¿Por qué el huracán Irma no ha sido tan catastrófico en Florida como se temía?
Se suponía que iba a causar una gran catástrofe en esta región de Estados Unidos habitada por unas 20 millones de personas.
Se suponía que el huracán Irma, una inmensa y monstruosa tormenta que ha roto récords en su camino a Florida, iba a causar una gran catástrofe en esta región de Estados Unidos habitada por unas 20 millones de personas.
Pero a medida que salía el sol el lunes, las inundaciones cedían rápidamente y los techos destruidos, las casas dañadas por árboles y los botes hundidos solo se veían en puntos específicos del estado.
El huracán Irma ha causado la muerte de 40 personas a su paso por el Caribe. En Florida, hasta el lunes solo se reportaron dos fallecimientos.
"No vi el daño que pensé que vería", ha dicho el gobernador de Florida, Rick Scott, tras un sobrevuelo por los Cayos, a los que Irma llegó el sábado de mañana como un huracán categoría 4.
Una de las advertencias más alarmantes estaba relacionada con la marejada ciclónica, una especie de pared de agua que llega a tierra durante un huracán y con frecuencia mata a más personas que el propio viento. Pero al final, la marejada "no fue tan mala como pensábamos", ha añadido Scott.
El camino que siguió la tormenta fue en parte responsable de que Florida se salvara de llevarse la peor parte, según meteorólogos: el huracán Irma azotó la costa norte de Cuba con categoría 5, antes de llegar a Florida, perdiendo parte de su fuerza en el proceso.
Su giro al oeste, alejándose de Miami, también apartó este paraíso turístico del peligroso frente de la tormenta, el de mayor potencial destructivo.
"Las inundaciones por la marejada de la tormenta en Miami son tan solo una fracción de lo que hubiesen sido si el núcleo de la tormenta hubiese pasado más al este", ha tuiteado Rick Knabb, exdirector del Centro Nacional de Huracanes y experto para Weather Channel.
Con meteorólogos advirtiendo sobre el impacto de la tormenta en Florida con una semana de anticipación, muchas personas tuvieron además tiempo para asegurar sus casas y viajar hacia zonas más seguras.
A pesar de la escasez de combustible y los embotellamientos, Florida se las ha arreglado para evacuar a seis millones de personas de las zonas costeras más vulnerables, el éxodo más grande visto para una tormenta en el pasado reciente.
"La evacuación fue más sencilla de lo que pensé", ha dicho Irwin Redlener, director del Centro nacional para la preparación ante desastres.
Las evacuaciones seguramente han salvado vidas y han mantenido igualmente fuera de peligro a rescatistas.
Dennis Jones, jefe de bomberos del condado de Hillsborough, donde está la ciudad de Tampa, ha dicho estar "agradecido" con quienes evacuaron áreas peligrosas y ha destacado que las llamadas recibidas durante el paso de la tormenta —cuando los rescatistas no pueden desplazarse—pudieron ser atendidas sin incidentes el lunes de mañana.
Pero muchos retos se mantienen y según Redlener, "la verdadera prueba estará en la capacidad de lograr una recuperación efectiva".
Unos 15 millones de personas siguen sin servicio eléctrico y, según las autoridades, podrían pasar semanas para que la electricidad quede totalmente restablecida.
"Estamos preocupados por las inundaciones, la vivienda, los escombros y el restablecimiento de la luz", ha dicho el asesor de seguridad Tom Bossert en la Casa Blanca. "No hemos evaluado aún cuál es realmente el daño", aseguró.
A su vez, el alcalde de Miami, Carlos Gimenez, ha dicho que el camino de vuelta a la normalidad puede ser "largo" y difícil: con sistemas de alcantarillas dañadas en los Cayos, escombros que limpiar e infraestructura eléctrica que reconstruir.