de las mejores muestra de esto es el barrio de Santa Catalina de Palma, otrora un lugar encantador que en la actualidad, y partir de las 8 de la noche, se convierte en escenario de un auténtico desmadre.

Así lo ha atestiguado una vecina en el diario Crónica Balear, quien ha descrito el escenario que puede apreciar desde la ventana de su casa como un paseo constante de "personas que se drogan en los callejones, orinan en las paredes, y andan borrachos dando voces o manteniendo sexo en público".

Esta última situación fue, precisamente, la que tuvo que soportar el pasado domingo, cuando su hijo de 13 años se despertó asustado a las 6.20 de la mañana: "Mamá estoy escuchando unos gritos", profirió el chaval, justo antes de que su madre se percatara de que se trataba de gritos propios de alguien que está manteniendo relaciones sexuales.

"Vi a una chica rubia con un chico moreno manteniendo relaciones sexuales a plena luz del día al lado de un coche, en el suelo. Pasaba gente caminando por al lado y la chica chillaba como una loca. Entonces grité diciendo que esto no puede pasar, que les iba a denunciar", explica la mujer en Crónica Balear.

Por si fuera poco, cuando la joven vio a la vecina grabarla, se puso la ropa interior rápidamente y amenazó con ir hacia ella de manera violenta: "Hizo el ademán de venir hacia mí de forma agresiva para que no le tomara fotos, pero después se fueron corriendo. El chico no se pronunció en ningún momento, estaba de espaldas", describe la mujer, antes de denunciar que tienen que tener a sus hijos encerrados.

"Esto ya parece Magaluf, es una pena que un barrio con tanto encanto se vea manchado por esto", lamenta.