El PP le pone la alfombra roja a Vox
Su plan de engullir a Cs dejaría a la ultraderecha como su principal aliado en las instituciones.
Madrid y Murcia, el gran cisma de la derecha española, el gran juego de tronos. Sin saber muy bien nadie cómo terminará todo. Pero el PP ha decidido aprovechar el momento para intentar su anhelado plan: hacer una OPA a Cs y engullirlo tras su ‘traición. Directamente ha pedido a todos los dirigentes, militantes y simpatizantes ‘naranjas’ que se pasen al bando de Pablo Casado.
En Génova 13 tienen la obsesión desde que llegó Casado de aglutinar en torno a sus siglas a toda la derecha. El análisis que hicieron tras ganar las primarias era que con tres opciones es imposible batir a Pedro Sánchez y sus socios en el Parlamento. Uno más uno más uno no son tres, siempre decían en el cuartel de los populares. Y esto ha llevado a debacle tras debacle electoral y al fracaso del plan de España Suma.
En un primer momento Casado se puso el traje más duro para intentar recuperar a los votantes del incipiente Vox (llegó a ofrecerles ministerios durante abril de 2019). Pero lejos de su intención inicial, la ultraderecha crece y crece, con sorpasso incluido en Cataluña. Es imposible hacerlos volver en plena efervescencia. Por lo tanto, ahora en su versión ‘moderada’ el líder del Partido Popular quiere llevarse a su casa a un tocado Cs.
Las consecuencias del plan de Génova
Pero este plan tiene sus consecuencias. Si consiguiera llevarlo a cabo y engordar a los populares gracias a Cs, sólo le quedaría al otro lado de la derecha a Vox como socio para pactar en las instituciones. En un momento político en el que se acabaron las mayorías absolutas (aunque Isabel Díaz Ayuso se concentre estos días en decir que aspira a hacerse un Feijóo), los partidos necesitan a otros para gobernar. Las encuestas soplan a su favor en Madrid, pero también en el de Vox, que podría superar a Cs si hay elecciones. Y la ultraderecha quiere poder ya y hará valer en cada rincón si se coloca como segunda fuerza en ese espectro.
Por el momento, desde Vox se presentan como “socios fiables”, según ha dicho la portavoz de la ultraderecha en la Asamblea, Rocío Monasterio, que pretende hacer valer su peso en oro a partir de este momento. Las relaciones con Ayuso no han sido precisamente malas, sino que han tenido más conexión entre ellas que el PP con Cs en la Puerta del Sol. Por lo tanto, Madrid se podría convertir en un gran ensayo para el resto de España.
Esto llevaría a ser el primer laboratorio de nuevas alianzas entre el PP y Vox antes que en Andalucía, donde están previstas elecciones para finales del año que viene. Los sondeos ya vaticinan que la ultraderecha superará allí a Cs, con un PP en primera posición. ¿Se atrevería a pactar Juanma Moreno con la ultraderecha? Sobre esto le preguntaban esta semana a su portavoz, Elías Bendodo. Su respuesta lo dice todo entre líneas: “Me preocupa bastante más un Gobierno con Podemos que con Vox”.
En la operación de estos días, el PP obvia cualquier ataque a Vox y se concentra en tratar de aniquilar a Ciudadanos. “Arrimadas ha roto su palabra, pacta con la izquierda”, repiten en el PP. Casado habla de una nueva etapa a partir de las autonómicas de mayo en Madrid (si la Justicia no las frena). “Si no lo han querido, lo haremos ahora por la base”, resalta el popular sobre la unión del centro derecha.
En el PSOE lo tienen claro: el PP terminará pactando con Vox. “El Partido Popular ha unido su destino a la ultraderecha”, advertían desde Ferraz el pasado miércoles cuando estalló el terremoto político. En Cs Madrid llevan tiempo advirtiendo por debajo de que Ayuso quería ir a elecciones y prefería tener como apoyos a Vox antes que a los ‘naranjas’.
De consumarse su plan, el PP sería la pieza más fuerte en la derecha. A un lado tendría a Vox y al otro lado al PSOE. Su discurso de “hasta aquí hemos llegado” de la moción de censura de Abascal podría hacer pensar que Casado buscaba un referente en Merkel (defensora y hacedora de grandes coaliciones), pero el líder del PP siempre ha rechazado un Gobierno con el PSOE, piensa que sería la propia tumba del Partido Popular. Y a pesar de aquel giro dialéctico no se ha avenido a firmar un gran acuerdo con el PSOE para renovar el Poder Judicial (se quedó sólo en el aperitivo de TVE), por lo tanto le tocaría mirar a Vox. En La Moncloa, según fuentes consultadas, no dudan de que el PP intentaría si pudiera un Gobierno con la ultraderecha.
El plan del PP pasa por eliminar a Cs… pero se quedará con Vox al lado, compitiendo de tú a tú y necesitándolo para cualquier alianza en las administraciones. Desprecia al resto del arco parlamentario (entre “comunistas” y “batasunos”) y sólo intenta establecer puentes discretamente con el PNV.
Casado se lanza contra Arrimadas… y le pone una alfombra roja a Vox en las instituciones.