¿Por qué las empresas necesitan deportistas como empleados?
Personas con espíritu de sacrificio acostumbrados a pelear por objetivos y continuar adelante aunque el resultado no sea el esperado...
“He fallado una y otra vez a lo largo de mi vida. Y por eso, tuve éxito”. La frase no es mía, es de Michael Jordan, pero podría haber sido pronunciada por cualquier deportista.
En el deporte si no pierdes, nunca ganas. Es así. La única forma de llegar al éxito es partir de un objetivo, pelear por ello y no alcanzarlo; siempre creemos que no llegar, fracasar, no hacer bien las cosas conlleva aspectos negativos, y ese es el gran error.
Si lo adaptamos a la vida profesional nos damos cuenta que las empresas carecen de líderes auténticos, la mayoría de top managers de las empresas tiene una trayectoria perfecta: carrera universitaria, MBA en escuela de negocio de prestigio y una carrera profesional ascendente sin límites.
En las entrevistas de trabajo siempre te preguntan cuáles han sido tus mayores logros profesionales, pero ¿cuántas veces te han preguntado cuáles han sido tus mayores fracasos y cómo los has superado?
El día después de no lograr un objetivo empieza todo, es ahí donde se demuestra quién está preparado o quien decide continuar tal y como estaba un día antes, es ahí donde se crean los auténticos líderes.
La tecnología y la globalización de los mercados han provocado que la última frontera para lograr la excelencia en las empresas sea el factor humano. Igual que las organizaciones, los deportistas tienen que rendir al máximo, tener una actitud ganadora, entrenar duro y adquirir una forma de trabajar que mucho tiene que ver con el día a día de la oficina.
La iniciativa, la constancia, el sacrificio, el afán de superación, la concentración y la toma rápida de decisiones son características básicas de cualquier deportista, al igual que el trabajo en equipo, la generosidad y la lealtad.
Cualquier deportista sabe que el mayor enemigo que existe es uno mismo, el margen de mejora siempre empieza por la autocrítica y la búsqueda infinita de perfeccionar todo aquello que se ha realizado erróneamente. Luego, nunca antes de alcanzar la perfección, se puede hablar de los demás.
En las empresas suele pasar al contrario: primero vemos los factores externos, luego, y solo en casos ocasionales, pensamos que podemos mejorar internamente.
Los deportistas son aquellas personas que las empresas necesitan, personas con espíritu de sacrificio acostumbrados a pelear por objetivos y continuar adelante aunque el resultado no sea el esperado, siempre con afán de superación, con ganas de mejorar y compartir la motivación con el resto del equipo.
Si no eres deportista empieza a serlo y verás los resultados.