Por una travesía (sexual) tranquila
Bienvenidos a la Liga de Amores Resistentes a la Concepción.
Cuando se habla o escribe con siglas podemos llevar a error. Para mí, RRSS son Relaciones Sexuales cuando para otra persona puede ser Redes Sociales. Si digo que voy a hablar en este artículo sobre los LARC tengo que explicar que se corresponde con Long-Acting Reversible Contraception, es decir, los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración y que en comunidades como la mía, la valenciana, están financiados por la Sanidad pública y por eso a veces, tristemente, no se valora el coste.
Mi traducción poética sería: Liga de Amores Resistentes a la Concepción y en ella están incluidos diferentes métodos que tienen en común su alta eficacia para evitar un embarazo independientemente de la usuaria, por lo que son ideales, siempre tras la valoración profesional, principalmente ante posibles olvidos, discapacidades físicas o psíquicas, contraindicación de otros métodos y, más allá de la anticoncepción, para tratar problemas como la endometriosis, los sangrados abundantes o el ovario poliquístico entre otros; y sin necesidad de estar en estas circunstancias, simplemente, para mejorar la calidad de vida de la usuaria.
En dicha Liga se incluyen los siguientes métodos que, a excepción del diu de cobre que sólo lleva dicho metal, comparten las hormonas que liberan, los gestágenos, en sus diferentes formas:
-La depo-progevera, que se pone intramuscular cada 3 meses (algunas la llaman la vacuna, supongo que porque se pincha también).
- Su hermano mayor, el implante, conocido como la pila o el chip, es una varilla que actúa durante 3 años y va colocada con un poco de anestesia local, subcutánea en la cara interna del brazo. Este es más seguro incluso que la vasectomía (única alternativa al preservativo que disponen por ahora ellos).
- Por último, los dius, tanto el de cobre como los hormonales (de los que ya hablé en este blog anteriormente).
Mucho más allá de los efectos visibles que provocan la mayoría de los tratamientos con gestágenos, que siguen siendo motivo de consulta diaria en nuestro trabajo, la ausencia de ciclos regulares o la aparición de algún granito quitan el sueño a muchas mujeres que no conocen todo lo que en su interior está sucediendo para no tener un embarazo cuando no es buscado. No dejo de asombrarme cuando tengo que contarle a una mujer cómo funciona lo que lleva años usando sin que nadie se lo hubiera explicado antes.
La misión principal de los dos primeros (depo –progevera e implante) es impedir la ovulación, y así, si no hay pelota, por muchos jugadores que haya en el campo no puede haber ni canasta ni gol. Este efecto sucede mientras el anticonceptivo está en acción; cuando se retira, el partido puede empezar porque los balones vuelven a rodar a no ser que haya otros factores que lo impidan. El sobrepeso, el estrés, el tabaco o la edad de la mujer (mayor de 35) pueden afectar la salida y la calidad de los óvulos sin relación con que hayan sido usuarias o no de estos fármacos.
Los dius no frenan la función ovárica, por lo que su acción se centra en otros aspectos como los que siguen.
Además de este freno, los gestágenos se encargan de impedir por todos los medios que el espermatozoide aterrice en el planeta óvulo provocando algo no deseable en ese momento de la vida. En la puerta de entrada al útero, el cuello (más conocido por su nombre en latín: cérvix) se convierte en una muralla infranqueable formada por un moco donde serán retenidos cual red gigante todos aquellos que quisieran llegar al salón del Santo Grial y se quedarán con las ganas. Por si hubiera un Indiana Jones entre ellos, los obstáculos no quedan ahí.
Los gestágenos interfieren también con un proceso fundamental imprescindible para que se produzca la fecundación denominado Capacitación espermática y que engloba una serie de cambios que precisan los espermatozoides para llegar a su destino, que se producen a lo largo del tracto genital femenino (o en el laboratorio cuando se trata de reproducción asistida). De todos ellos, destacaré la hipermotilidad porque no puedo evitar imaginarme a Han Solo en su nave dándole al botón de la velocidad de la luz y atravesar la galaxia. Cuando se dice que los espermatozoides son vagos, es porque carecen de este poder, se quedan en la puerta sin poder tocar ese botón.
Si estuviéramos ante un Halcón Milenario que consiguiera llegar a las trompas, los gestágenos se encargarían de disminuir los movimientos ondulantes de las mismas que fisiológicamente intentan facilitar el encuentro entre espermatozoide y óvulo. En el caso de la depo-progevera y el implante, no va a salir ningún óvulo al encuentro porque se quedaron durmiendo en su casa (ovario).
Y con todo lo anterior, en la remota posibilidad de que todo fallara, el útero no tiene preparado un colchón donde se pueda acomodar el huevo; la pared está frenada y por ello, como no se desprende, no se producen sangrados. Dependiendo de factores como la grasa corporal, el uso de determinados fármacos, el tabaco, el estrés… el mismo método puede provocar patrones de sangrado diferentes, por lo que hemos de avisar que, con la excepción de algunos tipos de Diu (Jaydess, Kyleena) con los que los ciclos son más o menos regulares y con menor sangrado que sin ellos, el resto de gestágenos puede dar desde manchados irregulares a ausencia de menstruación sin ninguna repercusión en la feminidad ni en la fertilidad.
A pesar de seguir escuchando eso de “Mi vecina se quedó embarazada con el diu”, la eficacia de los nuevos dius hormonales es superior a la de los de cobre y, a no ser que lo expulses sin darte cuenta (algo excepcional), es muy complicado por lo expuesto que se produzca un embarazo (menos de 1 de cada 100).
Y después de este repaso, lo más importante es recordar que cada mujer es un mundo y la recomendación de uno u otro método debe ser siempre valorada por profesionales de la salud que nos dedicamos a esto y seguir los controles que te recomendemos para un disfrute de una tranquila travesía.